HISTORIA | Los mundialistas del Real Betis
Por Manolo Rodríguez
Hasta este Mundial de Qatar, han sido 16 los futbolistas del Real Betis que han participado en una Copa del Mundo. Una prestigiosa relación de ilustres que tuvo el honor de abrir Simón Lecue en 1934 y que, dolorosamente, no ha podido verse incrementada este año por ningún jugador nacional, aunque sí habrá, con toda seguridad, nuevos nombres de futbolistas extranjeros que vengan a sumarse a esta nómina que tanto orgullo provoca. Son los casos de Pezzella y Guido Rodríguez, con Argentina; de William Carvalho, con Portugal; de Sabaly, con Senegal y de Andrés Guardado con México, aunque este último ya disputó el torneo de 2018 en Rusia siendo jugador verdiblanco.
Al pionero Lecue, quien fuera el primer mundialista en la historia del fútbol sevillano, le siguieron Julio Cardeñosa y Antonio Biosca, aunque, eso sí, con más de 40 años de distancia entre un Mundial y otro. Ambos jugaron en Argentina 1978 y desde entonces comenzó a ser común la presencia de jugadores béticos en esta cita planetaria. Cuatro años más tarde, Rafael Gordillo representó al club en el Mundial de España 1982 y posteriormente fue Hipólito Rincón quien viajó con la selección española a México en 1986, aunque no llegara a disputar ni un solo minuto en tierra azteca.
Por fin, en 1990, acudió a una Copa del Mundo un futbolista extranjero que vestía los colores del Real Betis. El primero en hacerlo y con muy mala suerte, por cierto. Se trató de Nery Alberto Pumpido, quien acudió al Mundial celebrado en Italia como portero de la selección de Argentina que defendía el título ganado cuatro años antes en México. Pero se lesionó muy gravemente en el transcurso del partido Argentina-Rusia, el segundo que jugaba en el torneo. Al despejar un balón, golpeó con fuerza la rodilla de Olarticoechea, su compañero de equipo y de habitación, y se produjo una fractura de tibia y peroné que lo mantendría varios meses fuera de los terrenos de juego. Tantos, que nunca más volvería a jugar en el Betis.
Peor aún fue lo de Tab Ramos en el Campeonato del Mundo de 1994 que se disputó en los Estados Unidos. Aunque nacido en Uruguay, Ramos jugaba con el combinado USA y en el partido de octavos final que enfrentaba a su país contra Brasil, recibió un terrorífico codazo propinado por el defensa carioca Leonardo que le provocó una fractura del parietal izquierdo. Una acción tan tremenda que el brasileño fue multado con 7.000 dólares y suspendido por 4 fechas, lo que le impidió seguir actuando en un torneo que los brasileños acabaron ganando.
Tab Ramos debió permanecer varios meses de baja y, como Pumpido, tampoco volvió a jugar más en Betis, adonde había llegado en 1992. Un buen extremo al que las lesiones nunca le permitieron romper en lo que se esperaba y que, tras su grave percance mundialista, abandonó la entidad en 1995.
El siguiente Mundial, el de 1998, celebrado en Francia, fue, sin duda, el de mejor recuerdo en la historia verdiblanca: hasta tres futbolistas del Real Betis fueron titulares indiscutibles con sus selecciones.
Por España acudió Alfonso Pérez, quien, como el resto del equipo nacional, tuvo una breve presencia en el campeonato. La participación hispana se saldó con un sonoro fracaso (no pasó de la primera fase) que, meses más tarde, acabaría llevándose por delante al seleccionador Javier Clemente, curiosamente para que acabara fichando por el Betis.
Con la selección de Nigeria estuvo presente Finidi George y el extremo bético sí que clasificó con "las águilas verdes". Precisamente como campeón del grupo en el que estaba España. Pero en los octavos de final los desbarató Dinamarca con una goleada incontestable por 4-1.
El gran triunfador en ese Mundial de 1998 fue, sin duda, Robert Jarni, pieza fundamental de la selección de Croacia que se erigió en la sorpresa del campeonato. Quedó segunda de su grupo, sólo por detrás de Argentina, pero en octavos se impuso a Rumanía y en cuartos maravilló al mundo con un legendario triunfo por 3-0 ante Alemania. Llegada a las semifinales, cayó ante la anfitriona Francia, ganadora de la Copa, pero Croacia acabó consiguiendo la tercera posición al vencer con mucho mérito a los Países Bajos. Aquella selección que dirigía Miroslav Blazevic tenía futbolistas tan extraordinarios como Davor Suker, Prosinecki, Boban o Vlaovic.
Cuatro años más tarde, en 1992, el Mundial de Corea y Japón quedó escrito con letras de oro en la historia verdiblanca, ya que fue la primera vez (y única por el momento) en que un jugador del Real Betis se proclamaba campeón del Mundo. Tal honor le asiste desde entonces a Denilson de Oliveira, ganador del mayor título internacional de selecciones con el combinado de Brasil.
El brasileño había jugado ese año más que nunca con el Real Betis y su llegada a la canarinha estuvo cargada de expectación y confianza. Denilson no salió de titular en ninguno de los partidos, pero jugó en 5 de ellos entrando desde el banco, incluso en la final contra Alemania. Aquello supuso una gran satisfacción para el futbolista, pero también para el entorno bético, que vivió una experiencia desconocida que, desde entonces, tiene un hueco de privilegio en el corazón de los aficionados.
El Mundial de 2002 también lo disputó con España Joaquín Sánchez, el primero de los dos a los que acudió como futbolista del Betis. Apenas con 20 años, debutó contra Sudáfrica en el tercer partido de la fase de grupos. No fue titular en los octavos de final contra Irlanda, pero sí figuró en el equipo inicial que se midió a Corea del Sur en los cuartos, en aquel partido marcado por el escandaloso arbitraje del árbitro egipcio Gamal Al-Ghandour. El encuentro y la prórroga acabaron con empate a cero y en la tanda de penaltis falló Joaquín, cuyo disparo fue detenido por el portero surcoreano.
Joaquín volvió al Mundial de 2006 en Alemania como jugador del Real Betis. El único en la historia que ha estado presente en dos citas mundialistas. Entró a reemplazar a Luis García en el segundo de los encuentros de la primera fase, contra Túnez, y fue titular en el último contra Arabia Saudí. En el duelo de cuartos contra Francia, que significó la eliminación hispana, salió a sustituir a Xavi Hernández.
También en 2006 debutó en una Copa del Mundo el defensa verdiblanco Juanito Gutiérrez, quien se estrenó contra los saudíes, anotando el gol del triunfo nacional al cabecear una falta.
En 2010, en Sudáfrica, jugó con la selección de Camerún Achille Emaná. Intervino en dos partidos contra Japón y Dinamarca, pero no pudo lucir en el combinado africano, que tuvo una decepcionante actuación.
Por último, en el Mundial de 2018, disputado en Rusia, estuvieron presentes dos jugadores del Real Betis. De una parte, Joel Campbell, quien intervino en dos de los choques disputados por Costa Rica contra Serbia y Suiza, y de otra, Andrés Guardado, quien visitó la camiseta de México en los cuatro partidos jugados por la "Tri" hasta que fue eliminada por Brasil en octavos de final.
A esta Copa del Mundo de Qatar vuelven ambos, aunque ya solo Guardado como jugador del Real Betis. El segundo mundial del mexicano como futbolista verdiblanco y el quinto en su fecunda carrera. Un registro tan imponente que lo sitúa al mismo nivel de Messi y Cristiano Ronaldo. Nada más y nada menos.