Carta de Antonio Cordón
Como ya sabéis, hace unas semanas comuniqué al Club mi decisión de poner fin a este ciclo, inolvidable para mí, basada en criterios profesionales, y sin saber aún que haré en el futuro.
Lo que sí sé es lo que me contaron, que las Trece Barras verdiblancas son sinónimo de humildad, alegría, de nobleza, pasión, de lágrimas, de soberanía, de sentimiento infinito, y que sus seguidores son unos elegidos.
Y se quedaron muy, muy cortos. Porque es mucho más que todo eso. En este tiempo, me he dado cuenta de que nadie ni nada es más importante que el Real Betis Balompié
He podido compartir el proceso del despertar del Gigante, viviendo en Sevilla, compartiendo con la gente de a pie, viendo sus miradas cuando me cruzaba con ellos, y escuchando los comentarios entre sus calles. Siempre con una sonrisa, y siempre con alegría, diciéndome aquello de "el domingo hay que ganar Don Antonio". A todos con los que me crucé durante estos 33 meses, solo puedo daros las gracias, porque siempre hubo palabras de ánimo y pasión.
Nunca me olvidaré de la celebración de la Copa del Rey, caminando entre la gente junto a mi familia, esperando que pasaran nuestros jugadores en el autobús por la Avenida de la Palmera, como un aficionado más, disfrutando y compartiendo risas, ilusiones, con esas caras de alegría y felicidad, con familias enteras de béticos disfrutando de ese día.
Para los Jugadores, para todo el Cuerpo técnico, y para "el Equipo del Equipo", no tengo palabras... Sois lo más importantes y los que habéis conseguido estabilizar al Club con vuestro trabajo, vuestro compromiso y sobre todo, con vuestros valores, construyendo ese vestuario mágico que ha sido clave en el resurgir. Me habéis enseñado a través de vuestro comportamiento y acciones, que merece la pena vivir cada día con pasión, alimentando el respeto, sin bajar nunca la mirada, y siempre, caminando con el paso firme. Os llevo en mi corazón, y para mí, siempre seréis los mejores. Seguid escuchando cada día los consejos del mejor Ingeniero que existe.
A mis compañeros de la Dirección Deportiva, fútbol base, oficinas, personal externo, a todos los que trabajáis cada día por el Club, mi agradecimiento por haber conseguido ser esos "líderes sin cargo" que hablamos en las reuniones de los primeros meses y en las que os pedí que, sin vuestra excelencia, dedicación y cariño, sería imposible tener un ciclo exitoso. Me quedo con vuestra capacidad de trabajo, humildad, honestidad y compañerismo. Gracias por haberme acogido entre vosotros como uno más.
Y gracias a los miembros del consejo de administración del Real Betis Balompié, y en especial a su presidente, Ángel Haro, y al vicepresidente, José Miguel López Catalán, por haberme concedido la oportunidad de poder aportar mi humilde granito de arena en los éxitos de esta etapa.
Por último, dar las gracias a los profesionales de los medios de comunicación sevillanos, por el trato recibido durante este ciclo. Me habéis tratado con respeto y educación, y no dudéis que cada crítica recibida me sirvió para seguir aprendiendo.
¡Allá donde esté, seguiré apiñado como una bala de cañón, animando, sufriendo y saltando como uno más!
A mi querido Gigante despierto y a toda su gente, toda la suerte del mundo. Nunca os olvidaré.
¡Viva er Betis!