El Perfil: Gabriel Humberto Calderón
Gabriel Humberto Calderón es uno de los grandes jugadores del Real Betis en la época moderna. Un ídolo para la afición y un futbolista excepcional cuya huella sigue presente en Heliópolis tras las cuatro temporadas que vistió la camiseta verdiblanca.
Nacido en la ciudad de Rawson, en la provincia de Chubut, el 7 de febrero de 1960, Gabriel Humberto Calderón Metralla marchó a Buenos Aires cuando apenas contaba dieciséis años. A 1.400 kilómetros de su casa, lo que supuso toda una aventura para aquel joven que deseaba ser futbolista. Tras un breve paso por Racing de Avellaneda y Lanús, se consagra como extremo goleador en Independiente. Una brillante progresión que lo lleva a formar parte del combinado que en 1979 se proclamó Campeón del Mundo juvenil en Japón, y también de la selección argentina que en 1982 intervino en el Campeonato Mundial jugado en España.
En 1983, y siendo presidente del Real Betis Gerardo Martínez Retamero, el equipo verdiblanco ficha a Calderón a quien recomienda el exjugador Eduardo Anzarda. Su traspaso le cuesta al Betis 30 millones de pesetas, tras las gestiones realizadas en Buenos Aires para su contratación por el vicepresidente Juan Salas Tirado. Un fichaje contrastado que incluso recibió el plácet del seleccionador argentino César Luis Menotti, con quien habló personalmente Retamero.
La presentación de Calderón en Heliópolis tiene lugar el 18 de julio de 1983, con más de diez mil personas en la tribuna. De inmediato se pone a las órdenes del entrenador Pepe Alzate en la concentración de Vilobí y su debut en partido oficial se produce el 4 de septiembre de 1983 en un Real Madrid-Betis jugado en el Bernabéu.
En esa primera temporada, Calderón tarda en adaptarse, aun cuando hace 7 goles, algunos tan hermosos como los conseguidos ante el Real Madrid o Athletic Club de Bilbao campeón de liga y acaba la liga con un hat-trick apoteósico ante el Sporting de Gijón.
En las temporadas siguientes fueron leyenda sus lanzamientos de falta y los balones que buscaban la escuadra tras su zigzagueo ante la pelota. Sus desbordes por la banda saliendo por los dos perfiles y las ejecuciones precisas desde el punto de penalti.
Su mejor campaña goleadora fue la 1986-87, en la que anotó 18 tantos, marcando hasta en cinco ocasiones dos goles en un mismo partido. Para el recuerdo queda un tanto que le hizo al Atlético de Madrid en Heliópolis y dos faltas ejecutadas (cada una por un palo distinto) en Zaragoza.
En el verano de 1986 renueva su contrato por el Betis por 4 temporadas con una cláusula en la que se especifica que el futbolista sería traspasado si algún club ofrecía 70 millones de pesetas por su contratación.
Y eso ocurre un año más tarde. El 3 de junio de 1987 se hace oficial que el Paris Saint Germain pagaría esa cantidad. El delantero, con permiso de la entidad verdiblanca, acudió a París, pasó el reconocimiento médico y firmó un contrato de tres años.
Aun así no pudo evitarse una agria polémica con el presidente que lo había fichado. Un enfrentamiento en el que se cruzaron duras palabras de las que después se arrepintieron ambos.
Gabriel Humberto Calderón estuvo en el Betis cuatro temporadas y dejó un gran recuerdo y unos números impresionantes. Jugó 171 partidos oficiales (131 de Liga, 23 de Copa y 17 de la Copa de la Liga) y marcó 48 goles. Fue titular en 130 de los 131 partidos que disputó en el campeonato de liga, y en 98 de ellos estuvo en el campo hasta el pitido final.
Completó su carrera como futbolista en Francia y Suiza y alcanzó su culminación como futbolista jugando con la selección argentina la final de la Copa del Mundo de 1990 en Italia. Al retirarse, inició una carrera como entrenador que fundamentalmente ha desarrollado con mucho éxito en los países del Golfo Pérsico, donde ha dirigido a las selecciones de Arabia Saudí, Omán y Baréin.
En enero de 2014 volvió a Heliópolis, esta vez como entrenador del primer equipo. Regresó con Eduardo Anzarda y ambos pelearon hasta su último aliento por salvar la categoría de un equipo que era colista, algo que no pudo hacerse realidad.
A pesar de la distancia física que en muchos momentos le ha separado de la entidad, Gabriel Humberto Calderón siempre se ha mantenido muy cercano a la realidad del club. Es accionista del Betis y no ha dudado en acudir a algunos grandes acontecimientos del club, como ya ocurriera en 1995 cuando participó en el partido homenaje a Rafael Gordillo.
En suma, un futbolista de culto cuyo recuerdo sigue muy presente entre los béticos.