Alfonso ha quebrado en seco a Bogarde, que inicia su inevitable caída tras el regate, Está cerca el gol.

HISTORIA | El destello mágico

Los partidos en Heliópolis entre el Real Betis y el FC Barcelona han dejado momentos y jugadores inolvidables entre los que destaca aquel golazo de Alfonso en el año 2000

Por Manolo Rodríguez

 

Más allá del resultado, hay partidos que se recuerdan por una efeméride, o por un hecho singular que lo grabó en la historia, o por la irrupción de un nombre que lo marcó para siempre o, como ha ocurrido a veces, por el brillo mágico de un destello inesperado que acabaría convirtiendo en inolvidable alguna jugada que puso de pie al estadio y que, pasados los años, sigue contándose de generación en generación como un sucedido extraordinario.

En los duelos que han enfrentado al Real Betis y al FC Barcelona hay ejemplos de todo lo que decimos. Porque han sido muchos. Cincuenta y tres hará este domingo. Siempre que el Betis estuvo en Primera, vino el Barça al Patronato y a Heliópolis y, siempre, como ahora, en medio de una inusitada expectación que le confería al encuentro el valor de un gran acontecimiento.

Sin remontarnos mucho en el tiempo, puede recordarse que fue en un Betis-Barcelona cuando el gran ídolo Luis del Sol jugó su último partido como jugador verdiblanco antes de fichar por el Real Madrid. Corría el año 1960 y la fecha sigue indeleble en la piel del beticismo.

Una década larga más tarde, en 1975, el choque entre béticos y barcelonistas se jugó un par de horas después de que hubiera sido enterrado en el Valle de los Caídos el General Francisco Franco. Fue el 23 de noviembre de 1975, a las cuatro y media de la tarde, y precedido de una oración fúnebre que dirigió un sacerdote desde la bocana misma de los vestuarios. Eran días de enorme incertidumbre por lo que podría deparar el futuro, a pesar de lo cual el estadio se llenó de manera rotunda. Y ganó el Real Betis por 1-0, con gol de Julio Cardeñosa. Benítez y Cruyff fueron los capitanes.

Seis años más tarde, en 1981, el Betis-Barcelona se disputó en el Villamarín el 22 de febrero, el día antes del asalto al Congreso y del golpe de Estado que hizo peligrar la democracia y tuvo al país en vilo. En la víspera del 23-F. Un partido que llegó marcado por la excelente temporada que estaba realizando el Betis, a quien la prensa nacional calificaba en aquel tiempo como serio candidato al título de Liga.

El encuentro fue tremendo y no defraudó. Jugado de poder a poder, el marcador final registró un empate a uno, con goles de Morán y Schuster. En esa fecha las casetas todavía estaban bajo la tribuna de Fondo por las obras previas al Mundial-82. Dos meses más tarde se inaugurarían los nuevos vestuarios ubicados en la tribuna de preferencia, al tiempo que se estrenaba asimismo la amplia sala de prensa construida en dicha zona del campo.

En 1982, como ya contamos en su momento, llegó a Heliópolis con la camiseta del FC Barcelona Diego Armando Maradona, la cuarta leyenda que pisaba la hierba del Benito Villamarín, tras Di Stéfano (1958), Pelé (1959) y Cruyff (1974). 

Lionel Messi, el quinto grande, quizá el más grande, aún se retrasaría casi tres décadas. Tardó mucho y le precedió su fama. Era figura desde 2006, pero en el campo del Betis no se le vio hasta febrero de 2009, cuando ya había superado los 100 partidos con el Barça y había metido más de 50 goles. Una barbaridad para aquel muchacho de 21 años que esa noche apenas disputó 33 minutos de un partido que acabó empatado a dos. Melli y Mark González fueron los anotadores béticos y Eto'o hizo los del Barcelona.

Y junto a todos estos recuerdos de días emblemáticos y de nombres superlativos, el destello mágico. La jugada que jamás se va de la memoria.

