Rubén y Molina regalan una goleada a la afición (4-0)

“Ante las dificultades, fortaleza. Ante las alegrías, humildad… y siempre confianza”. Así rezaba el tifo situado en la parte del gol norte con fondo y con esa unión el Real Betis ha ganado un encuentro decisivo, vital. Con ganas de cambiar la imagen que dejó en el pasado encuentro salió el conjunto verdiblanco. Buena la predisposición, buena colocación y ganas, muchas ganas. Los de Mel sabían que tenían que entrar enchufados al partido, para presentar credenciales y para conectar con la gente, y así lo hicieron. Encerró al Valladolid en su campo e iba marchando directrices de un choque complicado pero en el que había que dar la cara.

 

La banda de Pacheco, que volvía a la titularidad, iba a tornarse como la forma más directa de llegar al área rival. La elaboración correspondía a Portillo, pero la profundidad se conseguía por el franco izquierdo. El Betis le daba amplitud al campo para obtener huecos pero las mejores llegadas iban a llegar con el balón parado. Pacheco iba a lanzar una falta lateral y un córner que llevaron la inquietud a los tres palos de Javi Varas en remates de Jordi y Molina. La escuadra verdiblanca iba a reclamar un penalti sobre Molina en el minuto 16, cuando Valiente trabó al delantero de Alcoy. El ‘19’ se perdió el partido en Miranda de Ebro pero no pse olvidó el buen juego y poco a poco iba construyendo su particular partido. Rubén también tenía ganas e iba a intentarlo en el 22’, pero remató al centro el pase de su compañero de ataque.

 

El Valladolid iba a despertar en dos jugadas. Un tiro de Pereira al lateral de la red y una clara ocasión dentro del área de Adán que no tuvo remate y se quedó en nada. Fueron las únicas llegadas de un rival que aguantaba bien  el dominio local, pero Molina no iba a dejar que los de Pucela crecieran en el partido. Tuvo una clara ocasión tras un saque de banda con asistencia de Portillo pero como ésta no surtió efecto, en la segunda no falló. Fue justo dos minutos después, Rubén le ponía un balón orientado a portería y Molina, desde fuera del área, la puso imposible para Varas. Perfecta la asistencia, perfecta la ejecución y el primero que subía al marcador. El sensacional estado de forma de Molina es innegable. Son siete tantos los que acumula en Liga, tirando del equipo y siendo un referente.

 

No dio lugar el Betis a que los de Rubi tuvieran ocasiones ni juego y la primera mitad verdiblanca fue magnífica en todos los aspectos.

 

Con un pequeño sustos tras una indecisión de la defensa bética comenzaba el segundo periodo. No acertó a rematar bien Hernán Pérez. Las tornas se cambiaron y fue el Valladolid quien empezó mandando. Pero el Real Betis estaba en el partido al cien por cien.

 

Estos días no han sido fáciles para Rubén. No marcar es un suplicio para un jugador que tiene por costumbre coleccionar goles. Tampoco han sido días cómodos para Pepe Mel, defendiendo a capa y espada a un equipo y a una afición que han recibido críticas desde todos los sectores. Ambos tuvieron su liberación en un abrazo eterno después del gol 100 de Rubén Castro con la camiseta del Real Betis. En el 7’, Portillo se inventaba un pase picado hacia el canario que, muy escorado y ante una buena salida de Javi Varas, tuvo la habilidad de ponerla en el palo largo y llevar el segundo al marcador. Quizás, lo más indicado hubiera sido pasar a un compañero pero era la jugada de Rubén y el gol de Rubén. Preciosa y muy esclarecedora celebración entre béticos.

 

El Betis cedió campo pero ganó en peligro porque las contras le venían muy bien por cómo estaba el choque. En una de ellas, Pacheco se marcó un jugadón que terminó en tiro al palo de Molina. También tuvo Rubén la oportunidad de conseguir su segundo tanto pero cruzó demasiado el esférico. Los de Heliópolis no sufrían pero Mel quería darle mayor tranquilidad al equipo y cambió a Portillo por Ceballos. La aportación del canterano fue decisiva nada más entrar. Robó una pelota y fue derribado por Chica que veía su segunda tarjera y era expulsado. El partido se convertía en un autentico monólogo y el carrusel de ocasiones se sucedían.

 

El bético desde la grada hacía cábalas de quién iba a marcar el tercero que se resistía. Fabián, que entraba por N´Diaye, tuvo la mejor tras un mano a mano con Varas que le ganó la partida. Muy similar a la que tuvo en Lugo, se le resiste el gol al canterano. También la tuvo Molina, pero se entretuvo en el área. Finalmente, Rubén se llevaría el premio. Ceballos fue derribado dentro del área en el minuto 36 y el canario certificó la victoria.

 

Los malos tiempos pasan y Rubén los ha dejado atrás de la mejor manera. Mete muchísimos goles pero no es muy dado a los hat-trick, aunque hoy era diferente. El ‘24’ cazó un balón de goleador dentro del área y no perdonó. Rubén le daba una alegría a una afición que hacía mucho que no veía una goleada de su equipo en el Villamarín. La afición correspondía haciendo que retumbara el himno por las gradas del Estadio. Comunión perfecta con una victoria balsámica que puede tener más premio a lo largo del día si se dan los resultados.