A LAS MUJERES BÉTICAS
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y por tercer año consecutivo, al coincidir esta fecha con partidos en el Estadio Benito Villamarín, el Real Betis Balompié rinde homenaje a las mujeres béticas para que sean ellas las que ocupen en su totalidad el palco presidencial, algo muy poco usual en los clubes españoles. Creo que no me equivoco al afirmar que el Betis es el único Club que lo lleva haciendo en estos últimos tres años de manera ininterrumpida, además de organizar diversas actividades dirigidas a las aficionadas béticas durante toda la semana.
Pero siendo esta una fecha especial, para nosotras las béticas el día a día es lo que importa porque nuestra misión como mujeres béticas es ser transmisoras de sus valores, valores que son extrapolables a la vida cotidiana: el espíritu de lucha, el afán de superación, el respeto, la tolerancia, el compañerismo, la solidaridad, ese “ manquepierda” que es nuestra filosofía y que supone que aunque la vida no nos sonría, debemos continuar adelante, y esos valores se los transmitimos a nuestros hijos para que a su vez los trasladen de generación en generación.
El Real Betis cuenta con un número de socias femeninas muy considerable, casi un 20% del total de abonados en esta temporada, muchas de ellas niñas que acuden con sus madres y familiares a cada partido en el Benito Villamarín. En mi experiencia de años anteriores, he podido constatar el importante número de mujeres que hay en las Peñas que el Real Betis tiene por toda la geografía de nuestro país, y fuera de nuestras fronteras, y que a pesar de la lejanía, sienten su beticismo con la mayor de las intensidades haciendo realidad nuestro lema de “Béticos del Universo”. Algunas de ellas presididas por éstas y con una actividad encomiable, otras fundadas por mujeres béticas, incluso en alguna de estas Peñas Béticas, los hombres dedican un día a homenajear a sus mujeres como he podido comprobar. No quisiera pasar por alto a nuestros equipos femeninos así como a todas las mujeres que desempeñan su quehacer diario en el Club.
Finalmente, deciros desde estas líneas que animo a las mujeres béticas a perseverar en la defensa de nuestros valores y que sigan transmitiendo su beticismo dondequiera que estén, ese sentimiento inexplicable pero real, que no entiende de prejuicios ni de discriminaciones y del que tenemos el enorme orgullo de compartir.
VIVA EL REAL BETIS
Isabel Simó