Durante diez temporadas Francisco Grau fue un clásico en la defensa del Real Betis. De 1959 a 1969 se erigió en un titular habitual que lo mismo actuaba en el lateral de la zaga que en el eje de la misma. Capitán en sus últimas temporadas, tuvo la oportunidad de participar en momentos muy destacados en la vida de la entidad, entre los que sobresale, principalmente, la obtención del Trofeo Ramón de Carranza en el año 1964, así como la disputa de la Copa de Ciudades en Ferias.

Nacido en La Garriga (Barcelona) en 1935, Francisco Grau Pla, conocido por la afición como Quico Grau, fue un jugador muy prometedor desde su etapa formativa. Con apenas 21 años fichó por el Atlético de Madrid y un año más tarde recaló en el Espanyol. Sin embargo, no consiguió asentarse en estos primeros destinos. Ello lo llevó al CD Sabadell, donde terminó por alcanzar su confirmación como futbolista.

Su brillante trayectoria decidió al Real Betis a abordar su fichaje en el verano de 1959, llegando a Heliópolis con 23 años. Su debut en partido oficial con la camiseta verdiblanca se produjo el  13 de septiembre de ese año en el Santiago Bernabéu de Madrid, siendo entrenador del Real Betis el uruguayo Enrique Fernández.

En la temporada 1963-64 formó parte del equipo que alcanzó el tercer puesto en la Liga y en agosto de 1964 disputó la final frente al Benfica que le permitió al Real Betis, por primera vez, proclamarse ganador del Trofeo Carranza.

Vivió ascensos y descensos, compartió vestuario con mitos del beticismo como, entre otros, Luis del Sol, Ríos, Areta, Lasa, Pepín, Rogelio, Ansola, Luis o Quino y el 2 de septiembre de 1969, cuando contaba 34 años, recibió en Heliópolis el homenaje del club y de la afición en un partido amistoso jugado contra la Portuguesa de Brasil. Después, abandonó el fútbol activo.

Defensa rápido y contundente, en sus diez temporadas luciendo la camiseta verdiblanca Quico Grau jugó 202 partidos oficiales: 172 de Liga; 28 de Copa; 1 de la Copa de Ciudades en Ferias y 1 de la promoción de ascenso de 1967.