HISTORIA | La primera vez que el Real Betis se enfrentó al Raja de Casablanca
En marzo de 1964 los béticos se impusieron claramente por 0-3 en un partido jugado en Tetuán para conmemorar la Fiesta del Trono de Marruecos
Por Manolo Rodríguez
El partido del próximo domingo entre el Real Betis y el Raja de Casablanca no será el primero que enfrente a ambos equipos a lo largo de la historia. Ya se vieron las caras en el mes de marzo de 1964 y también, como ahora, en suelo marroquí. Sólo que en aquella ocasión el encuentro se disputó en Tetuán y esta vez lo acogerá la propia Casablanca, la ciudad más grande del país y su mayor centro industrial.
Cuando se jugó aquel partido en 1964 el Real Betis era tercero en la Liga española. Estaba haciendo un campañón y apenas se hallaba a tres puntos del Barcelona y a cuatro del Real Madrid. Un éxito sin precedentes en la época moderna. Lo presidía Benito Villamarín y lo entrenaba Domingo Balmanya, un catalán ambicioso que ya había ganado una Copa con el Barcelona y que en los años venideros llegaría a seleccionador nacional y se adjudicaría una Liga con el Atlético de Madrid.
Aquel equipo del Betis era espléndido. Con futbolistas cargados de experiencia como Bosch, Pepín, Lasa, Grau o Eusebio Ríos y con gente más joven que parecía comerse el mundo, entre los que sobresalían Luis Aragonés, Colo, Ansola, Pallarés o Molina. Un conjunto potente y equilibrado que estaba firmando la mejor temporada desde el final de los años de hierro en la década de los 50. Un motivo de orgullo para los béticos.
Ese Betis estrenó el mes de marzo de 1964 recibiendo al Espanyol en Heliópolis y la víspera se hizo oficial que los verdiblancos acudirían al martes siguiente a Tetuán para enfrentarse al Rayah de Casablanca, como así nominaba la prensa de la época al equipo magrebí. Una vertiente internacional que no sorprendía, ya que en aquellas fechas también se hablaba mucho de la posibilidad de que el Betis acudiera en julio a Nueva York para participar en la Liga Internacional.
Todo ese paisaje idílico, sin embargo, se convulsiona el mismo domingo del partido contra los espanyolistas. Ese día publican los periódicos que la directiva del Real Betis ha puesto sus cargos a disposición de Villamarín. Una crisis que viene provocada por el interés del Atlético de Madrid en fichar a tres destacados jugadores verdiblancos: el lateral Colo, el centrocampista Luis Aragonés y el defensa Martínez.
Villamarín, que sostiene el club con su patrimonio, y que, según se cuenta entonces, lleva puestos más de 16 millones en la entidad, se decide a aceptar la oferta colchonera. Los traspasará por 11 millones de pesetas. Esto disgusta a algunos directivos, que no sólo cuestionan la decisión deportiva, sino, sobre todo, el personalismo de Villamarín.
A este desafío replica el presidente con una decisión tajante: "Dimitan y déjenme las manos libres para reorganizar la directiva". Así ocurre y esa misma tarde Villamarín acude solo al palco, donde es recibido con una enorme ovación.
Después, en el terreno de juego, el Betis gana por 4-0 con dos goles de Ansola y uno, respectivamente, de Cruz y Molina.
Tras este partido hay un parón liguero y la selección española se concentra en Sevilla, donde el 11 de marzo se enfrentará a la República de Irlanda en choque decisivo de los cuartos de final de la II Eurocopa de Naciones.
El seleccionador nacional, José Villalonga, convoca a tres jugadores del Real Betis (al portero Pepín, al defensa Colo y al interior Luis Aragonés) y dirige un entrenamiento en el estadio Benito Villamarín el mismo día de su llegada. Mientras tanto, los verdiblancos marchan a Marruecos.
La Fiesta del Trono
La expedición del Real Betis viaja el lunes 2 de marzo hasta Algeciras. Desde ahí sigue en barco hasta Ceuta, donde pernocta. La misma mañana del partido se desplaza a Tetuán.
