HISTORIA | Cuando Joaquín jugó en la selección FIFA
Por Manolo Rodríguez
No paramos de recordar gestas de Joaquín. Ya se ha encaramado al pódium de los jugadores béticos con más partidos en Primera y no cesan de conocerse momentos inolvidables de una carrera verdaderamente inolvidable. La confirmación plena de que ha entrado en la leyenda a golpe de récords y de registros para la posteridad.
Aquí, en este cuaderno de historias, ya hemos subrayado muchos de los hitos que lo han convertido en un futbolista especial. Hechos tales como su temprano debut con la camiseta del Real Betis; su llegada meteórica a la selección; su participación en el Mundial de 2002; su altísimo predicamento en aquel equipo que se proclamó campeón de Copa en 2005; su vuelta a Heliópolis, su capitanía y su firme compromiso, incluso accionarial, con el club de su vida.
Pero aún hay cosas que merecen ser contadas. Y con el Real Madrid en puertas queremos recordar que fue en el estadio Santiago Bernabéu donde protagonizó Joaquín Sánchez otra hazaña excepcional. Nada más y nada menos que la de jugar en la selección mundial cuando apenas contaba 21 años.
Aquello ocurrió a mediados de diciembre de 2002 y, para entonces, Joaquín ya era una estrella rutilante en el fútbol español. Muy joven aún, pero con unos números impresionantes. Casi sin parangón en la historia del club.
Llevaba 3 temporadas como titular indiscutible en el primer equipo; había jugado con el Real Betis en competición europea y no sólo podía presumir de haber debutado en la selección española, sino, incluso, de haber tenido un papel protagonista en el Mundial de Corea y Japón celebrado el anterior verano.
No es que fuera camino de ser una figura, es que ya era una figura que empezaba a despertar el interés de los clubes más grandes. Y parecía natural. Así lo testimoniaba que en diciembre de 2002 Joaquín Sánchez Rodríguez ya llevara contabilizados 93 partidos oficiales con la camiseta del Betis en Liga, Copa y Copa de la Uefa en los que había anotado14 goles, también entre las tres competiciones.
Por ello, la afición verdiblanca acogió con júbilo que fuera incluido en la prestigiosa lista de los mejores jugadores del mundo que se mediría al Real Madrid en el encuentro que serviría de colofón al Centenario del elegido mejor club del siglo XX.
Era la segunda vez que un futbolista verdiblanco recibía tal distinción, después de que en julio de 1997 Alfonso Pérez hubiera vestido la camiseta del combinado mundial en el partido conmemorativo del retorno de Hong Kong a la soberanía china.
En este seleccionado FIFA, nacido en el año 1937, no hubo presencia española hasta 1953, cuando Joaquín Navarro, defensa del Real Madrid, se convirtió en el primer jugador hispano que disfrutaba de ese honor. Fue en el estadio de Wembley, en el partido conmemorativo del 90 aniversario de la Federación Inglesa de Fútbol, donde se vieron las caras el combinado mundial y la selección de Inglaterra.
Por cierto, que en el banquillo de la selección FIFA estuvo ese mismo día Andrés Bosch, un medio de gran calidad que entonces jugaba en el FC Barcelona y que años más tarde, de 1958 a 1965, fue uno de los grandes nombres del Real Betis en la época de Benito Villamarín.
Tras aquella primera experiencia, y en acontecimientos excepcionales, pasaron por el combinado mundial grandes jugadores españoles como Kubala, Di Stéfano, Puskas, Gento, Amancio, Asensi y Fernando Hierro.
El partido que enfrentó al Real Madrid contra la selección FIFA se disputó el miércoles 18 de diciembre bajo una intensa lluvia que, sin embargo, no despobló las gradas del Bernabéu, que registraron una magnífica entrada. Más de 70.000 espectadores, según refirieron las crónicas periodísticas.
Para tal ocasión fue designado seleccionador del combinado FIFA el brasileño Luiz Felipe Scolari, campeón del mundo con su país y recientemente anunciado como director técnico de Portugal. quien ofreció una lista de jugadores entre los que se encontraban algunos de "los mejores futbolistas del planeta", según refirió la prensa de la época. Jugadores con tanto nombre como Cafú, Maldini, Ballack, Roberto Baggio, Kaká, Rivaldo, Etoo, Mijatovic o Klose. Y, entre ellos, tres españoles: el bético Joaquín Sánchez, el valencianista Rubén Baraja y el colchonero Fernando Torres.
En esa constelación de estrellas la única ausencia destacada fue la del portero alemán Oliver Kahn, que en la temporada anterior había sido considerado segundo mejor jugador mundial tras Ronaldo Nazario. Tampoco pudo acudir al Bernabéu el árbitro más galardonado de aquellos años, el italiano Pier Luigi Collina.
Enfrente estaría el Real Madrid, vigente campeón de Europa, que apenas dos semanas antes se había alzado con la Copa Intercontinental en Tokio, tras derrotar al Olimpia de Paraguay. Un imponente equipo entrenado por Vicente del Bosque, que contaba en sus filas con tres ganadores del Balón de Oro: Zidane, Figo y Ronaldo, y con otras figuras de renombre nacional e internacional como Raúl, Casillas, Morientes McManaman, Solari o Cambiasso.
Dirigió el partido el colegiado castellano Mejuto González y las alineaciones fueron las siguientes:
Real Madrid: Casillas (César) (Carlos Sánchez); Miñambres (Olalla), Iván Helguera (Borja), Pavón (Rubén), Raúl Bravo; Figo (McManaman), Flavio (Celades), Guti (Tote), Zidane (Solari); Raúl (Morientes) (Cambiasso) y Ronaldo (Portillo).
Selección FIFA: Cavallero (Bizarri); Cafú (Cha Du Ri), Márquez (Naybet), Maldini (Yakin), Lizarazu (Fernando Torres); Nakata (Joaquín), Ballack (Cissé), Baraja (D'Alessandro); Baggio (Kaka) (Etoo); Rivaldo (Makaay) (Mijatovic) y Klose (Wilmots).
En la primera parte dominó claramente la selección mundial comandada por Scolari que puso contra las cuerdas al Real Madrid con goles del alemán Miroslav Klose (m.30), el brasileño Kaká (m.42) y el senegalés Aliou Cisse (m.48).
En el descanso Plácido Domingo interpretó el Hala Madrid desde la hierba y eso pareció servir para que despertara el equipo de Del Bosque, que reaccionó con una alineación plagada de suplentes y jugadores de cantera. Marcó su primer tanto por medio de Solari; el segundo lo hizo Tote (que al verano siguiente ficharía por el Betis), y logró empatar con un gran gol de Cambiasso en el minuto 86.
Finalizado el choque hubo un espectáculo de luz y sonido con distintas coreografías y un ramillete de chavalines jugando en el césped.
Así pues, Joaquín, que intervino durante cuarenta y cinco minutos en ese inolvidable partido, se convirtió esa noche de diciembre de 2002 en el segundo representante del Real Betis y del fútbol sevillano que jugaba bajo el escudo de la FIFA. El definitivo espaldarazo a un grandísimo talento que aún lo sería más.
Un talento que aún disfrutan los béticos.