HISTORIA | El primer gol de Miki Roqué
El infortunado defensa del Real Betis se estrenó como goleador en octubre de 2010 en un partido disputado contra el Girona
Por Manolo Rodríguez
En julio de 2009 el Real Betis hizo pública una escueta nota informativa en la que informaba que el club se había hecho con los servicios del joven defensa catalán Miki Roque, procedente del Liverpool, quien llegaba para reforzar al equipo filial, el Betis B, al que esa temporada dirigía el exjugador verdiblanco Oli.
Tan prometedor futbolista, de 21 años de edad, se había formado en las categorías inferiores del Lleida, pero salió muy joven de España para cumplir el sueño de fichar por el Liverpool, uno de los grandes de Europa. Fue Rafa Benítez, entonces en el banquillo de Anfield, quien decidió contar con este elegante central que se convertiría en el jugador más joven en alinearse con los reds en un partido de la Liga de Campeones. Fue ante el Galatasaray, en Estambul, en el mes de diciembre de 2006.
Después, vivió distintas cesiones que le hicieron pasar por el Oldham Athletic inglés y por un par de clubes españoles, el Xerez y el Cartagena, hasta que en 2009 llegó al filial verdiblanco. Su debut tuvo lugar en Lucena en septiembre de ese año y su primer encuentro en la Ciudad Deportiva lo jugó una semana más tarde contra el Ceuta.
Esa campaña disputó 25 partidos y la siguiente la inició como titular indiscutible en el Betis B. Así hasta que llegó el mes de octubre. El primer equipo estaba en Segunda y el entrenador Pepe Mel contaba con la cantera. Y también a él le llegó su oportunidad. Fue con ocasión de la visita verdiblanca a Las Palmas. Séptima jornada. Estaban lesionados Belenguer y Arzu y el técnico incluyó a Miki Roque en la expedición. Empezó el partido en el banquillo, pero en el minuto 39 se lesionó el brasileño Roversio. Salió al campo y no sólo estuvo bien, sino que incluso participó en la jugada del segundo tanto bético. El choque acabó con empate a dos.
En ese momento, el Betis era tercero en la tabla con 16 puntos, dos menos que el Celta y el Rayo. Y el siguiente rival en Heliópolis sería el Girona, equipo que desde el principio de los tiempos sólo había rendido dos visitas al campo bético, aunque estuviera muy cercano su sorprendente triunfo del año anterior.
Mel no duda y sigue contando con Miki Roqué. Su debut en casa. Sábado 16 de octubre de 2010, a las cuatro de la tarde. 25.000 espectadores.
Dirige el partido el leonés Valdés Aller y las alineaciones son las siguientes:
Real Betis: Goitia; Miguel Lopes, Dorado, Miki Roqué, Nacho; Cañas (Juande, m.46), Beñat; Momo, Ezequiel (Jorge Molina, m.46), Israel (Juanma. m.57); y Rubén Castro.
Girona FC: Santamaría; José, Serra, Migue, Moha (Kiko Ratón, m.74); Ángel (M.Tebar, m.62), Dorca; Bautista, Peragón, Jandro; y Despotovic (Chechu, m.57).
El encuentro no arranca bien. El Betis parece atascado y en el primer tiempo apenas crea peligro. Demasiado plano y sin chispa. Por contra, el Girona golpea cuando se acaba el primer tiempo. Gol de Moha que envía a los futbolistas al vestuario con 0-1 en el marcador.
Tras el descanso, Mel toma medidas y da entrada a Juande y a Jorge Molina. El equipo mejora y enseguida cambian las cosas. Y las cambia, precisamente Miki Roqué, que hace el gol del empate. Corre el minuto 54 cuando Beñat lanza un córner que el defensa catalán caza limpiamente en el aire para llevar la pelota a la red con un potente cabezazo. El primer tanto de su vida con la camiseta del Real Betis.
Los verdiblancos acaban ganando aquel partido con otro gol de un central, en este caso Dorado, y también a la salida de un córner, y mantiene intactas las opciones de ascenso que al final de la temporada acabará confirmando.
Miki Roqué, por su parte, se consolida en la plantilla. Repite titularidad durante seis jornadas y cuando termina la primera vuelta marca su segundo gol, asimismo de cabeza en el Villamarín, contra el Alcorcón.
Sin embargo, deja de jugar en febrero de 2011. Su último partido es contra el Elche. La afición no sabe que sufre dolores y que se le están haciendo pruebas. Y tres semanas más tarde, cuando el equipo se halla en Ponferrada, se confirma lo peor: el futbolista padece un tumor.
Eso ocurre un miércoles y el sábado 5 de marzo se convoca de urgencia una rueda de prensa en el estadio. Asiste toda la plantilla y es el propio Miki Roqué quien anuncia que le han detectado un tumor en el pubis que deberá serle extirpado de forma inmediata. Llora el futbolista y lloran todos los presentes. La mañana es dramática.
Al día siguiente, el Real Betis le hace cuatro goles a las UD Las Palmas y los jugadores saludan cada gol mostrando la camiseta número 26 de Miki Roqué. El homenaje sentido que aplaude todo el estadio.
El presidente Rafael Gordillo garantiza que el Betis estará a su disposición para todo lo que necesiten tanto él como su familia y el jefe de los servicios médicos, Tomás Calero, aclara que no habrá más apariciones públicas sobre este tema, ya que la evolución clínica del futbolista sólo se iría conociendo a través de los partes médicos.
Y ya se sabe lo que fueron contando los partes médicos. A veces invitaron a la esperanza y en otras, al abatimiento. Todo el fútbol español se volcó con Miki, pero la trágica realidad acabó imponiéndose. Fue el 24 de junio de 2012. El día en que falleció un joven futbolista que aún no había cumplido los 24 años.
Días más tarde, el 2 de julio, se celebró el funeral por Miki Roqué en el estadio Benito Villamarín. El altar de la misa se colocó frente a la grada de preferencia y la asistencia fue multitudinaria. La emoción, tremenda. Olga Roqué, hermana del jugador, leyó una carta que conmovió a la tribuna.
Desde entonces, su memoria permanece viva en cada partido, en cada minuto 26. Los béticos no olvidarán jamás a ese espigado muchacho, elegante y sobrio, que con tanta dignidad defendió el escudo de las trece barras. Y por eso recordamos hoy aquel primer gol que marcó en un Real Betis-Girona.