HISTORIA | Las Bodas de Plata
Por Manolo Rodríguez
El 6 de enero de 1932 celebró el Betis (entonces sin Real) el partido conmemorativo de sus Bodas de Plata. Sin duda, el mejor modo de recordar los primeros 25 años de vida del Balompié. Un acontecimiento que se adelantó unos meses a su tiempo histórico (recordemos que el hecho fundacional se asume que ocurrió en septiembre de 1907), quizá por ser la fecha más apropiada para que pudiera acudir a participar en este encuentro el rival al que todos deseaban: nada más y nada menos que el Athletic Club de Bilbao.
El Athletic en aquel tiempo era el sumun del fútbol español, el club estelar, el paradigma de las tradiciones. Una leyenda cargada de valores que ya había ganado 10 veces la Copa de España y en 2 ocasiones el Campeonato Nacional de Liga. Su campo de San Mamés era "La Catedral" y su juego, el que más se aproximaba al feliz invento de los visionarios ingleses.
En aquellos años todos admiraban al Athletic y en todas partes querían verlo. Pero hasta 1932 los rojiblancos aún no habían visitado ni una sola vez la ciudad de Sevilla. De ahí, el enorme interés que despertó su presencia en el partido de las Bodas de Plata del Betis Balompié.
Para conseguir que los vascos acudieran a dicho encuentro, la directiva que presidía José Ignacio Mantecón debió trabajar mucho y bien durante meses. Estableció contactos diplomáticos, desplazó a la ciudad del "bocho" a emisarios de prestigio y, al mismo tiempo, hizo firmes los lazos que ambos clubes habían estrechado un año antes, en 1931, cuando los verdiblancos disputaron en Madrid la final de Copa contra el Athletic.
Aquella final le dio mucho prestigio al Betis por ser el primer equipo que había llegado tan alto estando en Segunda División. Se ganó el respeto del fútbol español y los vascos lo miraban con simpatía y afecto. También, quizá, porque los "balompedistas" fueron el primer club andaluz que acudió a Bilbao para doctorarse en un escenario tan prestigioso.
En concreto, fue en 1922 cuando el Betis visitó por primera vez un lleno San Mamés. El 7 de mayo de ese año. Ganaron los locales por 4-2, pero los verdiblancos dejaron una excelente imagen. Tan buena, que el cronista J. de Juanes dejó escrito en la revista "Madrid-Sport" que: "De cuantos equipos han desfilado por San Mames, sólo es comparable el Real Betis, por su presión de juego, rapidez para apoderarse del balón, certeza y prodigalidad en el chut, y, sobre todo, exquisita corrección, con el formidable team del Nuremberg, campeón de Alemania".
Aquel era el Betis que desde un mes antes presidía el periodista Gil Gómez Bajuelo"Discóbolo" y en el que aquella tarde se alinearon: Gallardo; Alonso, Sacristán; Llinás, Barragán, Castañeda; Silva, Manolín, Gabriel, León (autor de los 2 goles) y Cruz.
Tarde, por cierto, que pasó a la posteridad por otras razones, ya que ese fue el día en que el toro "Pocapena", de la ganadería del Duque de Veragua, corneó mortalmente en Madrid al diestro valenciano Manuel Granero, quien en 1920 había tomado la alternativa en Sevilla de manos de Rafael Gómez "El Gallo", con "Chicuelo" como testigo.
El 21 de junio de 1931, el Betis Balompié y el Athletic Club volvieron a verse las caras, esta vez en la final de Copa que, desdichadamente, perdieron los verdiblancos por 3-1 en el embarrado campo madrileño de Chamartín.
Y ahí fue donde empezaron las conversaciones para que el gran equipo vasco acudiera a Sevilla a honrar las Bodas de Plata de los "balompedistas". Abrió senda el entonces presidente en funciones del club, Adolfo Cuéllar Rodríguez, y en los meses siguientes les fueron dando cuerpo el nuevo mandatario José Ignacio Mantecón y su hombre fuerte y mejor embajador, Carlos Fernández de Pando.
