HISTORIA | Holanda, el PSV Eindhoven y el Real Betis
Por Manolo Rodríguez
En el verano de 1994 el Real Betis modificó significativamente sus hábitos de pretemporada, aquellas concentraciones que el periodismo definía entonces como el "stage". De tal manera, que pasó de la cercana e intimista Cazalla de la Sierra (donde había iniciado los entrenamientos en los tres últimos años) a la modernidad de Holanda, en pleno corazón de Europa, lejos de los calores de la Sevilla veraniega y viviendo esa nueva realidad que traía la incipiente internacionalización del espectáculo futbolístico.
Aquello fue una idea del entrenador Lorenzo Serra, gran admirador del fútbol holandés y siempre dispuesto a oír los consejos de su amigo Johan Cruyff, y el lugar elegido para esta concentración de pretemporada fue el mastodóntico hotel Leewenhorts Congress Centrum, en la localidad de Noordwijkerhout, a 25 kilómetros de Amsterdam. Un hermoso lugar con excelentes campos y una temperatura primaveral, que parecía ideal para establecer una buena base de trabajo físico.
Allí estuvo yendo el Betis de 1994 a 1999 (con la única excepción de 1998) y, tal como ha datado el investigador bético Alfonso del Castillo, esto le permitió disputar en tierras holandesas 19 encuentros: 10 de ellos contra equipos aficionados y 9 contra clubes de nivel como el Volendam, Fortuna Sittard, FC Eindhoven, Sparta Rotterdam, Nec Nimega, PSV Eindhoven y AZ.
En el mes de julio de 1997 el Betis viajó a Holanda con un nuevo entrenador, Luis Aragonés, que se había hecho cargo del equipo tras la marcha de Serra. La idea de salir al extranjero no le gustaba al flamante técnico, pero el compromiso ya estaba adquirido y no pudo revocarlo como sí hizo con el fichaje del delantero holandés Roy Makaay, a quien cambió por Oli, ya que Luis confiaba más en los jugadores nacionales por considerar que no necesitaban adaptarse al fútbol español.
Aquella pretemporada fue la de los fichajes de Solozábal, Fernando, Iván Pérez, Valerio y el mentado Oli y la de la de la vuelta de Ángel Cuéllar. Por el contrario, se marcharon Roberto Ríos, Pier, Sabas y el portero Pedro Jaro, baja la de este último que coincidió con la estancia en Noordwijkerhout.
El debut futbolístico en esta concentración holandesa tuvo lugar el jueves 7 de agosto de 1997 contra el PSV Eindhoven, un prestigioso club que podía presumir de haber sido campeón de la Copa de Europa y de la Uefa. Un equipo con mucho nombre al que el Real Betis se enfrentaba por primera vez y con el que no se ha vuelto a ver las caras desde entonces hasta que el próximo sábado 23 de julio vuelva a hacerlo en el Philips Stadion luciendo sus galones de campeón de la Copa de España.
Aquel primer duelo de 1997, hace ahora 25 años, tuvo lugar en La Haya, en el marco de un torneo internacional en el que lo acompañaba como equipo español el Real Zaragoza. Precisamente los maños abrieron el trofeo con una victoria a los penaltis sobre el Ado Den Haag y, posteriormente, se enfrentaron el Real Betis y el PSV Eindhoven.
Dirigió el choque el colegiado holandés Dick Jol y las alineaciones fueron las siguientes:
PSV: Waterreus; Vampeta, Stam, Faber, Numan; Wim Jomk, Petrovic, Cocu, Degryse (Iwam, m.59); Claudio (Zenden, m.46) y Bruggink.
Real Betis: Prats; Jaime, Merino, Vidakov, Solozábal, Jarni; Finidi, Alexis, Cuéllar (Bjeliça, m.65); Alfonso y Oli.
Al decir de la crónica del diario ABC: "El Betis ofreció una buena imagen, a pesar de perder por 3-1 ante el PSV, equipo al que superó en el primer tiempo. Sin embargo, dos despistes defensivos y la falta de fondo físico hicieron que el conjunto holandés sentenciara el partido en dos minutos".
