El césped del Estadio Benito Villamarín sufre las consecuencias de una plaga
El análisis técnico de los problemas del césped del Estadio Benito Villamarín, proporcionado por la empresa encargada de su mantenimiento para informar públicamente sobre la situación es el siguiente:
El terreno de juego donde compite el primer equipo del Real Betis Balompié está sufriendo las consecuencias de una severa plaga de Spodoptera littoralis, (rosquilla negra), sobrevenida a mediados del mes de agosto.
Aunque fue tratada de forma adecuada con clorpirifos, dejó daños muy importantes en el campo, influyendo desfavorablemente en su recuperación la intensidad de partidos celebrados en casa en el último mes.
En las labores habituales de mantenimiento de césped, se realizan periódicamente resiembras de Festuca Arundinacea en primavera para preparar el terreno de cara al verano y en otoño se han realizado resiembras de Lolium Perenne, con la misma idea pero de cara al invierno y al inicio y desarrollo de la competición, ya que es una variedad más rápida que ofrece mayor uniformidad a la cubierta.
En el presente año y como consecuencia de la plaga de rosquilla, los servicios de mantenimiento del Club se vieron obligados a modificar la forma de actuación, ya que la planta superviviente, tras la plaga, era alarmantemente baja y por desgracia el comienzo de la competición era inminente, lo que obligó a adelantar las labores de la resiembra de otoño a la primera semana del mes de septiembre, -en lugar de hacerlo en octubre, como era lo indicado-, todavía sin las condiciones idóneas de temperatura para la realización de la misma con garantías.
Como consecuencia de la siembra, la situación obligó a aumentar la dosis y el número de riegos, lo que ha supuesto una mayor cantidad de humedad en superficie, ya que la evaporación es mayor en esta época; ha sido necesario regar durante el día para mantener siempre la semilla húmeda y provocar su germinación.
Una consecuencia de esta forma de actuar es que las raíces de las plantas tengan que profundizar menos para encontrar la humedad, con lo que favoreció la tendencia, que ya de por sí tienen estas variedades, de acortar el sistema radicular.
Tres alternativas posibles
Tras el diagnóstico de la plaga, surgen tres posibles soluciones. La primera se basa en actuaciones que lleven como objetivo el fomentar el desarrollo radicular de la población de planta existente en el campo. Como consecuencia del desarrollo de las raíces, se producirá un fortalecimiento de la planta, conllevará el ahijado de la misma, la cubrición total del terreno y el aumento necesario del sistema radicular de la planta que evite el arranque durante el transcurso de los partidos.
La segunda es más drástica: pasaría por el arranque de la actual capa vegetal y colocación de una nueva, tal y como se hizo hace tres años. El resultado sería el mismo que el que se ha tenido desde entonces, y más tarde o más temprano volverían los inconvenientes (problemas de drenaje, encharcamientos, debilidad de la planta, etc.). Esta solución tampoco sería definitiva.
La tercera opción, determinante, contemplaría la suma de las dos anteriores pero con la eliminación de un mínimo de 20 cm. de suelo, la colocación de plástico para aislamiento de los bulbos de castañuela y estolones de grama que pudieran quedar por debajo de la profundidad de suelo extraído, la construcción de un sistema de drenaje, la recolocación del riego actual, el aporte de una capa de arena adecuada, la nivelación y la colocación del tepe.
Esta solución sería la definitiva a los problemas actuales pero inhabilitaría durante meses el terreno de juego, luego sólo se podría valorar al finalizar el calendario de Liga.
25 días para habilitar el césped.
Teniendo en cuenta las necesidades del Estadio y el momento en el que se encuentran las distintas competiciones en las que participa el Real Betis Balompié, se optó por la primera opción: estimular el fortalecimiento de la planta actual. Debido a la lentitud de este crecimiento por los motivos comentamos inicialmente, el Club ha procedido a acelerar e intensificar las labores de recuperación.
Para ello, se aportarán silcatos colidales tipo Agrosil en dosis de 500 kg/ha que favorezcan el enraizamiento y ayuden a mejorar la estructura del suelo. Se aplicaran por vía foliar abonos ricos en nitrógeno y potasio para favorecer el desarrollo y el endurecimiento de la planta y se emplearán activadores de crecimiento con aminoácidos. Estas intensas actuaciones, unidas al cambio de las temperaturas que ya se está produciendo y al parón que el uso del Estadio tiene en próximas fechas, deberán traer como consecuencia la mejora en gran medida de las condiciones de juego, dejando el terreno en un estado parecido al que tenía antes de la plaga. A medida que el otoño vaya avanzando, se mejorará el estado y el aspecto general del césped.