HISTORIA | La vuelta del hijo pródigo
Se cumplen 50 años del regreso al Real Betis del gran mito Luis del Sol tras su brillante carrera en el Real Madrid y la Juventus de Turín
Por Manolo Rodríguez
El miércoles 5 de julio de 1972 publicó el diario ABC un comentario poco explícito, pero que no pasó desapercibido para nadie. Textualmente decía: "En calle Conde de Barajas (sede en aquel entonces de la secretaría del Real Betis) habrá noticia importante muy pronto; una nueva que, según los dirigentes, conmocionará gratamente al seguidor".
Y así fue, porque un día más tarde el planeta bético se vio sacudido por un acontecimiento que marcaba a varias generaciones: Luis del Sol volvía al Betis.
Retornaba el hijo pródigo 12 años después de su marcha al Real Madrid y eso era algo que iluminaba a los aficionados más veteranos, aquellos que lo idolatraron en la década de los 50 cuando se convirtió en el primer gran orgullo después de la travesía del desierto, y que, al mismo tiempo, conmovía a los más jóvenes, a todos esos muchachos béticos que habían crecido oyendo hablar a sus padres de los prodigios de aquel futbolista sobrenatural.
Volvía Luis del Sol, aunque en el imaginario de los aficionados no se fue nunca. Siempre estuvo presente en el recuerdo. Inmortalizado en las fotos del "pizjuanazo"; con la camiseta blanca al lado de Di Stéfano; con el brazalete de capitán de la "Vecchia Signora". De cómo decían los periódicos que había llegado a Sevilla para pasar sus vacaciones, de las imágenes en blanco y negro con la selección, de su grandeza en la Europa futbolística?
Tras su paso por el Madrid y la Juve, Del Sol jugó dos temporadas en la Roma a las órdenes de Helenio Herrera y ya sentía que había llegado la hora de volver. Contaba 37 años y él y su familia entendieron que era el momento de regresar a los orígenes, a esa patria verdiblanca que siempre lo estuvo esperando.
Los contactos con el Betis se intensificaron en el mes de junio de 1972, pero antes hubo que resolver algunas cuestiones imprescindibles. Primero, obtener la carta de libertad de la Roma con la que tenía el compromiso de haber permanecido un año más. La recibió, no sin problemas, después de acreditar que no iba a fichar por otro equipo italiano y más tarde se desplazó a la capital de España donde se entrevistó con los dirigentes del Real Madrid, puesto que el club del Bernabéu mantenía un derecho preferente sobre el jugador en caso de que este decidiera volver a jugar en España.
El Madrid no puso objeción alguna y de esta manera quedó expedito el camino para que el jugador pudiera firmar por el Real Betis. Cosa que ocurrió al mediodía del 5 de julio, en presencia del presidente José Núñez, del vicepresidente Pepe León y del directivo Manuel Peralta. Una enorme alegría para el beticismo que, mejor que nadie, explicó uno de los dirigentes al exclamar: "¡Esto parece mentira, ver de nuevo a Del Sol vestido de verdiblanco!"
El gran ídolo se comprometió por un año y nada le fue ajeno en aquella casa que conocía tan bien. Incluso estuvo entrenando varios días en solitario (acompañado de su hijo) en el césped del Villamarín.
Sus primeras declaraciones estuvieron marcadas por la emoción. Dijo: "El Betis para mí significa mucho y su afición siempre me ha demostrado su inmenso cariño". Un agradecimiento que quiso corresponder afirmando que: "Aquí estoy, al servicio del Betis, con la misma ilusión con la que empecé. Con más, quizás" A la prensa nacional por su parte, en concreto al semanario "As Color", le confesó que: "He fichado por el Betis por amistad y nostalgia".
La presentación de la plantilla tuvo lugar el 17 de julio con mucho público en las tribunas. "Era la primera vez que veía ese gentío cuando comenzábamos los entrenamientos", me contó una vez el portero Manolo Campos. "Y, claro, era por Del Sol". La afición le dedicó al hijo pródigo sus mejores ovaciones aquella mañana y la prensa publicó que: "Del Sol tendrá en el vestuario verdiblanco el mismo sitio que ocupara en sus comienzos como jugador".
