Carta de agradecimiento de la familia de Pedro Buenaventura Gil
La familia de Pedro Buenaventura quiere agradecer de todo corazón las incontables muestras de cariño y afecto que hemos recibido a lo largo de estos días tan dolorosos.
Una emocionada demostración de reconocimiento y homenaje a su figura que, sin duda, han supuesto el consuelo que ha permitido mitigar el dolor de su esposa, su hermano, su hijos, sus nietos, sus nueras, sus sobrinos, sus amigos y vecinos.
Nuestro agradecimiento al Real Betis Balompié, el club y la pasión de su vida, por haberle dado la oportunidad de ser feliz en su profesión y de haber podido trabajar allá donde SIEMPRE QUISO HACERLO.
Nuestro agradecimiento al mundo del fútbol, que fue el suyo, representado en primera instancia por entidades tan fundamentales como la Real Federación Española de Fútbol, la Real Federación Andaluza de Fútbol y Comités de entrenadores.
Nuestro agradecimiento a los muchos clubes, nacionales e internacionales, poderosos o humildes, que nos han enviado sus condolencias.
Nuestro agradecimiento a todos los compañeros de trabajo que lo acompañaron a lo largo de su carrera en el Real Betis, desde los empleados con menor rango hasta aquellos que tuvieron el honor de dirigir los destinos de la entidad.
Nuestro agradecimiento a todos los jugadores que lo trataron, y que tanto cariño nos han demostrado, lo mismo en la modestia del fútbol local que en la selección española y, en algunos casos, hasta con el carácter de figuras mundiales.
Nuestro agradecimiento a los árbitros que tanto defendió, y a toda esa gente del fútbol que no tienen un gran reconocimiento público y cuyo altruismo y generosidad fue una constante que siempre respetó..
Nuestro agradecimiento al mundo del periodismo que tantos elogios le ha dedicado y que han llegado tanto por parte de quienes convivieron con él como de aquellos que lo han conocido a través de su historia.
Y, por último, nuestro agradecimiento a los BÉTICOS, así como a los aficionados anónimos que le permitieron disfrutar de una carrera profesional que nunca tuvo otro objetivo que honrar al fútbol y al Real Betis.
Una vida que siempre quiso vivir en su ciudad de Sevilla y en su barrio de Triana.
Por ello, ha resultado tan emotivo que el destino le haya dado la oportunidad de aguardar la llegada de Inglaterra de su hijo Lorenzo y de que su hijo Pedro pudiera disfrutar del campeonato de Andalucía de infantiles y del ascenso a Segunda B del Betis B.
El mismo destino que le ha permitido abandonar este mundo cuando la ciudad celebraba una de sus fiestas más principales, el día de su patrón San Fernando, y que la incineración de sus restos mortales tuviera lugar al mismo tiempo que la Hermandad del Rocío de Triana se despedía de su barrio en la Basílica de El Cachorro.
Gracias a todos.