HISTORIA | El grito de Juanito
Para el recuerdo quedará siempre la victoria del Real Betis en el campo del FC Barcelona en la Copa de 1994. Aquella vez en que David se impuso a Goliath o, lo que es lo mismo, cuando un Betis de Segunda, quinto en la tabla, y a seis puntos del ascenso, eliminó en los cuartos de final de la Copa del Rey al Barça de Cruyff, al vigente campeón de Liga, al dream team que cautivaba al universo futbolístico.
Ocurrió el 3 de febrero de 1994 y nadie lo ha olvidado. Ni el triunfo, ni la gesta, ni el grito del gallego Juanito cantando el gol cuando vio que la pelota entraba en las redes. Un momento que desde entonces forma parte del universo de los béticos.
El partido de ida de aquella recordada eliminatoria se jugó el jueves 27 de enero de 1994 en Heliópolis y el partido acabó con empate a cero. El Betis le aguantó el pulso al campeón e incluso tuvo una clara ocasión de gol en las botas del sueco Ekström.
El encuentro de vuelta se disputa el jueves 3 de febrero de 1994 y a la media hora sobreviene la jugada que cambia la historia. Un pelotazo sobre el área blaugrana lo resuelve Koeman cediéndole el balón de cabeza a su portero. Busquets, sin embargo, no entiende al holandés y cuando quiere salir a buscarla se resbala. La duda y el traspié lo aprovecha Juanito para colarse entre ambos y empujar la pelota al fondo de las mallas.
En la segunda parte, el Barça toca a rebato. No tiene mucho fútbol, pero sí mucha calidad. El Betis sigue ordenado, con cuatro hombres en la defensa y cinco en el mediocampo. Y, sobre todo, cuenta con el acierto del portero Diezma, que hace dos o tres paradas extraordinarias.
Para alegría de los béticos, y para sorpresa universal, se llega al final del partido con la victoria del Betis, que acaba de culminar otra gesta impresionante. Como aquel lejano año de 1966 en que eliminó en el Bernabéu al Real Madrid que acababa de proclamarse campeón de Europa.
Apenas concluido el encuentro, los béticos se echan a las calles. Miles de aficionados con bufandas y banderas. La toma de la Plaza Nueva es épica. Mientras, la expedición verdiblanca disfruta del momento en Barcelona, muy cerca del Camp Nou.