Toni Prats, parando dos penaltis, se convierte en el héroe del partido Betis-Real Sociedad de la temporada 2003-04.

HISTORIA | Cuando Prats paró dos penaltis en el mismo partido

El portero bético detuvo dos máximos castigos en un encuentro jugado en Heliópolis contra la Real Sociedad en la temporada 2003-04

Por Manolo Rodríguez

 

Nunca ocurrió antes y nunca pasó después. Sólo aquella calurosa tarde de domingo de preferia en la que Toni Prats paró dos penaltis en un mismo partido y le dio al Real Betis tres puntos de oro ante la Real Sociedad. A la misma hora en que Jesulín de Ubrique, Sebastián Castella y Matías Tejela lidiaban en La Maestranza una corrida de El Ventorillo.

Fue el 25 de Abril de 2004. A cinco jornadas de la conclusión del campeonato. Con los termómetros disparados y 25.000 espectadores en las tribunas. Los verdiblancos, dirigidos por Víctor Fernández, venían de ganar en Murcia y ya miraban con tranquilidad el final de Liga, mientras que los donostiarras, después de los muchos accidentes de la temporada, parecían haber encontrado acomodo en la mitad de la tabla.

El partido, además, trae la buena noticia de la continuidad de Alfonso, que con este encuentro suma los veinte partidos oficiales (18 de Liga y 2 de Copa) que, según estipulaba el contrato que firmó en el verano anterior, suponían su renovación automática por una temporada con el conjunto bético.

Arbitró el madrileño Esquinas Torres, del que después hablaremos, y las alineaciones fueron las siguientes:

Real Betis: Prats; Tais, Juanito, Melli, Varela; Assunçao, Benjamín; Joaquín, Alfonso, Ismael (Denilson, m. 56); y Dani (Arzu, m. 87).

Real Sociedad: Alberto; López Rekarte, Schurrer, Kvarne, Potillón; Xabi Alonso (Alkiza, m. 71), Aramburu, Karpin (Kovacevic, m. 56), Gabilondo; Nihat y De Paula (Xavi Prieto, m. 56).

El partido comienza con buen son para los béticos. Dominan el juego y a los 14 minutos abren el marcador. Benjamín pelea por una pelota en el área donostiarra y tras acomodársela a la pierna izquierda suelta un disparo imparable. Seis más tarde, Joaquín lee perfectamente un desmarque de Dani y le mete el balón en profundidad por detrás de la defensa contraria. El pequeño delantero se planta solo ante Alberto y clava el gol por alto.

Tan temprana y clara ventaja hace presagiar una tarde sin sobresaltos. Nada de eso. La Real ataca y Prats tiene que estirarse para rechazar un cabezazo de De Paula. Enseguida llega la primera jugada polémica del partido. Karpin entra con la pelota en el área bética y Varela se cruza. Parece que toca balón, pero la caída del ruso la interpreta como penalti Esquinas Torres.

Lo lanza el propio Karpin y Prats lo detiene con autoridad lanzándose a su costado izquierdo.

Antes del descanso acorta distancias la Real y eso le da otro contenido a la continuación. Atacan los visitantes, pero el Betis defiende sin muchos apuros. No pasa casi nada. Sólo mucho calor. Así hasta el minuto 84, en que el turco Nihat disputa un balón en la línea de fondo del Betis. De espaldas a la portería. Espera que lo encime Juanito y antes incluso de que lo toque se tira teatralmente al suelo. Piscinazo en toda regla. Esquinas Torres, muy cerca, duda un momento y decreta un nuevo penalti.

Ahí arde Troya. Todos los béticos se van como un solo hombre a protestarle y tras una breve escaramuza expulsa a Benjamín con tarjeta roja. Después escribiría en el acta que fue "por darme un empujón, sin gran intensidad, cuando me estaba protestando a voz en grito con motivo de la señalización del penalti".

El estadio también se enfurece muchísimo y Prats, con chaleco azul turquesa, calzonas negras y medias blancas, vuelve a quedarse solo ante el lanzador.

Esta vez es Kovacevic quien dispara y, otra vez tirándose a su izquierda, Prats lo vuelve a parar en medio de un griterío incontenible. Los compañeros lo abrazan y lo besan, el público aplaude y los donostiarras sufren perplejos la inspirada tarde del guardameta balear, que en ese momento acaba de entrar en la leyenda verdiblanca.

Con un jugador más sobre el terreno de juego y herida en su orgullo, la Real mete al Betis en su área, aunque los de Víctor Fernández (técnico que a esas alturas ya sabe que no seguirá la próxima temporada en el equipo verdiblanco) se defienden con mucho orden.

El choque acaba 2-1 y al día siguiente sólo se habla de Prats… y del árbitro. Al portero se le pone en el mismo sitial que a Esnaola y se le califica de portentoso, extraordinario y decisivo. Él, sin embargo, le quita importancia y se limita a decir que tuvo suerte.

Del árbitro también se dicen cosas gruesas de manera unánime. Pero lo más insólito lo publica el diario AS, que llega a decir que Esquinas Torres hace el camino del Rocío con la hermandad de Mairena del Aljarafe y que quienes lo han acompañado le han detectado cierto tufo sevillista.

Es el caso que los errores arbitrales hicieron posible la tarde más recordada de Toni Prats. Tanto o más que los dos goles que anotó lanzando faltas en la temporada 1999-2000.