El Real Betis, a emular la eliminatoria copera de la temporada 1984-85
Sevilla se prepara para un nuevo derbi. El primero de los dos que se jugarán durante el presente mes de enero. El segundo de la temporada después del enfrenamiento liguero disputado semanas atrás sobre el césped del Estadio Benito Villamarín, que el próximo miércoles acogerá un nuevo Real Betis-Sevilla. Esta vez, correspondiente a la ida de los octavos de final de la Copa del Rey.
Siete eliminatorias contra el eterno rival ha deparado la competición copera. El precedente más positivo data de la temporada 1984-85, enmarcado en una década pródiga en duelos de máxima rivalidad en Copa del Rey. Los dos equipos midieron fuerzas en Tercera Ronda, cita a la que acudieron separados por un solo punto en la clasificación de Liga; con el Real Betis en quinta posición y el Sevilla, octavo.
La ida cayó de lado sevillista merced a un solitario gol de Magdaleno en el minuto 54, y ante un conjunto bético que formó de inicio con Esnaola; Diego, Mantilla, Álex, Gordillo; Suárez, Carmelo, Parra, Casado; Rincón y Calderón. Tocaba remontar en la vuelta, que se disputó el 9 de enero de 1985.
El Estadio Benito Villamarín presentó un ambiente de gala que parecía presagiar la noche mágica que estaba por vivirse. Y es que el Real Betis no solo fue capaz de dar la vuelta a la eliminatoria. Sino que lo hizo de forma brillante, endosando un rotundo 3-0 al Sevilla a pesar de contar con la baja por lesión de Rafael Gordillo, su jugador bandera.
El entrenador bético, José Alzate Rivero, confeccionó un once titular con Esnaola; Calleja, Mantilla, Álex, Casado; Ortega, Parra, Suárez, Romo; Rincón y Calderón, que resultó decisivo para lograr una victoria ya encaminada en los primeros compases de partido. Concretamente a partir del minuto 9, con un gol de falta de Calderón que igualaba el cruce.
El internacional argentino participó también en el segundo gol, conseguido en el minuto 16, al fabricar un centro medido desde la banda izquierda que era rematado a la red por Rincón. Ya en el minuto 43, Suárez, a centro de Romo, situó el definitivo 3-0. La goleada aún pudo ser mayor de no ser porque la madera repelió instantes después el remate de Parra.
Los minutos finales del encuentro transcurrieron entre los olés de la afición bética, que vibró con su equipo en una noche para el recuerdo y hoy más presente que nunca por la proximidad de una nueva eliminatoria ante el eterno rival en Copa del Rey, que el Real Betis buscará culminar con idéntico éxito.