100 años del campo del Patronato (1918-2018)
Por Alfonso del Castillo
El pasado mes de noviembre se cumplieron 100 años desde que el Real Betis Balompié se trasladó al campo del Patronato.
Desde prácticamente sus inicios el club bético, y su inmediato antecesor el Sevilla Balompié, al igual que el resto de clubs de la ciudad, tuvo como escenario el terreno municipal del Prado de San Sebastián, el mismo en el que durante la primavera se celebraba la Feria de Abril que en esos albores del siglo XX, además de su carácter festivo, aún mantenía una importante faceta de compra y venta de ganado.
Este uso del terreno del Prado de San Sebastián obligaba a levantar los terrenos deportivos en esa época del año, como se refleja detalladamente en los acuerdos municipales de cesión del espacio a los clubs deportivos, que también estipulaba que debían estar libres para la Feria de San Miguel que se celebraba a finales de septiembre.
Dado que la temporada deportiva se jugaba fundamentalmente en otoño e invierno esta supresión de los terrenos de juego no afectaba a la competición en sí, y no tenía más incidencia que la propia tarea de desmontar en la primavera y volver a montar en el otoño toda la infraestructura con la que se contaba: vallas y cercados, casetas, sillas, etc, así como la limpieza y pintado del terreno de juego.
Los campos sevillanos en esta época aún eran de tierra, y no será hasta que se exija el uso de hierba en las competiciones nacionales y regionales de primera categoría, ya en la década de los años 20, cuando se les dote de una cubierta vegetal.
El campo de juego bético estaba ubicado en la zona de la Enramadilla y era conocido popularmente como el de las tablas verdes, por estar pintada de este color la valla de madera que lo cercaba.
Pero en mayo de 1918 la autoridad municipal, con el alcalde liberal Pedro Rodríguez de la Borbolla al frente, determinó ampliar la urbanización permanente de los terrenos del Prado de San Sebastián, para ampliar el espacio ferial, lo que imposibilitaba seguir con su uso deportivo.
Ante ello, tanto el Real Betis Balompié como el Sevilla Fútbol Club, tuvieron que trasladar sus instalaciones de juego a otro emplazamiento para la temporada 1918-19.
En el caso de la entidad sevillista se buscó la protección de la Marquesa de Esquivel, uno de los linajes nobiliarios locales, quien cedió al club blanco unos terrenos ubicados en la Avenida de la Reina Victoria (actual Avenida de la Palmera), cercanos a su residencia familiar, en el sector sur de la ciudad, una de las zonas de expansión urbanística de la misma.
Como agradecimiento el club nombró al hijo de la marquesa miembro de la directiva del club. El campo sevillista, conocido como Reina Victoria, nombre de la esposa inglesa de Alfonso XIII, será el terreno de juego del Sevilla Fútbol Club hasta 1928, en que de nuevo por las obras urbanísticas que se acometieron en la zona para ubicar en ella la Exposición Iberoamericana de 1929 se vio obligado a trasladarse a la zona de Nervión.
El Real Betis Balompié solicitó al Ayuntamiento el arrendamiento de unos terrenos también en la zona sur de la ciudad, conocidos como la Huerta del Fraile, al final del Barrio del Porvenir y colindantes con la línea ferroviaria Sevilla-Cádiz y diversas instalaciones industriales, como la Catalana de Gas, la fábrica de aceites y jabones de los Luca de Tena, la fábrica de ácido carbónico líquido de La Coromina o la Central térmica de la Compañía Sevillana de Electricidad.
Pudo influir en esta decisión el viejo proyecto de 1914 del Real Betis Football Club de instalar su terreno de juego en esta Huerta del Fraile, proyecto que quedó simplemente en eso. La Huerta del Fraile era entonces un terreno baldío y conocemos hasta 3 peticiones de la sociedad futbolística al ayuntamiento sevillano en los meses de septiembre, octubre y diciembre de 1914. La absorción de esta sociedad por el Sevilla Balompié y su transformación en Real Betis Balompié, que le dio acceso a los terrenos del Prado de San Sebastián, hizo caer en el olvido este proyecto, aunque ahora ante la necesidad se volvió a retomar.
Un acuerdo municipal del 21 de junio de 1918 autorizaba el establecimiento del campo de juego del Real Betis Balompié en los terrenos de la Huerta del Fraile con las siguientes condiciones:
1) La valla, que será de madera con una altura que no exceda los dos metros, cercará el campo de juego en la extensión de terreno que se representa en el plan presentado para la primitiva instalación
2) El Ingeniero Municipal determinará el emplazamiento de la valla a fin de que el campo de juego quede fuera de la zona de obras proyectadas
3) Destinado el referido campo exclusivamente al juego de football, no se permitirá el ejercicio de otro sport ni espectáculo de ningún género
4) La autorización para establecer la referida valla no significa derecho alguno para la Sociedad Betis Balompié, que queda obligada a retirarla temporal o definitivamente cuando se le ordene sin derecho a reclamación ni indemnización de ninguna clase
5) La citada Sociedad abonará en concepto de arbitrio por ocupación de vía pública la cantidad de quinientas pesetas anuales, en la siguiente forma: doscientas cincuenta pesetas en la primera decena de Enero y otra igual en la primera quincena de Abril.
