HISTORIA | 24 segundos en el campo y gol en el descuento
Por Manolo Rodríguez
Temporada 1985-86. El Real Betis juega en el Camp Nou y a falta de un minuto para el final el marcador registra un empate a uno. Un resultado extraordinario, según proclaman las emisoras de radio que retransmiten el encuentro. Pero el Barcelona está volcado sobre la puerta verdiblanca. A tumba abierta y con diez jugadores en el campo visitante. No para de colgar balones y siembra el pánico en cada llegada. Es el Barça todopoderoso, el vigente campeón de Liga, y nadie se atreve a dar por hecho el empate.
Por su parte, el Betis resiste y, a veces, tira contragolpes que provocan escalofríos en los aficionados culés. Pero no culmina sus llegadas. A Suárez se le va una magnífica oportunidad de dejar solo a Rincón delante de Urruti y Gabi Calderón sufre un desgraciado resbalón cuando está a punto de entrar en el área con ventaja.
Así se llega al minuto 90, con una falta que Quico le hace a Julio Alberto en el medio campo bético y que le cuesta la tarjeta amarilla. Schuster la pone en el punto de penalti y entre la multitud de jugadores se eleva poderoso el portero Cervantes para meter los puños y mandar el balón a fuera de banda. Muy cerca del banderín de córner del costado derecho del ataque blaugrana.
El lateral barcelonista Manolo intenta sacar con urgencia, pero el árbitro, Ramos Marco, le ordena que espere porque el Betis va a hacer un cambio. Con enorme parsimonia deja el terreno de juego Rincón y lo sustituye Ito, que lleva más de un minuto esperando que el juego se interrumpa.
Ito echa a correr hacia el borde del área propia y ve como el saque de banda lo tocan en el aire Alexanco y Hadizbegic. La pelota cae donde él se encuentra y, sin pensarlo, le da un patadón que la manda al mediocampo. Pero el cuero vuelve inmediatamente al área del Betis, donde se han quedado hasta seis jugadores del Barcelona, y, esta vez, es Quico quien se lo quita de encima intentando enviarlo lo más lejos posible.
El balón toma altura y cuando cae en el centro del campo saltan por él Suárez y Víctor. Ninguno lo gana, queda suelto, y Gabino, a la primera, lo toca hacia la banda izquierda antes de que Migueli lo arrolle como un tren. Calderón recibe la pelota libre de marca y avanza poderoso por su costado, mientras que Ito lo acompaña por el centro. Poco antes de llegar al área, Calderón suelta un maravilloso centro que supera a Julio Alberto y deja a Ito delante de Urruti. El extremo bético firma una obra de arte al matar el balón con el interior del pie y, sin armar la pierna, lo clava junto al poste derecho.
Es el delirio. El Betis ha ganado en el Camp Nou en el descuento y el héroe es Ito, que ha hecho el gol del triunfo a los? ¡24 segundos! de haber entrado en el terreno de juego.
La victoria tiene su eco. Es la primera derrota liguera del Barça en su campo desde que lo dirige el inglés Terry Venables, con quien ganó la Liga el año anterior. Exactamente 25 partidos. Un Barcelona que venía de arrasar por 1-5 a la Real Sociedad en Atocha y que estaba a un solo punto del liderato.
La prensa catalana se rinde al Betis y reconoce que le dio una lección de fútbol al campeón. También así lo piensa el entrenador verdiblanco Luis Carriega, quien declara: "hemos sido mucho mejores".
Aquel recordado partido se jugó el domingo 8 de diciembre de 1985, día de la Inmaculada, y, la verdad, es que no comenzó con buenos auspicios. La expedición verdiblanca hubo de viajar el sábado muy temprano por mor de una huelga de controladores y con la baja por lesión de Antolín Ortega, el marcador más fiable de Schuster.
El Camp Nou se llenó lleno a rebosar y dirigió el choque el árbitro salmantino Joaquín Ramos Marco. Estas fueron las alineaciones:
FC Barcelona: Urruti; Manolo, Migueli, Alesanco, Julio Alberto; Víctor, Schuster, Calderé (Esteban, m.70); Carrasco (Clos, m.70), Pichi Alonso y Archibald.
