El Perfil: Antonio Biosca
Antonio Biosca ha sido, sin duda, uno de los grandes futbolistas del Real Betis Balompié en la época contemporánea. Un jugador cuyo recuerdo vive permanentemente en el corazón de los béticos. Defensa central de extraordinaria jerarquía, vistió la camiseta verdiblanca durante doce temporadas (1971-72 a 1982-83), formó parte del equipo que se proclamó campeón de Copa en 1977, hizo goles decisivos, alcanzó la internacionalidad absoluta y fue un clásico en las alineaciones del Real Betis durante una década.
Nacido en Almería en 1948, comenzó a jugar en el Plus Ultra de su ciudad natal, desde donde pasó en 1968 al Calvo Sotelo de Puertollano, por entonces un equipo importante de la Segunda División.
En 1971, con 23 años, ficha por el Real Betis, debutando el 28 de noviembre de ese año en el campo de El Arcángel frente al Córdoba, al suplir en el minuto 64 a Manuel Díaz.
Llegó a Heliópolis como lateral izquierdo, convirtiéndose en titular indiscutible en la temporada 1973-74, cuando se reconvierte en interior izquierdo, puesto en el que cuaja una excelente campaña y demuestra su extraordinaria facilidad goleadora.
A la temporada siguiente, la 1974-75, el entrenador húngaro Ferenc Szusza le busca una nueva ubicación en el equipo y lo coloca como defensa central, demarcación en la que llegará a erigirse en uno de los jugadores más destacados del fútbol español.
Su proyección es inmediata y fulgurante. En 1975 se alinea con la selección española olímpica y el 26 de abril de 1978 debuta en la selección absoluta en un partido amistoso jugado por el equipo nacional contra México en Granada. Ese mismo verano acude al Mundial de Argentina, donde interviene en los partidos disputados contra Brasil y Suecia.
Antes, en 1977, se proclama campeón de la I Copa del Rey con el Real Betis Balompié, resultando decisivo su concurso en el encuentro de vuelta de la semifinal contra el Espanyol de Barcelona. Sus dos goles le otorgaron a los verdiblancos el pase a la final contra el Athletic de Bilbao, en la que Biosca transformó el cuarto penalti lanzado por los béticos en la tanda.
En los años siguientes se mantuvo como titular de referencia hasta que sufrió diversas lesiones que lo obligaron a pasar por el quirófano en dos ocasiones.
El 4 de agosto de 1982 recibió el homenaje de los béticos en el estadio Benito Villamarín en el partido que los verdiblancos disputaron frente al conjunto yugoslavo de la Vojvodina de NoviSad. Al final de esa campaña 1982-83 decidió retirarse del fútbol.
Antonio Biosca formó parte de esa generación que marcó toda una época en el Real Betis. Imponente en el juego aéreo, potente y rápido, duro y expeditivo, comprometido siempre con los valores del club, el almeriense se ha convertido con el paso de los años en el ideal de defensa central para la afición.