Por fin, en los últimos meses de 1931, el Athletic confirmó que vendría a jugar a Sevilla durante la festividad de Reyes del año nuevo. Una gran noticia que puso a trabajar a toda máquina a la intendencia bética. Se pensó que tan magno acontecimiento debería hacerse coincidir con la celebración de las Bodas de Plata y así quedó dispuesto. Incluso, llegándose al acuerdo de que días antes el Betis volvería a acudir a Bilbao para enfrentarse en un amistoso contra "los leones".
Esa temporada el Betis aún estaba en Segunda (de hecho, sería la del primer ascenso a la máxima categoría), pero también la división de plata paró su competición durante 20 días del mes de diciembre de 1931 a consecuencia de los dos partidos internacionales que la selección española jugaría en las Islas Británicas.
En la primera semana, y preparando la visita del Athletic, la directiva bética organizó un amistoso de gran nivel, que lo enfrentó en el Patronato el 6 de diciembre contra el Arenas de Guecho (otro histórico fundador de la Liga). Ganó el Betis por 5-3, con 3 tantos de García de la Puerta y sendos tantos de Adolfo y Timimi.
A continuación, el Betis se desplazó de nuevo a la capital vizcaína y volvió a pisar la hierba de San Mamés el 13 de diciembre. Segunda vez en "La Catedral", con otra victoria de los locales. En esta ocasión, por 5-1, con gol de García de la Puerta. La alineación verdiblanca la forman: Pedrosa; Aranda, Jesusín; Peral, Soladrero, Adolfito; Timimi, Adolfo, Vallina, García de la Puerta (en la segunda parte, Enrique) y Sanz.
A partir de ahí, todo es un no parar. El sábado 19 de diciembre se celebra en la Sociedad Económica una asamblea extraordinaria convocada por la Junta Directiva. La víspera, por cierto, de la visita al campo del Sevilla para el primer cruce liguero contra el eterno rival. Se habla mucho del inminente partido contra el Athletic y se decide que los socios pagarán una entrada de 5 pesetas, que en el caso de las mujeres será de 3,50. Igualmente, se le da carta blanca a la directiva para que agasaje a los vascos con todos los honores que sean necesarios. Y particularmente emotivas resultan las palabras del presidente Mantecón cuando, al cerrar la asamblea, alude al choque del día siguiente contra el Sevilla. Y dice: "Os pido que le prestéis el mayor apoyo espiritual a los jugadores, cualquiera que sea su actuación en el partido de mañana, seguros de que han de actuar con el mayor entusiasmo".
Y debió sobrarles el entusiasmo, porque el Betis se impuso por 2-3 en el viejo Nervión. Una victoria grande que hizo muy feliz a la ciudad verdiblanca. La mejor demostración de que aquel equipo caminaba con paso firme hacia la Primera División.
En honor del Athletic
La víspera de Nochevieja se recibe en la secretaría bética una carta del Athletic en la que el club vasco confirma que desplazará a Sevilla a todos sus titulares, o lo que es lo mismo, a los mismos jugadores que alinee tres días antes en el partido de Liga que los debe enfrentar contra el Valencia en tierras levantinas.
De hecho, la expedición vizcaína llega en el rápido de Valencia a la estación de Plaza de Armas el día 4 de enero. Viene de empatar a cero en Mestalla y es recibida por la directiva del Betis en pleno y por unos centenares de aficionados que, al decir de los periódicos, "les tributaron cálidos aplausos a los campeones españoles".
Por la tarde, los jugadores visitan la ciudad, mientras que los directivos son agasajados "con un chato a la usanza de la tierra" por sus colegas verdiblancos. Ya todos juntos acuden por la noche a la función organizada en honor de los visitantes vascos en el teatro Cervantes, donde comparten los aplausos con Casimiro Ortas, actor de zarzuela y del género cómico, famosísimo en aquel tiempo. Precisamente Casimiro Ortas será el gran protagonista de la Cabalgata de Reyes del día siguiente al encarnar al Rey Gaspar a lomos de un elefante regalado por el Rajá de Patiala.
