Cejudo puso fin a la sequía goleadora con un golazo

Jamás una celebración de un gol reflejó su significado de forma tan explícita como la que ayer se vio en el Benito Villamarín con el gol obra de Álvaro Cejudo. Un tanto soberbio en el minuto 6 del partido ante el Real Madrid que ponía fin a una sequía goleadora de 554 minutos. En total, siete partidos sin cantar gol desde que Jorge Molina empatara en el minuto 82 del encuentro contra el Celta de Vigo del pasado 5 de diciembre. La ley suprema del fútbol dice que para ganar necesitas marcar. Una perogrullada que se convierte en dogma y, que como consecuencia, evitaba la llegada de resultados positivos. El astasco goleador se tradujo en una pérdida de confianza de cara al marco contrario que regresó ayer gracias a la espectacular volea de Cejudo. Explosión de júbilo en la grada por parte de una afición deseosa de ver de nuevo cómo un balón se introducía en la portería rival. De ahí que se entendiese como el gol como una especie de liberación. Tanto para el graderío como para el propio vestuario, como puede comprobarse en la efusividad de cada uno de los futbolistas cuando el zapatazo del '16' se colaba en la escuadra de la portería defendida por Keylor Navas.

Acierto clave para continuar recobrando sensaciones y observar el futuro con confianza después de los dos últimos empates logrados contra Villarreal y Real Madrid. Casualidad o no, durante un buen tramo de la sesión del viernes, Juan Merino tuvo a los suyos trabajando los disparos a portería, una tarea en la que la plantilla se mostró con especial puntería. Dos días más tarde, llegaba el gol deseado para detener una racha que ya es historia.