Al frente del grupo figura el secretario técnico José María de la Concha y el técnico Domingo Balmanya desplaza a 16 jugadores: Corral y Campos, porteros: Grau, Martínez, Areta y Suárez, defensas; Senekowitch, Portilla, Pallarés y Cortés, centrocampistas; y Castro, Cruz, Ansola, Rogelio, Liert da Silva y Quino, delanteros. Amén de los seleccionados, no viajan por lesión o descanso titulares habituales como Ríos, Lasa, Paquito, Bosch, Montaner y Molina.
En la expedición destaca la presencia de Joaquín Sierra "Quino", un joven futbolista que aún no ha debutado en partido oficial con el primer equipo, pero que es todo un acontecimiento en las categorías inferiores. Tiene 18 años, juega en el filial, el Triana Balompié, y es internacional juvenil y figura suprema de la selección andaluza de esa categoría. Ha participado ya en algunos amistosos y nadie duda que está a punto de dar el gran salto.
El partido que lleva al Betis a Tetuán (la que fuera capital del Protectorado español hasta 1956) se enmarca en las celebraciones de la Fiesta del Trono de Marruecos, celebración nacional de carácter anual que conmemora la entronización del soberano reinante. Un soberano que en aquel momento era Hassan II, quien había accedido al reinado el 3 de marzo de 1961, tras el fallecimiento de su padre Mohamed V.
Pero el monarca alauita no acudió a presenciar el encuentro. De hecho, no visitó nunca Tetuán durante su reinado, manteniendo en todo momento una posición hostil para con el norte del país y la zona del Rif. Hassan II los veía como rebeldes separatistas desafectos al rey que ya habían protagonizado algunas revueltas duramente reprimidas a finales de los años 50 y que tuvieron su continuación en 1984.
Un estado de cosas que no cambió hasta 1999, cuando llegó al trono su hijo, Mohamed VI, quien puso fin al bloqueo del norte y eligió Tetuán como residencia de verano.
"Las Águilas Verdes"
El rival bético en tan señalado partido es el Raja de Casablanca, un club que había nacido en 1949, precisamente vinculado a los grupos de resistencia contra el Protectorado francés. Presumía de su carácter popular y sus colores, como los del Real Betis, son el verde y el blanco. Por eso fueron llamados desde el principio de los tiempos como "Las Águilas Verdes".
El Raja había participado desde 1956 en la Liga de Primera División de Marruecos y aunque en 1964 no había ganado un solo título, si pasaba ya por ser un equipo competitivo y de fútbol alegre. Un estilo que le había inculcado un personaje mítico en el fútbol de aquel país: Mohamed "Ben Lahcen" Affani, al que todos conocían como "Padre Jégo".
Este visionario fue el primer periodista deportivo que allá por los años 30 habló en sus artículos de tácticas y de estrategia. Viajaba frecuentemente por Europa y Sudamérica y le otorgaba una gran importancia a la inteligencia en el juego. Contribuyó enormemente al desarrollo del fútbol en Marruecos y fue el forjador de la personalidad del Raja en un largo periodo que duró 13 años. Dejó la entidad en 1968 y desde entonces se le considera el padre de un estilo que podría ser equiparable a lo que conocemos hoy como el "tiki-taka". Los marroquíes lo llamaban: "El espectáculo del Raja".
El gran estallido triunfador de "Las Águilas Verdes" llegaría en la década de los 80 y desde entonces se han mantenido en lo más alto del fútbol de su país y del territorio africano. Campeón en diversas ocasiones de las más importantes competiciones de aquel continente, llegó a ser subcampeón en 2013 de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, tras perder la final que lo enfrentó al Bayer Munich de Pep Guardiola, precisamente en Marruecos, en el estadio de Marrakech.