El primer partido que se disputa es un amistoso el 1 de noviembre de 1918 contra el Sevilla FC y en el que se imponen los visitantes 1-5.
Desde el primer momento el nuevo terreno de juego es identificado con el sitio del Real Patronato Obrero. Se trata de una institución destinada a promover la mejora de vida de los obreros que en 1915 construyó 74 viviendas colindantes con la Huerta del Fraile, y que terminará dando nombre al campo de juego al que con frecuencia se denominará el Campo del Patronato.
Los orígenes sociales de los componentes de Sevilla y Betis son muy similares en sus primeros tiempos, básicamente miembros de la burguesía acomodada (estudiantes, comerciantes o profesiones liberales), que son los que se pueden permitir en esta época la práctica de la actividad deportiva. Sin embargo, desde esos años se va a producir una asimilación del Betis como un equipo popular frente al Sevilla como un equipo más exclusivista. En ello pudo influir la asociación del equipo blanco con la casa aristocrática que les proporcionó el terreno de juego de Reina Victoria, mientras que el Betis ubicó su nuevo campo en un entorno en el que la población obrera tenía más visibilidad dado el entorno de fábricas industriales que lo rodeaban.
Las imágenes que existen de estos primeros partidos en el Patronato reflejan ese paisaje de construcciones industriales, con naves y chimeneas, rodeando el entorno del campo del Patronato.
El primer partido oficial
El primer partido oficial en el nuevo terreno de juego del Patronato se celebró el 24 de noviembre de 1918, cuando el equipo bético derrotó por 9 a 1 al Español FC de Cádiz en partido de la tercera jornada del Campeonato de Andalucía, siendo el jugador Benítez el autor del primer tanto oficial en el Patronato.
La infraestructura del campo de juego en esta primera etapa era muy básica, limitándose el club a trasladar a la nueva ubicación los materiales de los que ya disponía en el terreno de la Enramadilla, es decir las tablas verdes para cercarlo y poco más. Y se daba la circunstancia de que los terrenos de la Huerta del Fraile estaban en una hondonada respecto a lo situados alrededor, por lo que desde fuera del campo era perfectamente visible lo que sucedía en el interior.
Hubo incluso un proyecto en 1922 para reubicar el terreno de juego bético en las inmediaciones del barrio de Nervión, aunque al final no se llevó a cabo.
La asamblea de socios que en febrero de 1924 elige a Ramón Navarro Cáceres como presidente del club acuerda también la reconstrucción del campo, dado el mal estado en que se encontraba. Unas obras que se acometieron en el verano de 1924 y que consistían en sustituir el cercado de madera por una obra de mampostería con graderíos en la zona de tribuna, diversas construcciones auxiliares y otras actuaciones para evitar los frecuentes encharcamientos que sufría el terreno de juego cuando llovía.
Las dimensiones del terreno de juego se ampliaron (111 metros por 75 son las medidas que da el Anuario de la Federación en 1926) con una capacidad para 5.000 personas. La crónica inserta en El Liberal de Sevilla el 16 de diciembre de 1924 sobre el partido inaugural nos da más detalles sobre la nueva obra: "Un terreno de juego amplio, hermoso, con dimensiones casi máximas. Una gran caseta para los jugadores, de planta baja y alta, con toda clase de servicios, para comodidad y aseo de los equipiers; tribunas soberbias, con todos sus asientos numerados; terrazas en general y preferencia, bancadas alrededor de la pista, hermosos palcos para el público, prensa, directivos y Federación? Un hermoso sueño convertido en realidad por obra y gracia del entusiasmo deportivo y cariño al Club de su presidente, señor Navarro, en primer término, directivos y socios".
Los partidos inaugurales se disputaron frente a los barceloneses de la Unió Esportiva Sants, que por aquel entonces formaba parte de la élite del fútbol catalán. El 14 de diciembre el Betis se impuso 1-0, mientras que el día 15 fueron vencedores los visitantes por 0-2.
Hay que reseñar que en el campo del Patronato, además de jugar el Real Betis Balompié, fue relativamente frecuente que se jugasen otros partidos, bien de las categorías locales sevillanas o bien de partidos de campeonatos regionales que necesitaban de un terreno neutral.
Incluso el Sevilla FC utilizó el campo del Patronato en una ocasión como terreno de juego local, en el partido de Copa que le enfrentó al Valencia el 8 de abril de 1928.
La llegada de Ignacio Sánchez Mejías a la presidencia bética en mayo de 1928 va a suponer otro salto en el crecimiento del club, tanto en el terreno deportivo como en el social y en el económico. El fútbol desde 1926 ya había reconocido sin ambages su carácter profesional y las estructuras de los clubs tuvieron que adaptarse a esa nueva realidad. Un proceso que no fue fácil y que fue dejando bastantes caídos por el camino.
