Un Betis multicultural
Nueve extranjeros se dan cita este año en el vestuario bético
El Real Betis abandona mañana Londres, una de las ciudades que mejor ejemplifica la correcta integración entre diferentes razas. Antes de partir rumbo a Chester para realizar la última fase de la pretemporada, el Betis se despedirá de la capital inglesa disputando esta noche un partido amistoso ante el Fulham a partir de las 21:00 horas (hora española). Durante la tarde libre de ayer, los futbolistas verdiblancos pudieron comprobar la perfecta armonía existente entre diversas nacionalidades por las calles de esta ciudad cosmpolita. Gracias a una adecuada convivencia forjada durante siglos, la armonía multicultural ha implicado que Londres se haya convertido, con el paso de los años, en una los centros neurálgicos del mundo, uno de los motores de la economía mundial. Ocurre que esos vínculos son parecidos a los que se anudarán este año en las filas del Real Betis Balompié. Cada vez en mayor medida, y con el claro influjo de la crisis, el fútbol se torna en un deporte globalizado, en el que es frecuente ver a jugar a los futbolistas en rincones muy alejados de sus países de origen, con la meta latente de luchar por un sueño con los sacrificios que ello suele conllevar.
Sin ir más lejos, la prueba irrefutable la tenemos en el día de ayer, momento que aprovecharon Braian Rodríguez, Cedrick, Perquis y Lolo Reyes para acudir juntos al Fly Emirates Stadium, donde presenciaron en vivo el Arsenal-Galatasaray (1-2). Fanáticos del fútbol, no dudaron en optimizar sus horas de tiempo libre con el olor a fútbol que tiene Inglaterra.
El Real Betis buscará luchar por una satisfactoria participación en todas y cada una de las competiciones a relatar la próxima campaña. Para ello, será indispensable una óptima adaptación de todas y cada una de sus piezas, con el fin de provocar que la máquina rinda sin ningún tipo de inconveniente. Con un vestuario comprometido y solidario con los nuevos, la unión es mucho más fácil. Las nuevas incorporaciones, a pesar de que en muchos casos desembarquen en un país completamente diferente, está siendo fructífera. Los jugadores que ya llevan más tiempo en la disciplina verdiblanca, como Paulao, Perquis y Nosa, ‘adoptan’ a los recién llegados para que la comunicación sea lo más fluida posible, a pesar de que a Nosa aún se le resiste un poco la barrera idiomática. El nigeriano, especial pero cercano, aborda un reto importante para la próxima temporada, consagrarse a nivel europeo tras una espléndida segunda vuelta en las filas del Real Betis. Ocurre que Paulao y Perquis, que mantienen una batalla por un lugar en el centro de la zaga, son excelentes amigos, dos de los elementos que mayor cantidad de risas proporcionan al resto de compañeros.
Son caminos encontrados, historias de diversa temática. Unos dan el salto más valiente de su carrera deportiva, como Lolo Reyes y Braian Rodríguez, que utilizan la infinita ilusión que proporciona la juventud para compensar cualquier atisbo de miedo que se pueda producir. Cedrick, tras unos años despuntando en la Segunda División, aterriza en Heliópolis dispuesto a consolidarse y aumentar su proyección en la máxima categoría del fútbol nacional. Si hubiese que apuntar algún sinónimo de felicidad y vitalidad las veinticuatros horas del día, sería Cedrick. Sus ocurrencias son capaces incluso de despertar la sonrisa en los rostros más impenetrables, cualidad que le ha provocado ser muy querido en el vestuario en tan poco tiempo. El apunte de veteranía lo otorgan Stephan Andersen y Markus Steinhöfer, futbolistas curtidos en mil batallas y que se han convertidos en inseparables durante estos días de concentración. Ellos aportan la sabiduría necesaria para que la conjugación entre experiencia y juventud llegue a buen puerto, además de la diversión, ya que el carácter extrovertido de Steinhöfer hacen que las bromas sean una constante en el lateral alemán.
Cierto es que el abanico de caracteres es amplio, que cada jugador, en su forma de ser, manifiesta la cultura en la que se ha criado. Sin embargo, si algo positivo desprende de este vestuario es la alegría que contagia. Por poner un ejemplo, durante los primeros días de concentración, era frecuente ver a un Andersen serio, recto en todas sus declaraciones, haciendo adalid de esa frialdad que caracteriza a los ciudadanos nórdicos. Sin embargo, el guardameta danés, que ya se desenvuelve a la perfección con algunos términos en español, es la muestra más clara de lo que define a este vestuario: sintonía. Desde el primer día, Andersen ayuda a su compañero Guille Sara en todos los menesteres, tanto futbolísticos como a nivel personal. La competencia por un puesto en la portería será encarnizada, pero en un vestuario tan amigable no hay malos gestos ni rencillas personales, sino todo lo contrario.
Así las cosas, hasta nueve extranjeros se concentrarán la temporada próxima en las filas del Real Betis. Un argentino (Guile Sara), un danés (Stephan Andersen), un alemán (Markus Steinhöfer), un brasileño (Paulao), un franco-polaco (Perquis), un congoleño (Cedrick), un nigeriano (Nosa), un chileno (Lolo Reyes) y un uruguayo (Braian Rodríguez). Todos ellos, fluctúando en torno a una pasión común, llevar al Betis en los próximos años a la cúspide del fútbol europeo.