Para los expedicionarios bilbaínos el 5 de enero también resultó memorable. Por la mañana, los directivos béticos los agasajaron con un paseo por el Guadalquivir y una fiesta campera que se celebró en La Marmoleja, cortijo propiedad de los señores Moreno Santamaría. Allí soltaron unas becerras ante las que lució sus habilidades el ex presidente del Betis Carlos Alarcón y donde sorprendieron gratamente por su dominio del arte taurino los jugadores del Athletic Lafuente y Bata. Tras el almuerzo, regresaron a la ciudad a las cinco y media de la tarde y se dirigieron a la Plaza de Toros, donde presenciaron la organización y salida de la Cabalgata del Ateneo.
Ya por la noche tuvo lugar el banquete oficial en el Pasaje de Oriente, situado en la calle Albareda. Acudieron las dos plantillas con sus respectivos entrenadores (Sampere por el Betis y Mr. Pentland por el Athletic) y en la mesa presidencial tomaron asiento el presidente bético, señor Mantecón; los delegados vizcaínos, señores Olavarría y Fernández; el representante de la Federación Sur (y bético prestigioso), Juan Alfonsecay la directiva verdiblanca en pleno.
Terminada la cena, hubo una breve fiesta flamenca, levantándose la mesa a las 12 de la noche para que los jugadores estuvieran en las mejores condiciones de cara al choque del día siguiente.
El miércoles 6 de enero amaneció soleado y los aledaños del Patronato estuvieron colmados desde primeras horas de la mañana. La expectación era enorme. Se presentabaen los campos sevillanos el Athletic Club de Bilbao y eso era todo un acontecimiento.Por ello, el lleno fue imponente. Se dijo que la recaudación alcanzó las 25.000 pesetas, algo que no tenía parangón con nada conocido. Todo un éxito antes de que el balón echara a rodar.
Pero el partido aún dejó mejor recuerdo. Una leyenda que todavía sobrevive, ya que el Betis, con un juego extraordinario, se impuso por 2-1, gracias a los goles de Romero y de Adolfo y a la actuación portentosa del guardameta Jesús, que incluso detuvo un máximo castigo cuando el choque estaba más igualado.
Arbitró el señor Peral Borrero y a sus órdenes los equipos salieron con las siguientes alineaciones:
Betis Balompié: Jesús; Aranda, Jesusín; Peral, Soladrero, Adolfito; Timimi, Adolfo, Romero, García de la Puerta y Sanz.
Athletic Club: Blasco; Moronatti, Urquizu; Petreñas, Muguerza, Roberto; Lafuente, Iraragorri, Bata, Uribe y Gorostiza.
En los prolegómenos del partido los capitanes, Aranda y Lafuente, intercambiaron ramos de flores y el saque de honor lo realizó la bailarina y coreógrafa Pilar López, hermana de La Argentinita, figura grande del ballet clásico español y flamenco en aquel tiempo.
Asimismo, y según publicó el diario ABC: "Acompañó al Betis en su histórica salida, como "mascota", el diminuto hijo del veterano Tenorio, lindamente equipado a lo bético". Un niño pequeño que con el paso de los años llegaría a ser un nombre de gran eco en la historia bética. Nada más y nada menos que el legendario utillero Alberto Tenorio.
También aquellos días, el citado diario ABC informó que en este partido se presentaríapor primera vez la bandera con el escudo de las trece barras que había diseñado Enrique Añino Ilzarbe-Andueza, uno de los fundadores del Sevilla Balompié en 1907.
De aquel triunfo bético se habló mucho. Apareció con caracteres destacados en la prensa nacional y el prestigio verdiblanco subió un nuevo peldaño. La entidad cumplía 25 años y ya se codeaba con los mejores clubes nacionales. Una certeza que acabó de certificar el ascenso a Primera culminado tres meses más tarde.
Como recuerdo imperecedero y orgulloso, el Real Betis Balompié conserva desde entonces entre sus fondos históricos el hermoso cuadro regalado aquella jornada histórica por el Athletic de Bilbao, en el que se muestra el escudo del club vizcaíno con una leyenda al pie que reza: "Al Betis Balompié en sus Bodas de Plata. 6 de Enero de 1932".
Un recuerdo que se remoza cada vez que lo vascos acuden a enfrentarse al Betis, como ocurrió hace unos días.