Un momento inolvidable que relampagueó el domingo 13 de febrero de 2000. En un Real Betis-FC Barcelona decisivo para los verdiblancos, que estaban cuartos por la cola y tenían el descenso a un solo punto. Era, además, la primera vez que se iba a sentar en el banquillo de Heliópolis el técnico holandés Guus Hiddink, quien había sustituido en el cargo dos semanas antes al argentino Carlos Timoteo Griguol. En el Betis, la baja más destacada era la de Finidi, que en esa misma jornada disputaba la final de la Copa de África con la selección de Nigeria.

La tarde salió soleada y el lleno fue de reventón, habida cuenta de que en este encuentro se pudo estrenar, por fin, el tercer anillo de las tribunas de Fondo y de Gol Norte. Unas zonas que estaban terminadas desde hacía algún tiempo, pero que no quedaron definitivamente acondicionadas hasta esa tarde.

Arbitra el colegiado asturiano Mejuto González y los equipos salen con las siguientes alineaciones:

Real Betis: Prats; Crosa, Bornes, Vidakovic, Filipescu; Ito, Merino, Karhan, Denilson (Cuéllar, m.70); Alfonso (Benjamín, m.92) y Oli (Gálvez, m.58).

FC Barcelona: Arnáu; Reiziger, Abelardo (Dani, m.65), Bogarde, Zenden; Luis Enrique, Xavi (Ronald de Boer, m.58), Cocu (Litmanen, m.76); Figo, Kluivert y Rivaldo.

Enseguida marca el Betis. Minuto 7. Derribo de Zenden a Denilson en la banda derecha y falta que saca el propio jugador brasileño. La rechaza Kluivert y la pelota le cae a Ito fuera del área. El extremeño la mata con la izquierda y la empalma con la derecha. Le sale un disparo ajustado al poste izquierdo ante el que Arnáu reacciona tarde. Un buen gol.

A partir de ahí, el Betis renuncia a jugar y basa todos sus esfuerzos en ahogar el mediocampo blaugrana. Ito, Merino y Karhan se convierten en un "triángulo destructor" que es muy ponderado por el periodismo. Aun así, Prats tiene que hacer un par de paradones y Figo estrella un cabezazo en el palo un minuto antes del descanso. Pero el Betis sale vivo y se rearma para lo que viene.

Con lo que no cuenta es con que a los seis minutos de la continuación se va quedar con un futbolista menos. Mejuto expulsa a Karhan por doble amarilla. Serio contratiempo, que justifica mayor presión barcelonista y más esfuerzo defensivo en el Betis que, por momentos, se ve embotellado y a la desesperada.

Así van cayendo los minutos hasta que, de pronto, sucede una de esas cosas mágicas que el fútbol y el Betis regalan a veces. Un gol para contarlo toda la vida. Un gol inmortal por su belleza, su plasticidad y, sobre todo, por lo que significó.

Corre el minuto 78 cuando cae una pelota a la banda izquierda del ataque del Betis. Ángel Cuéllar, pleno de talento, se la da de tacón a la primera a Alfonso, que ya está dentro del área. Alfonso la deja correr con Bogarde pegado a su espalda. De pronto, se gira y recorta en seco en dirección contraria. El gigantesco defensa holandés del Barça empieza a caer y su caída la acompaña Alfonso con otro toque sutil que deja a Bogarde desparramado sobre el punto de penalti. Sale limpio de la finta y con la otra pierna, con la izquierda, espera el achique de Arnáu para clavársela junto al palo.

Una barbaridad que provoca el delirio. Seguramente el mejor gol en décadas. Un motivo de orgullo para quienes estuvieron allí, lo vieron, y desde entonces lo refieren como un prodigio.

Aquel fue el gol que ganó el partido, porque ocho minutos después acortó distancias Kluivert. El árbitro alargó la contienda cuatro más y, aunque parecieron años, el Betis acabó ganando? y recordando para siempre la maravilla de Alfonso.

El mágico destello que ya es patrimonio de la historia verdiblanca.