El Perfil: Denilson
Denilson será recordado siempre como el fichaje más caro en la historia del Real Betis Balompié, club en el que jugó durante siete temporadas. Un futbolista brasileño que con apenas 20 años fue objeto de deseo de los equipos más grandes de Europa y que acabó recalando en el Villamarín a cambio de una cantidad fabulosa. La que pagó el entonces presidente del Real Betis, Manuel Ruiz de Lopera. Nada más y nada menos que 5.300 millones de pesetas que lo convirtieron en ese momento en el jugador más caro del mundo.
Denilson de Oliveira Araujo, nacido el 24 de agosto de 1977 en Diadema (Estado de Sao Paulo, Brasil), se formó en los escalafones inferiores del Sao Paulo y se reveló como una figura en ciernes defendiendo la camiseta de la selección brasileña en el Torneo de París y en la Copa América de 1997.
Extremo zurdo regateador y chispeante, de buen toque con la pierna izquierda y muy vistoso para el espectador por sus cambios de ritmo, enseguida despertó el interés de los equipos más importantes. Se produjeron diversas ofertas para su fichaje, pero la más firme fue la del Real Betis Balompié, que anunció su fichaje el 28 de agosto de 1997.
El club verdiblanco pagó 5.300 millones en concepto de traspaso yademás se comprometió a pagarle a Denilson otros 6.000 millones en las once temporadas de contrato que le atarían al Real Betis, la primera de las cuales aún permitiría que el jugador permaneciera en Brasil, cedido en su club de origen, el Sao Paulo, ya que no se incorporaría a la disciplina bética hasta el verano de 1998, cuando hubiera concluido el Mundial de Francia de ese año.
Un traspaso récord que venía acompañado de una imponente cláusula de rescisión. La que Lopera estableció para el jugador. Nada y nada menos que 65.000 millones de pesetas.
La primera temporada de Denilson en el Real Betis fue la 1998-99. Una campaña que tuvo un inicio convulso, ya que en apenas tres meses el club tuvo hasta cuatro entrenadores (Luis Aragonés, Antonio Oliveira, Vicente Cantatore y Javier Clemente)
Su debut con la camiseta verdiblanca en partido oficial tuvo lugar el 29 de agosto de 1998 en el estadio de San Mamés. Primera jornada de Liga, en partido que enfrentó al Real Betis con el Alavés, que actuó como local en Bilbao por estar su campo en obras.
Su primer gol tardó en llegar hasta la jornada 22 del campeonato, cuando ya se había creado la impresión de que el brasileño no estaba respondiendo a las expectativas que había despertado su fichaje. Algo que fue común durante todos sus años de permanencia en el Real Betis. El altísimo precio de su fichaje lo marcó para siempre y su futbol nunca pareció en relación con su costo.
En el verano de 2000, tras el descenso a Segunda División, Denilson marchó cedido al Flamengo de Brasil a cambio de 2,8 millones de dólares (cerca de 500 millones de pesetas), pero retornó en el mes de diciembre, ya que los cariocas no pudieron pagar lo acordado.
Participa en el ascenso y al año siguiente (2001-02) juega su mejor campaña a las órdenes de Juande Ramos. Interviene en un alto número de partidos en las dos temporadas siguientes y comienza a decrecer su presencia en la 2004-2005 a causa de las lesiones. Ese año se proclama campeón de Copa con el equipo verdiblanco y transforma uno de los penalties decisivos en la tanda que clasifica al Real Betis para la final en Bilbao.
En 2005 abandona la entidad verdiblanca y marcha al Girondins de Burdeos, donde juega una temporada. Posteriormente pasaría por varios equipos en países tan diversos como Arabia Saudí, Estados Unidos, Brasil, Vietnam o Grecia. Abandonó el fútbol en 2010 con 33 años.
Con la selección de Brasil, Denilson fue internacional en 61 ocasiones y estuvo presente en los Mundiales de 1998 en Francia y de 2002 en Corea y Japón.
En las7 temporadas que vistió la camiseta verdiblanca, Denilson disputó 206 partidos oficiales (186 de Liga; 12 de la Copa del Rey y 8 de la Copa UEFA), marcando 15 goles.
Sin duda, Denilson era un jugador distinto, por sus amagos y sus bicicletas, sus regates y sus galopadas, pero claramente en 1997 no estaba formado como para costar el precio que se pagó por él. Jamás pudo acreditar que era un crack y eso lo marcó para siempre. En cualquier caso, su recuerdo es positivo entre la afición, que siempre pudo presumir de haber visto en Heliópolis, con la camiseta del Betis, al jugador más caro del mundo.