HISTORIA | Los goles de Prats
Por Manolo Rodríguez
Sin duda, Antonio Prats ha sido uno de los más grandes porteros del Real Betis a lo largo de su historia. Defendió durante 9 temporadas el marco verdiblanco y dejó el recuerdo de un guardameta ágil, sobrio y eficaz que a lo largo de casi dos lustros fue el dueño absoluto de la portería.
Junto a esto, Prats ha pasado a la posteridad por ser el primer portero en la historia del Real Betis que hizo goles en lanzamientos de falta, un acontecimiento desconocido hasta entonces en el fútbol español. En concreto, fueron dos los tantos que marcó en la campaña 1999-00, uno más que el goleador Oli y uno menos que Denilson. Únicamente lo superaron con creces Alfonso (10) y Finidi (8), pero sus números anotadores fueron muy similares a los de Karhan e Ito y, paradójicamente, superiores a los de futbolistas como Filipescu, Cuéllar o Gálvez.
Fichado por el Real Betis en el verano de 1996, procedente del Celta, debutó en Heliópolis en un partido jugado contra el Athletic Club de Bilbao, que concluyó con un rotundo triunfo verdiblanco por 3-0. Mallorquín de nacimiento, tenía 25 años y desde muy pronto pareció evidente que estaba llamado a consolidarse como el único portero que conocería toda una generación de béticos.
Antonio Prats le pegaba a la pelota con su pierna derecha con una enorme violencia. Eso lo convertía en un buen lanzador de faltas. De vez en cuando había hecho sus pinitos, pero sin ir más allá. Sin embargo, la llegada al banquillo en 1999 del argentino Carlos Timoteo Griguol cambió las cosas. El viejo técnico le vio sus enormes posibilidades y le pidió que se dedicara a ello. Lo entrenaron e incluso experimentaron en algún partido de pretemporada.
A partir de ahí, empezó a hacerse norma que las faltas al borde del área fueran ejecutadas por el portero. Su puesta de largo fue en el Sánchez Pizjuán con un trallazo seco que dobló las manos del portero sevillista Valencia, aunque, desafortunadamente, terminara estrellándose en el palo.
Pero cinco días más tarde las cosas salieron bastante mejor. Fue el 17 de octubre cuando Prats se estrenó como goleador en el Villamarín, al lanzar una falta en el partido que enfrentaba al Betis contra el Atlético de Madrid. En la portería de Gol Sur. Minuto 28 de un partido que los verdiblancos perdían por 0-1. Le tocó el balón Filipescu y su disparo raso, tras tropezar en las piernas del jugador colchonero Hasselbaink, acabó batiendo a Molina.
El Betis consiguió ganar aquella noche por 2-1, bajo una pertinaz lluvia que, en algunos momentos, incluso alcanzó la categoría de tromba. Y para que la victoria fuera posible, resultaron decisivas las paradas de Prats, en particular una que le hizo a Correa cuando el Atlético más apretaba.
Aquel partido lo dirigió el colegiado vizcaíno Losantos Omar y las alineaciones fueron las siguientes:
Real Betis: Prats; Merino, Crosa, Filipescu, Luis Fernández (Bornes, m.74); Finidi (Gálvez, m.88), Karhan, Alexis (Ito, m.82), Denilson; Romero y Alfonso.
Atlético de Madrid: Molina; Gaspar, Chamot, Santi Denia (Baraja, m.67), Gamarra, Capdevila; Solari (Correa, m.62), Bejlb, Hugo Leal (Valerón, m.71); Hasselbaink y José Mari.
El fútbol español vivió con perplejidad aquella irrupción inesperada del portero goleador. Prats, sin embargo, se lo tomó con calma y modestia, declarando que: "He tenido suerte. La verdad es que mucha suerte, ya que la pelota tropezó en un jugador del Atlético, pero lo más importante son los tres puntos. Tenía orden del míster de que si había una falta cerca del área la tirara yo. Incluso estuvimos ensayando en el entrenamiento de ayer. Tirarla directa o indirecta ya es cosa nuestra. Si me encuentro con ganas y con confianza, las seguiré tirando".