En estos años de esplendor, por su banquillo han desfilado nombres muy significados del fútbol europeo, tales como el portugués Fernando Cabrita, el mítico defensa holándes Ruud Krol, los franceses Henri Michel y Henri Stambouli o el rumano Ilie Balaci.
Y digno de ser recordado es que en 2017 fue fichado como entrenador del Raja el español Juan Carlos Garrido, quien dirigiera al Real Betis en el breve periodo de un mes en la temporada 2013-2014. Garrido fue cesado en el club de Casablanca en enero de 2019 tras ganar con el equipo marroquí una Copa del Trono y una Copa Confederación, la segunda competición africana.
El partido de Tetuán
Pero en 1964 el Raja no era aún un club grande. Quizá por ello, el Real Betis no encontró muchas dificultades para ganarle con claridad en el partido que se jugó en Tetuán el martes 3 de marzo. Un encuentro que despertó una enorme expectación y que llevó a las tribunas a espectadores llegados desde localidades cercanas como Ceuta, Tánger y Larache.
Por ello, el lleno fue completo en el estadio Sania Ramel, campo construido en 1913 y que había acogido en sus mejores años a aquel legendario Atlético de Tetuán que llegó a jugar en la Primera División española en la temporada 1951-52. Un imponente recinto deportivo que le daba cabida a 10.000 espectadores. El más grande, entonces, de África.
El encuentro fue presidido por el gobernador de la provincia, Yacubi Benamar, y sonaron los himnos nacionales de ambos países antes de que los capitanes intercambiaran banderas, banderines y ramos de flores. Los equipos formaron con las siguientes alineaciones:
Raja de Casablanca: Halfi; Abdesalam I, Beljer, Yedidi; Rubio, Axis; Abdesalam II, Uazzani, Musa, Abderrahman y Baiya.
Real Betis: Corral; Grau, Suárez, Areta; Portilla, Martínez; Cruz, Pallarés (Cortés, m. 80), Ansola (Quino, m.45), Senekowitch y Rogelio (Liert da Silva, m.45).
El encuentro lo domina el Betis desde el principio. Su fútbol es más preciso y técnico que el de los marroquíes y los goles no tardan en llegar. A los 12 minutos, Senekowitch abre el tanteo y a los 28, Ansola hace el segundo.
Así termina el primer tiempo. Entre las ovaciones del público. En particular para Antonio Cruz, joven extremo derecho del Real Betis que está acabando la temporada como una moto. Un canterano que en esos días será convocado por primera vez para la selección española amateur.
Precisamente Cruz anotará el 0-3 definitivo al aprovechar un rechace del portero tras jugada individual de Quino, que es, sin duda, el gran nombre de la segunda parte. Deslumbra por su calidad y a punto está de abrir más brecha en el marcador en una jugada que resuelve un zaguero del Raja sacando la pelota bajo los palos.
Al final del choque, jugado con exquisita deportividad, la expedición verdiblanca es agasajada por las autoridades marroquíes. A continuación, parte para Ceuta, donde hará noche antes de volver a Sevilla a la mañana siguiente.
En los días siguientes todo el interés se concentrará en el partido internacional España- República de Irlanda que se juega en Sevilla una semana más tarde. Se impondrá el combinado nacional por 5-1 y eso lanzará a la Roja a la conquista de su primera Eurocopa. Ninguno de los jugadores del Betis será titular.
En Heliópolis, mientras tanto, el presidente Benito Villamarín remodela su directiva y, como estaba cantado, en abril oficializa los traspasos de Colo, Luis y Martínez al Atlético de Madrid.
En la Liga, el Betis sigue a un gran ritmo y acabará la competición en el tercer puesto. Y llegado el Domingo de Ramos, tres semanas después del partido de Tetuán, debutará con la camiseta verdiblanca Joaquín Sierra "Quino".
Junto a todo esto, se descarta la posible visita a Nueva York en el verano, pero, a cambio, se anuncia una gira por Alemania, Holanda y Bélgica. El siguiente dato internacional de aquel Betis que ya en 1964 se vio las caras con el Raja de Casablanca.