También en ese acto el presidente Pepe Núñez aprovechó la oportunidad para recordar algo que estaba teniendo mucha trascendencia aquel verano. Que el Betis estaba en Primera y el eterno rival en Segunda. Por eso dijo: "Este año tendremos mayor responsabilidad por ser los únicos representantes de Sevilla en la División de Honor"
El primer partido de Luis del Sol en esta nueva etapa lo jugó en La Línea el 3 de agosto. Triunfo verdiblanco por 0-2 en un amistoso ante la Balona y retazos de crónicas periodísticas, como la de Ricardo Ríos en el ABC, que ya ponían de manifiesto que: "Luis del Sol, en el centro del campo, ha ayudado a mover los peones con esa batuta que de vez en cuando hizo flotar el maestro".
En el Villamarín se le pudo ver dos semanas más tarde, ahora contra el equipo yugoslavo del Sloboda Tuzla. Partido de presentación que hubo de jugarse al pleno sol de la tarde, ya que se estaba construyendo la (entonces) nueva tribuna de Gol Sur y el estadio carecía de iluminación eléctrica. Nueva victoria, esta vez por 5-1, y más elogios para el gran mito, del que se dijo que "fue dueño y señor de la parcela central, mandón y en magníficas condiciones físicas".
Lo siguiente fue el Trofeo "Ciudad de Sevilla". La primera edición de este gran invento de los años 70. Se jugó en el Sánchez Pizjuán y Del Sol intervino en los dos partidos disputados por el Betis. En la injusta derrota por 4-3 ante el Honved húngaro, prórroga incluida, y en la aparatosa goleada por 5-0 al Peñarol uruguayo.
La pretemporada, en términos generales, mereció la aprobación de los aficionados béticos, pero cuando llegó la Liga las cosas fueron ya de otra manera. Del Sol estuvo en el inicio del campeonato en Gijón y se mantuvo como titular indiscutible en las primeras jornadas. Después, sin embargo, una lesión lo tuvo dos meses en el dique seco. Reapareció en diciembre y ya por entonces el equipo estaba en apuros. Metido en la zona de descenso y anunciando que la campaña vendría marcada por la angustia y el sufrimiento.
Desde entonces, fue un fijo en las alineaciones verdiblancas. Contra el Atlético de Madrid en Heliópolis lo expulsaron por tomarse la justicia por su mano con el defensa Benegas después de que este le escupiera y, para su desconsuelo, no pudo participar por lesión en ninguno de los dos partidos disputados contra el Real Madrid. Allá en el Bernabéu por mor de un pisotón desafortunado que le propinó su compañero Biosca en las vísperas.
En total, jugó 22 partidos (17 de Liga y 5 de Copa) y, sin ninguna duda, estuvo entre los jugadores de mayor rendimiento durante la temporada. Pero todos esos buenos números los arrasó la certeza del descenso, el gran fracaso colectivo que supone irse a Segunda.
Por eso decidió retirarse definitivamente, a pesar de que Pepe Núñez intentó convencerlo para que siguiera una temporada más. Por eso, y porque acabó muy distanciado del entrenador Ferenc Szusza, cuya filosofía del fútbol no compartía. Se fue pensando, como dejó escrito años más tarde, que "aquel Betis era un equipo joven, demasiado joven, en el que empezaban jugadores como López, Biosca, Bizcocho, Del Pozo? y en el que luego estábamos dos o tres veteranos. A unos les faltaba experiencia y a otros nos sobraba".
Así, en "su Betis", terminó la historia como futbolista del gran Luis del Sol, el mito supremo. Una personalidad arrolladora que en los años posteriores le prestaría extraordinarios servicios a la entidad como entrenador, director deportivo y, sencillamente, como ídolo y ejemplo.
Nos dejó en junio de 2021, pero su presencia es eterna. Todo lo relacionado con su nombre merece siempre atención y recuerdo, como el que nos trae aquel verano de su retorno a Heliópolis en 1972.
Hace ahora 50 años.