En cualquier caso, aquello parecía tan insólito entonces que el guardameta verdiblanco se vio obligado casi a justificarse. Por eso dijo: "Me considero un portero y una persona normal. No sé por qué un portero no puede tirar faltas. Si se puede sacar provecho de esta cualidad y el entrenador me da confianza, yo lo asumo".
Por su parte, el entrenador Griguol, el hombre de la gorra, le confesó al periodismo que: "Si hay faltas cercanas al área como ésta, las tirará él, pero no todas. La formación de un equipo son once jugadores y yo los puedo utilizar como quiera. Si tengo a mi favor algún jugador que pueda solucionar un problema, lo utilizo, aunque sea el portero"
Golazo a Casillas
El segundo gol de Prats aquella temporada sobrevino el miércoles 26 de enero de 2000, en un Real Madrid-Betis que debiera haberse jugado en el Bernabéu el día de Reyes de ese año, pero que hubo de retrasarse debido a la participación de los madridistas en la Copa Intercontinental.
Bajo un frío glacial, el Betis perdió una magnífica ocasión de haber puntuado ante un Madrid inestable y fallón. Pero no pudo ser. Los tantos de Guti y Morientes pusieron en el marcador un claro 2-0 y, además, los verdiblancos hubieron de jugar gran parte de la segunda mitad con diez jugadores por expulsión de Ito.
El partido agonizaba cuando Denilson enfiló el área madridista por el centro. Lo derribaron antes de que pisara la cal y el colegiado aragonés Bueno Grimal pitó falta. Ceremoniosamente, Prats se acercó al balón, vestido de negro con medias blancas. Esta vez no le tocó la pelota ningún otro jugador. Dio dos pasos hacia atrás y soltó un disparo terrorífico que no pudo sacar Iker Casillas, a pesar de que llegó a rozarla en su estirada hacia el palo derecho.
Pasado el tiempo, Antonio Prats no saca pecho por aquel gol del que tanto se habló durante mucho tiempo. Con humildad reconoce que: "Casillas, entonces, era un
muchacho muy joven, que apenas llevaba jugados unos pocos partidos en Primera División". "Que casi no tenía barba todavía", dice sonriendo.
Aquel encuentro en el Bernabéu terminó 2-1 y cuatro días más tarde echaron a Griguol. Desde entonces ya no hubo más goles de Antonio Prats Cervera. Pero queda la memoria. Estas fueron las alineaciones de ese partido:
Real Madrid: Casillas; Salgado, Julio César (Karanka, m.11), Helguera, Roberto Carlos; Mcmanaman, Redondo, Guti, Savio (Meca, m.77); Morientes y Zárate (Ognjenovic, m.54).
Real Betis: Prats; Otero, Crosa, Bornes, Luis Fernández (Cuéllar, m.77); Merino (Alexis, m.71), Filipescu; Gálvez (Karhan, m.71), Ito, Denilson; y Alfonso.
El último recuerdo de un lanzamiento de falta del portero verdiblanco se vivió en el campo de Butarque, en Leganés, a la temporada siguiente. Con el Betis en Segunda y en plena batalla por el ascenso que finalmente acabó llegando. Su disparo no cogió puerta y se fue por encima del larguero en la tribuna de Gol que ocupaban los aficionados de la Peña Bética de Valdemoro, una de las grandes referencias del peñismo verdiblanco fuera de Sevilla. Un encuentro matinal que terminó con empate a uno y donde lo más negativo fue la injusta expulsión del entrenador Luis del Sol.
Antonio Prats permaneció en la disciplina del Real Betis hasta la temporada 2004/05, tras pasar el último año prácticamente en blanco, como consecuencia de una lesión en la rodilla que se produjo en un choque con Zinedine Zidane en el partido Real Betis-Real Madrid jugado en Heliópolis en octubre de 2004.
En sus 9 temporadas como portero del Real Betis jugó 311 partidos oficiales (282 de Liga; 12 de Copa; 6 de la Recopa de Europa y 11 de la UEFA), marcando los dos goles ya comentados y dejando una aureola de grandeza que a día de hoy sigue tan presente como en aquellos años en que era un ídolo para los béticos.
Quizá el portero más grande desde José Ramón Esnaola.