HISTORIA | El penalti de Alexis
Por Manolo Rodríguez
La noche del domingo 22 de enero de 1995 comparece el Real Betis en el Ramón Sánchez Pizjuán. Jornada 18 de una Liga que está siendo un acontecimiento. Los verdiblancos, recién ascendidos, marchan quintos en la tabla y ya son, claramente, el equipo revelación del torneo. La gente está como loca con ese equipo de hierro que es el menos goleado del campeonato y que lleva cuatro meses sin perder fuera de casa. Una escuadra fiable que jamás concede nada.
Algo que se pone de manifiesto desde el comienzo del partido, aunque los primeros compases vengan marcados por la igualdad y los nervios propios de este tipo de duelos. El Betis defiende muy bien y el Sevilla apenas se asoma a la puerta de Jaro. Pasan pocas cosas y, desde luego, ninguna con riesgo.
Tras el descanso, los verdiblancos toman una mayor iniciativa y fruto de ese empuje llega el gol en el minuto 63. Cañas entra en el área con la pelota dominada, quiebra al defensa sevillista Diego y este lo derriba. Penalti claro que apenas se discute.
El balón lo agarra Alexis Trujillo, el capitán del Betis. En ese momento no es en absoluto consciente de la importancia que ese lanzamiento va a tener en su vida como bético. Dispara con la pierna derecha y clava la pelota a media altura. Es el delirio entre los béticos que han acudido a Nervión. Pasados los años, Alexis confiesa: "Yo me decidí a tirar el penalti porque me sentía con confianza y estaba seguro de que lo iba a meter, pero jamás pensé que aquello pudiera tener la trascendencia que tuvo".
Al día siguiente vuelve el Betis a los entrenamientos, ya que el miércoles hay partido de Copa contra la Real Sociedad. En aquellas fechas los futbolistas se cambiaban en el estadio y de ahí marchaban caminando hasta los terrenos de la Ciudad Deportiva.
Alexis esa mañana tarda un mundo en recorrer aquellos pocos metros. Una impresión inolvidable: "Todo el mundo me abrazaba, me besaba, no dejaba de llegar gente que me agradecía con enorme emoción el gol que había marcado la noche antes. Una locura que me hizo comprender que, realmente, aquel penalti lo había tirado el sentimiento de toda una afición y que el Betis era algo muy grande".
Desde entonces está en el corazón de los béticos aquel futbolista canario llamado Humberto Alexis Trujillo Oramas. Un jugador extraordinario que durante 7 temporadas fue el jefe supremo del medio campo y el capitán y líder de aquella escuadra que tanto hizo disfrutar a los béticos en los años 90.
Formado en la UD Las Palmas, pasó fugazmente por el Tenerife antes de recalar en Heliópolis en el verano de 1993. Su debut con la camiseta verdiblanca se produjo el 5 de septiembre de ese año y su mejor momento llegó en el tramo final de aquella temporada, coincidiendo con la llegada de Lorenzo Serra al banquillo verdiblanco. Formó parte del equipo que acabó certificando el ascenso en Burgos y, desde ese momento, se erigió en el líder incontestable del mediocampo bético.
Su talento fue afirmándose en las temporadas venideras, donde lo jugó casi todo, deslumbrando por su calidad técnica, por su carácter competitivo y por su extraordinaria capacidad para equilibrar y ordenar al equipo. Fue pieza fundamental de aquel gran Betis que volvió a las competiciones europeas y que alcanzó su máxima expresión en la temporada 1996-97, cuando los verdiblancos disputaron la final de la Copa del Rey contra el FC Barcelona. Precisamente un gol de Alexis en el estadio de Balaidos permitió que el Real Betis eliminara al Celta de Vigo en las semifinales.
Dejó la entidad en el verano de 2000 y volvió a su tierra canaria para jugar durante cuatro años con la Universidad de Las Palmas. A los pocos meses de su marcha, retornó a Heliópolis como futbolista del equipo insular, siendo apoteósico el recibimiento que le tributó la afición. En el Gol Sur se exhibió una pancarta que rezaba: "No te olvidamos, capitán", con la que los béticos quisieron agradecerle todo lo mucho y bueno que le dio al Real Betis durante su larga singladura en el club.
En los 7 ejercicios que defendió la camiseta verdiblanca, Alexis Trujillo disputó 264 partidos oficiales (222 de Liga; 24 de la Copa del Rey; 6 de la Recopa y 12 de la Copa UEFA) marcando 31 goles.
En 2004, recién retirado de los terrenos de juego y requerido por el entrenador Lorenzo Serra, volvió al club como ayudante del técnico, participando en la obtención del título de Copa de 2005 y en la clasificación del Real Betis para la Champions League.
En 2014 regresó de nuevo a Heliópolis para ocupar puestos de gran importancia en la dirección deportiva del club, siendo protagonista principal de la confección de la plantilla que consiguió el ascenso de aquel año. Una conquista imprescindible que se hizo realidad con mucho trabajo y muy precarios recursos económicos
Incluso en las temporadas 2016-17 y 2020-21se hizo cargo del banquillo verdiblanco en el tramo final del campeonato de Liga, continuando en la actualidad su vinculación a la entidad como pieza fundamental en el staff técnico.
En suma, una fecunda trayectoria al servicio del Real Betis. Un futbolista y un profesional que siempre contará con el respeto y el cariño de los béticos. Un nombre grande cuya leyenda empezó a escribirse aquel domingo de enero de 1995 en que el Real Betis compareció en el estadio del eterno rival.
En ese partido que ganaron los verdiblancos por 0-1 gracias al penalti transformado por Alexis. Un triunfo sin mácula que doctoró a ese formidable equipo que, mes a mes, había ido convirtiéndose en una cosa seria.
En la fría noche de Nervión, arbitró el partido el colegiado valenciano Juan Antonio Fernández Marín y las alineaciones fueron las siguientes:
Sevilla FC: Unzué; Cortijo (Bango, m.67), Diego, Prieto, Jiménez; Rafa Paz, Marcos, Dumitrescu, Soler; Moya y Suker.
Real Betis: Jaro; Jaime, Ríos, Vidakovic, Josete; Cañas, Stosic, Alexis, Menéndez; Cuéllar (Ureña, m.71) y Aquino.
Para el recuerdo queda que el final fue glorioso. Como casi siempre en los retornos a la máxima categoría, el Betis se había impuesto al Sevilla en su campo y remataba la jornada asentándose en los puestos de cabeza. Nadie pudo negarle la justicia de su éxito. Ni siquiera las voces que hablaron en nombre del eterno rival, algunas de las cuales se mostraron muy críticas con su propio equipo.
De hecho, el entrenador sevillista Luis Aragonés (figura relevante en la historia bética de los años 60) reconoció amargamente que "esta derrota es un palo para nosotros", al tiempo que valoró que "el Betis se cerró muy bien y apenas le creamos ocasiones".
Un Betis que había funcionado como un reloj, aunque se destacaran principalmente los nombres de Roberto Ríos ?imponente en el eje de la zaga-, Juan José Cañas - el pulmón del mediocampo- y, sobre todo, Alexis Trujillo, el capitán que le dedicó su gol y la victoria a toda la afición del Betis.
A esa afición que, desde entonces, lo considera como uno de sus hijos más queridos.