Real Betis: Cervantes; Calleja, Alex, Hadzibegic, Diego; Parra, Romo (Suárez, m.82), Quico; Rincón (Ito, m. 90), Gabino y Calderón.
En el minuto 36 se adelantaron los verdiblancos al cruzar Rincón desde el borde del área un buen servicio de Calderón y apenas un par de minutos más tarde Pichi Alonso devolvió las tablas al marcador con un cabezazo parabólico que superó a Cervantes.
En la segunda mitad, el Barcelona apretó y el Betis aguantó y contragolpeó hasta que pasó lo que pasó en los 24 segundos que estuvo Ito en el campo.
En los días siguientes, Andrés Alonso "Ito" fue el hombre más demandado por el periodismo. Incluso Jorge Valdano, intentando explicar la bella acción técnica que le dio el triunfo al Betis, dijo en su honor que: "El gol es más hijo del control que del disparo".
Sin embargo, Ito no llegó a triunfar plenamente en el Betis. Apenas jugó 36 partidos oficiales en tres años, aunque dejara algún otro detalle maravilloso, como aquel de los dos regates en Nervión y su medido centro a Rincón en el Sevilla, 1; Real Betis, 2 de la campaña 1986-87.
Y quizá fueran así las cosas porque desde su misma llegada todo pareció como accidental y sobrevenido. Ocurrió que en ese verano de 1985 el Real Madrid fichó a Rafael Gordillo. No se trataba exactamente de un traspaso, ya que Gordillo terminaba contrato y era dueño de su futuro. Sólo bastaba que el club del Bernabéu hiciera efectivo el acuerdo al que habían llegado los clubes españoles cuando se abolió el derecho de retención y que se concretaba en pagar una indemnización en concepto de formación y promoción.
Ambos clubs negociaron y la entidad blanca se comprometió a pagar unos 131 millones de pesetas en números redondos (100 de los cuales serían para retirar de inmediato un crédito que el Betis, a través de varios de sus dirigentes, le debía a una entidad bancaria) y a jugar un partido ese mismo verano en Sevilla cuya recaudación iría íntegramente a las arcas del club.
Pero el Betis no tuvo suerte, como casi siempre. Y el día que se sorteó el calendario de la Liga resultó que el primer partido del campeonato sería un? ¡Real Betis-Real Madrid!, en Heliópolis. Cuentan lo que vivieron la escena que, al conocerse el emparejamiento, el presidente bético Gerardo Martínez Retamero tiró su carpeta al suelo mientras que exclamaba con desesperación: "qué mala suerte, por Dios". Y es que, de pronto, se había ido a hacer puñetas el partido amistoso que estaba previsto que jugaran el 21 de agosto el Betis y el Madrid como contraprestación por el fichaje madridista de Gordillo. Adiós taquilla.
Desde ese momento, la diplomacia bética intentó que el Real Madrid pagara una cantidad a cambio de la renuncia al encuentro, pero en el Bernabéu no aceptaron. Sólo al final los dirigentes béticos pudieron hacer de la necesidad virtud y consiguieron que el club blanco les traspasara sin costo al extremo Ito, un habilidoso delantero, muy prometedor en su juventud, por el que los madridistas le habían pagado 50 millones al Salamanca en 1981.
En Madrid, prohijado por Vicente del Bosque, otro salmantino al que considera como su segundo padre, Ito jugó bastante las dos primeras campañas, pero, poco a poco, su tono fue decreciendo. En 1984 fue cedido al Valladolid y a la temporada siguiente firmó por el Betis. En Heliópolis, hizo cuatro goles en tres años y dejó más una estela de excelente persona que de brillante futbolista.
Y, sobre todo, dejó para el recuerdo aquel gol providencial y prodigioso en el Camp Nou el día de la Inmaculada de 1985. Apenas a los 24 segundos de pisar la hierba.