El marcador lo abrió Cuéllar a la media hora, al cazar un rebote en el área neerlandesa, pero enseguida igualó Stam al cabecear un córner. Ya en la segunda parte, afectado por el cansancio, el equipo verdiblanco (que vistió calzonas negras como será común esta campaña) concedió dos nuevos tantos materializados por futbolistas con tanta fama como Zenden y Cocu.
Dos días más tarde, el Betis se impuso en el partido de consolación al Ado Den Haag por 1-4, en tarde inspirada del polaco Wojciech Kowalczyk, quien aún permanecía en la plantilla, a pesar de que era público y notorio que el entrenador no contaba con él.
Una vez concluido el torneo en Holanda, la expedición bética volvió a España. Con buenas sensaciones, pero recién iniciado un debate que ya no pararía en toda la campaña: el que giraba en torno al sistema de Luis Aragonés y su defensa de tres centrales. Una agitada polémica que en algún momento llevó al entrenador a proclamar que "el sistema es innegociable".
Al año siguiente, en 1998, el entrenador no quiso que el Betis viajara a Holanda y prefirió realizar la pretemporada en la localidad gaditana de Chiclana, en el antiguo poblado marinero de Sancti Petri. Una concentración sacudida por el terremoto que produjo la dimisión de Luis Aragonés apenas a los 8 días de haberse iniciado los entrenamientos.
Sí retornó el equipo verdiblanco a Noordwijkerhout en el verano de 1999, a las órdenes del argentino Carlos Timoteo Griguol. Otra pretemporada en la que hubo mucho ruido y poco sosiego, esta vez provocado por las durísimas acusaciones que el presidente de la entidad le dedicó aquellos días al delantero, y gran figura, Alfonso Pérez, de quien llegó a decir que: "Alfonso no está lesionado. Y no lo estuvo el año pasado. Lo que quiere es irse al Madrid. Perderé dinero si hace falta, pero este año, desde luego, se queda en el Betis. Lo que tiene que hacer Alfonso es pedirle perdón al Betis por lo que está haciendo".
A partir de ese momento, el Betis no volvió ya al idílico paraje holandés que se hallaba a mitad de camino entre Amsterdam y La Haya. Como nunca más volvió a enfrentarse al PSV Eindhoven hasta este duelo de 2022.
Lo cual no quiere decir que no haya habido lazos de unión entre el Real Betis y el PSV en el último cuarto de siglo. Sí que se han cruzado sus caminos, pero a través de los nombres de hasta 4 jugadores que han defendido una y otra camiseta en este tiempo. Y, curiosamente, ninguno de ellos de nacionalidad holandesa.
Los primeros que llegaron a Heliópolis fueron los delanteros brasileños Robert da Pinho y Diego Tardelli, ambos en el mercado de invierno de la temporada 2005/06, aquella marcada por la lesión de Ricardo Oliveira. Robert procedía del mismo PSV y Tardelli,fichado por el Betis del Sao Paulo, recalaría una temporada más tarde en el equipo holandés.
El siguiente futbolista que vinculó a ambos clubes fue el suizo Johan Vogel, quien se comprometió con el Real Betis en 2006. Un buen centrocampista al que condenaron a la irrelevancia las circunstancias ambientales que entonces eran norma en la entidad. Vogel había explotado de 1999 a 2005 en el PSV Eindhoven y ello propició su traspaso al Milán de Ancelotti, desde donde llegó al Villamarín.
Por último, en 2017 fichó por el Betis Andrés Guardado, uno de los nombres fundamentales del Betis reciente y quien a día de hoy sigue vistiendo, para satisfacción general, la camiseta verdiblanca. Uno de los campeones de Copa de 2022.
El mejicano, que ya había hecho carrera en España jugando en el Deportivo y en el Valencia, fue pieza fundamental del PSV de 2014 a 2017, siendo traspasado posteriormente al Real Betis, donde va a iniciar su sexta temporada y se ha ganado el respeto y la admiración de la hinchada bética.
Cuatro jugadores que entrelazan las historias del Real Betis y del PSV Eindhoven y le dan sabor histórico al partido que se anuncia el sábado 23 de julio en el Philips Stadium. Un encuentro, por cierto, en el que el entrenador verdiblanco, Manuel Pellegrini, se encontrará en el banquillo holandés con Ruud van Nistelrooy, quien estuviera a sus órdenes en la temporada 2011/12 en aquel Málaga donde también jugaban el capitán Joaquín y el goleador Juanmi.