HISTORIA / Cuando abrió sus puertas el voladizo de Preferencia
Por Manolo Rodríguez
La noche del 5 de diciembre de 1976 se abrió por primera vez al público el voladizo de la tribuna de Preferencia. Una obra magna que supuso entonces la mayor ampliación del antiguo Stadium de la Exposición desde que fuera inaugurado en 1929. La demostración más constatable de que el Real Betis había entrado en una senda de crecimiento que no tenía parangón desde los tiempos de Benito Villamarín.
La construcción del voladizo fue un empeño personal del presidente Núñez Naranjo, un hombre sereno y reflexivo, juicioso y pragmático, que, sin embargo, tuvo algunos rasgos visionarios en su mandato. Pero siempre de manera ordenada, asegurando el primer paso antes de dar el siguiente. Poco a poco.
Llegado a la presidencia en 1969, Pepe Núñez se encontró un club asfixiado por las deudas. Principalmente por las que se derivaban de las obligaciones emitidas para la compra del estadio ocho años antes. A partir de ahí negoció pacientemente una quita con los bancos y con casi todos ellos llegó a acuerdos. Sólo le quedaron algunos flecos que se pudieron resolver gracias al traspaso de Quino al Valencia en 1971.
Lo siguiente fue devolver al equipo a Primera División y procurar que el Real Betis empezara a volar como un club moderno. Y para eso era obligado que creciera el número de socios y que el campo tuviera un mayor aforo. De ahí vinieron las renovaciones del Gol Norte en 1971 y del Gol Sur en 1972. Y la inauguración de la nueva Iluminación eléctrica de ese mismo año.
Pero mediada la década de los 70, Pepe Núñez quería más. Consideraba que era preciso dar un nuevo salto que estabilizara a la entidad entre la élite y que la hiciera abandonar la senda de provisionalidad que tan común había sido a lo largo de su historia.
Y así nació la idea de levantar una nueva tribuna en la zona de Preferencia. Un voladizo cubierto cuya maqueta fue presentada el lunes 1 de julio de 1974, apenas un mes después de que se cerrara aquella feliz temporada en la que el equipo verdiblanco había conseguido el ascenso.
El acto tuvo lugar en El Corte Inglés del Duque y lo presidió el alcalde Juan Fernández Rodríguez-García del Busto. La obra sería dirigida por el arquitecto Florentino del Valle, quien explicó que la capacidad del Villamarín se incrementaría en unos 8.000 asientos, y que incluiría asimismo la zona de vestuarios y palco y dos plantas interiores. Su coste estaba cifrado en 82 millones de pesetas.
Esa misma semana, el viernes 5 de julio de 1974, la Asamblea extraordinaria de socios del Real Betis aprueba la propuesta directiva y en el transcurso de la misma el secretario de la Junta, Juan Gaviño, explica que el 50% del importe de la obra lo financiará la Delegación Nacional de Deportes a través de un préstamo a 15 años y que la otra mitad la aportará el club también a través de un crédito amortizable en 15 años.
Los trabajos de cimentación comienzan en julio de 1975 y la obra completa se prolonga casi dos años, un largo tiempo en el que poco a poco va emergiendo ese nuevo cuerpo de hormigón que viene a coincidir con una fecunda etapa de consolidación del Real Betis en la Primera División.
La afición tampoco es ajena a este esfuerzo titánico. La Federación de Peñas Béticas lanza en 1975 una edición especial de llaveros que vende a 100 pesetas entre sus peñistas y béticos en general, en cuyo reverso se puede leer el lema: "Colaborador Voladizo Estadio Benito Villamarín".
Asimismo, el club organiza un partido "pro voladizo" contra la selección de Polonia, que se disputa en Heliópolis el 17 de febrero de 1976 y en el que actúan jugadores tan importantes como Lato o Deyna. Por cierto, este último, una de las grandes estrellas del Mundial de Alemania de 1974, hace el saque de honor en el encuentro que enfrenta dos días antes al Real Betis contra el Real Zaragoza en el Villamarín.
Otra aportación que agradecen mucho los dirigentes béticos en aquellos días es la del editor sevillano afincado en Barcelona, José Manuel Lara, quien contribuye con 150.000 pesetas a la financiación del voladizo.
Por fin, el domingo 5 de diciembre de 1976, tras unos días de febril actividad en los que se retiran los andamiajes y varias cuadrillas de trabajadores ultiman los detalles postreros, abre sus puertas el nuevo voladizo cubierto de Preferencia. No se trata de la inauguración oficial, que deberá esperar a enero de 1977, pero sí la puesta de largo oficiosa del visionario sueño del presidente Núñez.
Y las cosas no pueden salir mejor. El rival es un grande, quizá el que más, el todopoderoso Real Madrid, al que derrota el Betis con una claro y terminante 2-0. Un partidazo que puede ver toda España (el encuentro se televisa en directo a las ocho de la tarde, aunque la retrasmisión no sea en color) y donde, quizá por primera vez, se destapa en todo su esplendor aquel extraordinario conjunto que unos meses después va a ganar la Copa del Rey.
Aquel Betis lo dirige desde un mes antes Rafael Iriondo, que ha tomado el testigo de Ferenc Szusza. El equipo se está haciendo a los nuevos modos y aún alterna luces y sombras. Apenas cinco partidos lleva en el banquillo el técnico vasco.
El Madrid, por su parte, entrenado por el yugoslavo Miljan Miljanic, trae, como siempre, lo mejor del catálogo y se mantiene a dos puntos del líder Barcelona. La expedición blanca llega a Sevilla a mediodía del sábado y queda concentrada en el hotel Colón. Por la tarde salen a dar una vuelta por la ciudad y acuden al cine Cervantes, en la calle Amor de Dios, a ver la película "Fantozzi", una comedia italiana de 1975 que se anuncia como
"Las trágicas desventuras de un funcionario".
Al día siguiente, el Villamarín registra un lleno extraordinario. Arbitra el vallisoletano Ausocúa Sanz y los equipos salen con las siguientes alineaciones:
Real Betis: Campos; Bizcocho, Biosca, Sabaté, Cobo; López, Muhren, Cardeñosa (Benítez, m.88); García Soriano, Mendieta (Eulate, m.79) y Anzarda.
Real Madrid: Miguel Ángel; Uría, Benito, Pirri, Camacho; Breitner, Del Bosque, Velázquez (Rubiñán, m.74); Aguilar, Santillana y Sánchez Barrios.
En el primer tiempo se mantuvo una cierta igualdad, pero en la continuación el Betis fue rotundamente mejor. "Un vendaval verdiblanco arrolló al Real Madrid", tituló "Mundo Deportivo". El diario ABC de Sevilla, por su parte, publicó que "El Betis se impuso lucidamente a un Madrid al que llegó a desarbolar". Todo ello, con el añadido de que: "Se estrenó con festival el voladizo cubierto".
El marcador lo abrió Eduardo Anzarda a los 63 minutos y el tanto de la sentencia lo firmó Gerri Muhren con un prodigioso lanzamiento parabólico de falta en el 72. Un gol que se recuerda.
Como sigue vivo el recuerdo de aquella noche feliz en que los béticos fueron felices. Cuando abrió sus puertas el voladizo cubierto de Preferencia. Otro momento decisivo en la ingente obra del presidente Núñez, cuyo siguiente sueño fue ganar un título.
Y que sólo tardó seis meses en llegar.