HISTORIA | El primer internacional de la cantera
Por Manolo Rodríguez
Es sabido que el primer jugador del Betis que vistió la camiseta de la selección española fue Simón Lecue. En 1934 y dentro del grandioso marco de un Campeonato del Mundo. Un año más tarde, el Betis que iba a ganar la Liga proyectó a la internacionalidad a sus dos defensas más prestigiosos, Pedro Areso y Serafín Aedo, y ahí se detuvo la rueda antes de que estallara la Guerra.
Pasado el conflicto civil y atravesado el desierto que tanto hizo penar a los béticos, volvieron los internacionales. Ya en la década de los 60. Primero fue Esteban Areta y después vinieron el portero Pepín, el poderoso central Eusebio Ríos y el delantero Fernando Ansola. Ellos fueron los que abrieron el camino en el largo periodo de 30 años: cinco vascos, un navarro y un valenciano. Y todos, llegados a la disciplina del club a golpe de fichajes.
Así pues, no había habido hasta entonces ningún internacional que hubiera salido de las entrañas de la entidad. Ningún canterano que se hubiera formado en los escalafones inferiores. Ningún sevillano hijo del Betis. Hasta que llegó Quino.
Ocurrió en 1969 y eso fue toda una sensación. Por muchas cosas que merecen ser contadas. En primer lugar, porque Joaquín Sierra Vallejo "Quino", que entonces tenía 24 años, había llegado al Betis cuando apenas contaba 12. Pasó por todas las categorías desde los infantiles y ya como juvenil se ganó un nombre que no lo abandonaría nunca. Debutó en el primer equipo con 17 años y mediada la década de los 60 era ya un futbolista de culto. Un ídolo del que todo el mundo hablaba.
Su mejor temporada fue, sin duda, la 1968-69. Se proclamó máximo goleador de Segunda División con con 32 goles, que era una cifra deslumbrante para la época y que sólo ha sido superada en dos ocasiones desde entonces, y eso lo puso en el escaparate del fútbol grande.
Quiso ficharlo el Real Madrid, pero el Betis se negó. Aquello rompió el encantamiento. Se tensaron sus relaciones con los directivos y aunque estuvo sin jugar durante el verano del 69, volvió para participar en el partido homenaje a Quico Grau, en el que marcó dos goles y se lastimó en un codo.
Su primera aparición en la Liga 1969-70 se produjo en la segunda jornada. En Valladolid, donde anotó su primer gol de la campaña. El 5 de octubre volvió a marcar por partida doble contra el Málaga y dos días más tarde llegó una noticia que llenó de orgullo a los béticos: el seleccionador nacional Ladislao Kubala incluyó a Quino en la relación de 21 jugadores de los que saldría la lista definitiva que se enfrentaría a Finlandia el 15 de octubre.
Los convocados entrenaron en Madrid el miércoles 8 y al día siguiente quedó confirmado que Quino estaría entre los elegidos. En un rapto de optimismo, el ABC de Sevilla incluso llegó a publicar que el jugador bético dirigiría el ataque del equipo nacional contra Finlandia.
Este partido contra los finlandeses no parecía una cita muy principal, pero indudablemente tenía sus encantos. Obviamente, el de mayor atractivo era la presencia de Quino, pero además de esto iba a significar el debut de Ladislao Kubala. como seleccionador nacional.
El encuentro era el último de la fase clasificatoria para el Mundial de Méjico-70, en la que España no tenía nada que hacer desde hacía meses. Nos dejó fuera Bélgica y aquello se llevó por delante al seleccionador Eduardo Toba. A este lo sustituyó un triunvirato formado por los entrenadores de los tres mejores equipos de entonces: Miguel Muñoz (Real Madrid), Salvador Artigas (Barcelona) y Luis Molowny (Las Palmas), pero tampoco aquello funcionó.
El trío debutó con un triunfo ajustado ante Yugoslavia en Barcelona, pero después, sorprendentemente, llegó uno de los mayores desastres del fútbol español en la época contemporánea: la derrota por 2-0 en Finlandia ante un equipo amateur. Un caos.
Muñoz, Artigas y Molowny dejaron el cargo y entonces la Federación contrató a Ladislao Kubala, un nombre estelar en el fútbol de los 50. "Laszi", como era conocido coloquialmente, traía aire fresco, compromiso y mundo. Un hombre nuevo para una selección que parecía estancada en un tiempo que ya se había ido.
Su primer partido sería contra Finlandia el 15 de octubre de 1969 y el escenario elegido para un día tan principal fue la localidad gaditana de La Línea de la Concepción, donde se iba a inaugurar un flamante estadio para 22.000 espectadores, al que pusieron por nombre José Antonio Primo de Rivera y que se hallaba contiguo a la Ciudad Deportiva Francisco Franco.
Una decisión motivada porque el Régimen había cerrado en junio de 1969 todas las comunicaciones con Gibraltar, en respuesta a la aprobación de una nueva Constitución, votada en referéndum, en la que los gibraltareños prefirieron seguir perteneciendo a la corona británica.
El gobierno franquista fabricó en aquellos días un inflamado ambiente patriótico que tuvo como colofón el partido internacional contra Finlandia. ¡Gibraltar, español!, se oía y leía por todas partes. Hasta en canciones.
En lo deportivo, la expedición española viajó en tren en la madrugada del lunes 13 desde Madrid a Algeciras. Los futbolistas quedaron concentrados en Sotogrande y la gran novedad en la lista fue la presencia de un mito como Paco Gento, que llevaba año y medio sin ir a la selección, para que tuviera la despedida internacional que merecía.
Se decreta día festivo en el Campo de Gibraltar y el estadio se llena hasta la bandera. En la presidencia, los ministros del Ejército y del Movimiento A pesar de que el partido se juega entre semana, se fija el comienzo para las cinco de la tarde, a fin de que los futbolistas puedan volver a sus equipos esa misma noche. La Banda de la Legión toca el himno entre clamores.
De salida, Kubala no pone a Quino. La alineación la componen: Reina; Gaztelu, Barrachina, Violeta, Eladio; Pirri, Velázquez, Asensi; Amancio, Gárate y Gento.
España ataca contra la portería tras la que está el Peñón y arrasa sin misericordia a los finlandeses. Cinco les mete en el primer tiempo, goles de Pirri, Gárate, Velázquez, Amancio y Grosso.
Tras el descanso, Pujol sustituye a Gárate y, por fin, en el minuto 63, Kubala le da la oportunidad a Quino. Entra por Gento y se sitúa como delantero centro. No interviene mucho, pero aprovecha su oportunidad. A falta de 5 minutos, un centro de Amancio lo cabecea inapelablemente a la red. Su primer gol con la selección. El primero de un jugador del Real Betis con el equipo nacional. El sexto de España.
Tras el partido, adquiere notoriedad el debut internacional de un futbolista de Segunda División. El propio Quino reconoce que ha sido un honor. Para los béticos es un orgullo. El primer canterano que llega tan alto.
Sin embargo, esa experiencia no volvería a repetirse. Joaquín Sierra Vallejo, "Quino", retornó a la selección en el mes de octubre de 1971, pero en aquellos entonces ya no era jugador del Real Betis, sino el delantero centro del Valencia CF. Una figura del fútbol español.
Pero el beticismo seguía recordando, y lo hará siempre, aquella tarde al lado del Peñón.