Un año más, al finalizar la temporada, feliz temporada que nos ha vuelto a llevar a Europa por cuarta ocasión consecutiva, el Real Betis quiso estar cerca de los suyos, de sus socios de todas las edades y circunstancias, en clara señal de agradecimiento por tantas cosas que casi no se pueden explicar a través de palabras. Por ello se organizaron diversos encuentros, generalmente multitudinarios, en los que la entidad quiso rendir homenaje a los béticos de toda condición.

El primero de ellos, el más numeroso, volvió a reunir en la grada de Gor Sur a los 3000 socios más antiguos de la entidad para una gala en la que se dio a conocer, en primicia, los detalles de la campaña de abonos para el próximo curso 2024/25 y se conmemoraron efemérides tan significativas como el crucial ascenso de Burgos, del que se cumplen 40 años en 2024, o la Copa del Rey de 2005. Tras todo esto, los béticos "gran reserva" allí presentes pudieron disfrutar de una copa de confraternización sobre la hierba de Villamarín, donde, sin duda, las anécdotas de tantas vidas en verdiblanco fueron el hilo argumental de la gran mayoría de conversaciones.

Del mismo modo, unos días después y como viene siendo tradicional en los últimos años, las más jóvenes generaciones de béticos fueron también reclamadas para disfrutar de la casa común en Heliópolis, protagonizando emotivas escenas e imágenes: los socios palmerines, menores de 3 años, corretearon todo lo que quisieron sobre el mismo césped en el que juega nuestro equipo; los infantiles, de 4 a 15 años, también tuvieron su jornada lúdica, animada por diversas atracciones, personajes y juegos y, por último, los más veteranos, los socios mayores de 80 años también disfrutaron de un rato de esparcimiento y convivencia en una soleada mañana en verdiblanco. Gracias a todos aquellos que no hacen más que dejar patente que el Betis es una pasión transmitida de padres a hijos, de abuelos a nietos.