Piccini: "Lo que más me duele es no ayudar a mis compañeros a lograr el objetivo"
No ha sido este martes un día fácil para Cristiano Piccini. El lateral italiano, sustituido en el partido del pasado sábado contra el Villarreal CF, será baja para lo que resta de temporada tras conocerse el diagnóstico de las pruebas médicas a las que fue sometido ayer lunes. A causa de una rotura del ligamento cruzado anterior y desinserción distal del ligamento lateral externo, el lateral italiano no volverá a vestirse de corto en la temporada 2015-2016, una noticia que, como es lógico, ha sido recibida con tristeza por el protagonista, quien en los próximos días pasará por quirófano.
Sin embargo, Piccini usaba su perfil en la red social Instagram para expresar su convencimiento de que regresará con más fuerza. "Lo que más me duele es no poder ayudar a mis compañeros a lograr el objetivo. Pero aquí tenéis un aficionado más que estará con vosotros hasta el final. Volveré más fuerte. Hay que crecer juntos en el dolor y acordarse de lo que has sufrido para dar más. Agradezco a todas las personas que me han dado fuerzas en este momento difícil de mi carrera", escribía el '12' antes de ser operado y emprender el proceso de recuperación.
Pese a la amargura inicial, Piccini quería trasladar a sus compañeros un mensaje de optimismo. Ante todo, contagiar esperanza. Que la plantilla observara la energía para afrontar este revés en el camino en un bloque que entiende cada desgracia personal a nivel colectivo. El italiano, presente en el entrenamiento matinal que tenía lugar en la Ciudad Deportiva Luis del Sol, agarraba el cariño de los integrantes del plantel, quienes en un receso de la actividad se dirigían a la banda para preguntar por el estado de la rodilla derecha y ofrecerle el mayor ánimo posible.
Fue a la conclusión de la sesión cuando tenía lugar el momento más emotivo del día. Una vez finalizado el trabajo realizado con el calor de la afición que había acudido a seguir las evoluciones del cuadro bético, todos los miembros de la plantilla, así como los integrantes del cuerpo técnico, se reunían en el interior del vestuario para entregar un mensaje de apoyo grupal a Piccini, quien tomaba la palabra para manifestar su seguridad en una buena rehabilitación y que con la la llegada de las victorias, el sinsabor obligado por estar lejos de los terrenos de juego se hará más breve.
Mañana de sensaciones confrontadas. Por un lado, la pena por la magnitud de la dolencia, la misma que mostraba a primera hora del día al Piccini más cabizbajo. Su rostro, posteriormente transformado en convicción, pone el positivismo a una noticia abierta con solo un final posible: la vuelta de Piccini a su hábitat natural, el césped.