El Perfil: Finidi George
En el mes de julio de 1996 el Real Betis anunció uno de los fichajes más espectaculares de su historia, el del nigeriano Finidi George, sin duda, uno de los jugadores de mayor calidad que han vestido la camiseta verdiblanca a lo largo de la historia.
Un extremo derecho largo y profundo, potente y rápido, brillante ante el gol y con una carrera de gacela que le otorgaba esa imagen plástica que jamás olvidarán los béticos que disfrutaron de su juego. Un futbolista de una vez que en 1995 se había proclamado campeón de Europa y de la Copa Intercontinental jugando en el Ajax.
Nacido en la localidad nigeriana de Port Harcourt el 15 de abril de 1971, empezó a jugar en el equipo de su pueblo natal antes de fichar por el Calabar Rovers, club de la Primera División de su país, con el que alcanzó la internacionalidad. Durante una gira de su selección por Holanda, en el verano de 1993, los técnicos del Ajax se fijaron en él y lo incorporaron a un equipo de ensueño en el que a las órdenes de Louis van Gaal compartió vestuario con primeras figuras como Kluivert, los hermanos De Boer, Davids, Litmanen y Overmars y con el que ganó tres Ligas, una Copa de Europa y una Intercontinental, garantizando una media de once goles por temporada.
Su contratación adquirió aún mayor notoriedad por el hecho que en esas mismas fechas el Real Madrid había hecho pública ostentación de que pretendía fichar al jugador nigeriano e incluso anunció el viaje de unos emisarios a Amsterdam para cerrar la operación.
Sin embargo, fue el presidente del Real Betis en aquella época, Manuel Ruiz de Lopera, quien culminó su fichaje en una operación de altos vuelos que tuvo un coste de 1.024 millones de pesetas, el precio del jugador entre su traspaso, los impuestos y las comisiones acordadas. El Ajax cobraba 680 millones por la cláusula de rescisión (su contrato terminaba el 30 de junio de 1997), a los que habría que sumar el 18% de impuestos para el Fisco holandés, más 110 millones como comisiones a intermediarios y 1.200.000 dólares que percibiría el futbolista, que firmó por cinco años.
Finidi George, cuyo nombre significa buen futuro, quedó inmortalizado por Manolo Melado, speaker del estadio, como 'La sombra juguetona' y su debut con la camiseta verdiblanca tuvo lugar el 1 de septiembre de 1996 en partido de Liga disputado en Heliópolis ante el Athletic de Bilbao y que concluyó con triunfo bético por 3-0, abriendo el marcador el propio Finidi.
Esa temporada, a las órdenes de Lorenzo Serra Ferrer, el Betis llegó a la final de Copa, partido en el que el nigeriano hizo uno de los dos goles verdiblancos, y se clasificó en cuarto lugar en la Liga. Un gran equipo en el que coincidió con futbolistas tan importantes como Alfonso, Jarni, Alexis, Roberto Ríos, Merino, etc.
Desde su llegada, el rendimiento de Finidi George fue imponente. Una tendencia que se mantuvo en las tres primeras temporadas y que sólo decreció en la campaña 1999-2000, a raíz de un agrio desencuentro con el máximo dirigente de la entidad.
Una tensa ruptura que provocó su salida del club en el verano de 2000, tras el descenso del equipo, marchando al Real Mallorca, donde cerró su brillante carrera tras dos etapas que tuvieron por medio una estancia de un año en el Ipswich Town inglés.
De Finidi George dijo Lorenzo Serra que hacía cosas geniales, “con una técnica depurada y a una velocidad impresionante”. Una exuberancia de fútbol que dio origen a una entrañable ceremonia en el estadio cada vez que el nigeriano hacía un gol. En ese momento, desde la tribuna de Gol Norte volaba un sombrero que Finidi recogía y se colocaba a la vista de todos mientras que recibía el abrazo de sus compañeros tras el tanto anotado.
Un clásico que duró las cuatro temporadas que Finidi vistió la camiseta verdiblanca, en las que disputó 152 partidos oficiales (130 de Liga; 11 de la Copa del Rey; 5 de la Recopa de Europa y 6 de la Copa UEFA), marcando 44 goles.
La magia de Finidi permanecerá de por vida en el recuerdo de los aficionados. Jamás podrán olvidarse esas cuatro temporadas en la que este prodigioso futbolista nigeriano hizo felices a los béticos con su talento, sus goles y su simpatía. Todo un icono de un hermoso tiempo.