La asamblea de socios celebrada el 26 de septiembre de 1928 acuerda una reforma profunda del campo del Patronato, construyéndose una tribuna cubierta y una fila de palcos, así como dotando a las instalaciones de un campo de entrenamiento. También se proyectan un frontón, campos de tenis, gimnasio y una piscina cubierta. El aforo del campo asciende ya a los 9.000 espectadores y las medidas del terreno de juego 106 x 70 metros.
El 28 de octubre de 1928 tiene lugar la inauguración del nuevo recinto en el partido que enfrenta al Real Betis Balompié con el Real Málaga FC correspondiente a la jornada 2 del Campeonato de Andalucía, con victoria local por 4 a 0.
En diciembre de 1929 se formaliza un nuevo acuerdo con el Ayuntamiento de Sevilla que invalida el suscrito en junio de 1918. Tiene una duración por espacio de 25 años y se amplía la superficie de terrenos arrendados, hasta totalizar 43.421 metros cuadrados. Con esta ampliación el club se puede plantear ya la construcción de las pistas de tenis y del frontón. En paralelo también sube el importe a pagar al Ayuntamiento: 6.000 pesetas anuales abonadas en las primeras quincenas de enero y julio. Todas las obras a realizar corren a cuenta del club, así como su mantenimiento, y deberán revertir al Ayuntamiento en al plazo de 25 años.
Así en noviembre de 1929 se inaugura el Frontón Betis, un edificio destinado a la práctica de este deporte que en esos años movía mucho dinero en el terreno de las apuestas. El club concede la explotación a una sociedad que se constituye con el nombre de Deportes Béticos S.A., y el Frontón Betis se inserta en el circuito de pelotaris profesionales que en estos tiempos recorrían las ciudades españolas.
De las construcciones de esta época la única que a día de hoy queda en pie es precisamente el Frontón Betis, convertido en almacén municipal. La otra entidad que sobrevive todavía desde esa época es el Betis Tenis Club, que en 1930 construyó sus campos de tenis y se constituyó en una sociedad independiente, aunque muy ligada en estos inicios al club verdiblanco.
La época dorada
En la década de los años 30 el campo del Patronato será testigo de una época dorada en la historia del club. En la Copa de 1931, aún con el Betis en Segunda División, se alcanza la final de Copa tras eliminar a 3 equipos de Primera División: Real Sociedad, Real Madrid y Arenas.
Al año siguiente, en la temporada 1931-32, el Betis se proclama campeón de la Segunda División y el equipo asciende a Primera en el Patronato, en la jornada del 3 de abril de 1932 venciendo 3-1 al Deportivo de La Coruña.
Se vive una época de esplendor que culmina en la temporada 1934-35 cuando se consigue el título de Campeón de Liga de Primera División, y en el Patronato el equipo se muestra invencible: 9 victorias y 2 empates, con 22 goles a favor y 5 en contra, con gloriosas jornadas como la del 13 de febrero de 1935 con una victoria 1-0 sobre el otro aspirante al título, el Madrid FC, al que se derrota con un gol de Timimi a Zamora, que desde ese día forma parte ya de la leyenda verdiblanca.
Tras la temporada 1935-36 el club se plantea abandonar el campo del Patronato y arrendar el Estadio de la Exposición, inaugurado en 1929 y que tras unos años de utilización para todo tipo de eventos deportivos, políticos, espectáculos y hasta campo de instrucción policial, estaba prácticamente abandonado. El contrato suscrito con el Ayuntamiento hispalense el 16 de julio de 1936 suponía el abandono del campo del Patronato, que fue cedido por el municipio a la Federación Cultural y Deportiva Obrera.
Los sucesos que dos días después acaecieron en la ciudad, imposibilitaron esta cesión del Patronato a esa entidad obrera, mientras que el club verdiblanco no se estrenó en su nuevo emplazamiento en Heliópolis hasta marzo de 1939.
Un total de 283 partidos disputó el Betis en el campo del Patronato, entre partidos oficiales de diversas competiciones (Liga de Primera y Segunda División, Campeonato de Copa, Campeonato de Andalucía, Campeonato Mancomunado, Copa Andalucía) y amistosos tanto del primer equipo como del conjunto reserva.
Incluso se dio la curiosa circunstancia de que en una ocasión, el 12 de noviembre de 1929, el Betis actuó en el Patronato como equipo visitante, al enfrentarse a la Balompédica Linense en el Campeonato de Andalucía y usar el terreno sevillano como local el equipo linense, al tener su campo inhabilitado
El equipo que más veces se enfrentó al Betis en el Patronato fue el Sevilla FC. El máximo goleador bético en estos 18 años fue Enrique Garrido, quien marcó 56 goles (42 en partidos oficiales y 14 en amistoso), seguido de Adolfito Sancha con 42 (35 y 7) y Antonio Carrasco con 37 (25 y 12).
Y el jugador que más veces vistió el camisolín verdiblanco fue Adolfito Sancha en 127 partidos, seguido por Jesús Bernáldez (122), Enrique Garrido (117), José Suárez "Peral" (113) y Andrés Aranda (111).