La plantilla ha sufrido otro varapalo importante. El golpe de Anoeta ha sido duro, pero los jugadores entienden que no les queda otra que levantarse y pensar ya en la final ante el Almería. “La verdad es que estamos en una situación complicada. Los únicos culpables somos los jugadores. Debemos estar más unidos que nunca e igual que nos hemos metido en esta situación, tenemos que salir de ella. Trabajar desde mañana para conseguirlo”  reflexionaba Amaya al término del partido: “Hemos hecho un primer tiempo competitivo, pero a partir del segundo gol el equipo se ha venido abajo. La Real está muy bien pero no nos podemos permitir que nos metan cuatro goles en 45 minutos”. Pero ya no tiene vuelta atrás ese resultado. “Una derrota con cinco goles duele mucho pero no nos queda otra que tirar para adelante.  A raíz del segundo gol hemos decaído y esta derrota es muy complicada para nosotros.  Somos los culpables y mañana tenemos que ponernos otra vez el mono de trabajo y ser hombres más que nunca para sacar al Betis de esta situación”.

Su compañero Jorge Molina apuntaba que el marcador final fue excesivo. “Ha sido muy abultado porque la primera parte ha sido abierta e igualada. A partir de su segundo gol nos hemos venido abajo y ya ha venido la goleada”. El delantero no quiso atribuir a la mala suerte la goleada pero sí tiene claro que “la diferencia es que cuando las cosas están mal todo sale al revés. A veces pequeños detalles se suman y haces que pierdas. Hay dos palos que podían haber entrado y quizá la cosa habría salido de otra manera”, recordó. Respecto a la importancia del encuetro frente al Almería y el papel de la afición aseguró que “a la grada no podemos decirle mucho más y sí demostarle cosas en el campo. Nosotros nos tenemos que tomar cualquier partido como una final”, apostilló.