Rosa Baleriola, junto al resto de directivos, la noche en que tomó posesión como directiva del Real Betis en 1988.

HISTORIA | Rosa Baleriola, la primera mujer directiva

Por Manolo Rodríguez

 

El Real Betis celebra este domingo el Día de la Mujer Bética, una conmemoración que ya cumple siete años y que casi siempre se ha visto acompañada por excelentes resultados deportivos. En concreto, los verdiblancos han ganado seis de los encuentros jugados en esta fecha y sólo han perdido uno. En todos esos partidos, el palco estuvo presidido y ocupado por mujeres.

El inicio de esta feliz iniciativa tuvo lugar en la campaña 2012-13 y la primera victoria fue ante Osasuna por 2-1. Al año siguiente, derrotó 2-0 al Getafe (el rival de este domingo) y en la 2014-15, en Segunda, goleó al Valladolid por 4-0. De vuelta a la máxima categoría, en la 2015-16, el club dio un paso más y sustituyó las rayas blancas de la camiseta por rayas rosas. Aquella mañana, el Betis se impuso al Granada por 2-0 con el mérito añadido de jugar un buen rato con un futbolista menos.

La única derrota en el Día de la Mujer Bética tuvo lugar ante la Real Sociedad en la campaña 2016-17, pero el año pasado, en medio de la lluvia, volvieron las victorias con un claro y contundente resultado de 3-0 ante el Espanyol.

Esta celebración, que coloca a la mujer en el centro mismo del universo bético, trae, sin duda, el recuerdo emocionado de Rosa Baleriola Salvo, la primera mujer que formó parte de una Junta Directiva del Real Betis.

Su nombramiento se produjo el martes 20 de septiembre de 1988, cuando la entidad verdiblanca ya había cumplido 81 años. En esa fecha el presidente Martínez Retamero procedió a una remodelación de su consejo directivo en el que, sin ninguna duda, el gran símbolo era Rosa Baleriola. Una mujer que tomaba asiento en la cúspide de un poder que sólo parecía hecho para los hombres. La primera mujer que ocupaba un cargo directivo en un club andaluz de Primera División.

Rosa Baleriola tenía entonces 34 años y, tal como publicó el diario "El País" en aquellos días, parecía haber colmado dos de sus principales vocaciones juveniles: la política y el deporte. Militante del PSOE desde 1975, en aquel año de 1988 ocupaba la dirección general de Relaciones del Gobierno Andaluz con el Parlamento de Andalucía.  

En el plano deportivo, había sido directiva de la Federación Sevillana de Hockey sobre Hierba, campeona de Andalucía como jugadora en el Club Pineda y árbitro número uno en su promoción en este deporte.

Bética por ascendencia materna, siempre contó que sus deseos de llegar a la directiva de la entidad surgieron en 1985 cuando, por ser mujer, no le permitieron la entrada en el palco para recoger unas entradas.

Su beticismo coincidía con el de su "padre político", el presidente entonces de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, quien fuera uno de sus avalistas para su ingreso en el PSOE en 1975. Después, fue su jefa de gabinete cuando éste ocupaba la cartera de Gobernación en la Junta de Andalucía y repitió cargo cuando Rodríguez de la Borbolla llegó a la presidencia del Gobierno Andaluz.

Rosa Baleriola se entregó generosamente a la tarea que le encomendó Martínez Retamero de sentar las bases de una modernización de la entidad, pero, como todas las estructuras del club, se vio envuelta en el clima prebélico que se vivía en la entidad desde que se supo que el presidente estaba negociando la venta del estadio.

Mucho se insinuó aquellos días que Retamero había situado en la junta directiva a diversas personas vinculadas al PSOE (Antonio Ojeda, Manuel Domínguez, la propia Rosa Baleriola), para que le facilitaran este propósito ante la administración socialista, pero debe ser dicho que su discreción fue absoluta en todo momento y que las fuerzas que más combatieron esta iniciativa presidencial no provenían precisamente del mundo de la política, sino más bien de sectores económicos que aspiraban a ser ellos quienes lideraran esa operación económica que se presumía jugosa.

La dureza del combate hizo que Rosa Baleriola fuera apartándose poco a poco del frente en el que luchaba casi en solitario el presidente, pero nunca llegó a dimitir de su cargo. Aunque su presencia pública fuese casi nula, resistió hasta el final en la Junta Directiva, y se marchó en el verano de 1989 cuando se consumó el descenso a Segunda División y Martínez Retamero se vio forzado a dimitir.

De trato exquisito, amiga de sus amigos, y bética de ley, Rosa Baleriola dejó un grato recuerdo en todos aquellos que la trataron en aquellos tumultuosos días.

Tras su paso por el Betis, volvió con discreción a la política y vivió de lejos con satisfacción los buenos años deportivos del club en la mitad de los noventa.

Desgraciadamente, en plena madurez, un cáncer se la llevó el 20 de octubre de 2004. Tenía 49 años.

Su memoria, siempre presente en el Real Betis, rebrotó con fuerza en la noche del 29 de junio de 2011, cuando, de nuevo, una mujer volvió a sentarse en el consejo directivo del club. La segunda mujer que ocupaba tal cargo. Otro nombre para la historia. En esta ocasión, el de Isabel Simó Rodríguez, hija de Manuel Simó Mateos, uno de los grandes mitos dirigentes del Real Betis a lo largo de su historia. Un apellido escrito con letras de oro en las barras del escudo y en la corona que testimonia su realeza.

Isabel Simó permaneció en el Consejo hasta 2014, y un año más tarde, el 23 de septiembre de 2015, tras la histórica victoria de la regeneración del club, promovida por la candidatura de "Ahora, Betis, Ahora" que lideraron Ángel Haro y José Miguel López Catalán, llegó al gobierno de la entidad María Victoria López, la tercera mujer que ocupaba tal responsabilidad histórica en el club.

María Victoria López, bética ejemplar y de cuna, presidenta desde hace años de la Peña Cultural Bética Rafael Gordillo, ocupa, asimismo, desde noviembre de 2017, la dirección de Atención al Bético, donde coordina a través de esta Oficina, las tareas de taquillas, animación y área social, además de continuar su labor directiva al frente del Real Betis Féminas.

Isabel Simó y María Victoria López han sido los últimos y destacados exponentes de la presencia femenina en la dirección de la entidad. La garantía de que todas esas mujeres a las que este domingo se homenajea en Heliópolis tienen, y confiemos que cada vez en mayor medida, un sitio obligado y preferente en el Real Betis del siglo XXI.

Y, por supuesto, con su trabajo y su beticismo, han demostrado que no pudo haberse depositado en mejores manos la valiente herencia de Rosa Baleriola Salvo.

Aquella pionera a la que recordaremos siempre.