El Estadio Benito Villamarín acoge la presentación de 'La luz de Miki Roqué'

Escrito por Juan Manuel López; Pepe Mel y Tomás Calero recuerdan al '26' como un "ejemplo de vida, una lección"

El antepalco del Estadio Benito Villamarín ha vivido una tarde muy emotiva, en la que se ha recordado a Miki Roqué con motivo de la presentación del libro ‘La luz de Miki Roqué’, de Juan Manuel López. La familia del eterno central del Real Betis Balompié, excompañeros, miembros de la actual plantilla, integrantes del actual Consejo de Administración del Real Betis Balompié, exconsejeros de la entidad, así como representantes del Sevilla FC han estado presentes en un acto en el que la calidad humana, la entereza y la valentía de Miki Roqué han vuelto a ponerse de manifiesto.

En primer lugar, tomaba la palabra Juan Carlos Ollero, presidente del Real Betis Balompié: “El mazazo de la enfermedad de Miki fue tremendo. Uno de los nuestros se enfrentaba a un reto durísimo y lo afrontaba con una entereza increíble. Dio una lección a sus personas cercanas y a todo el mundo del fútbol. Los béticos peleamos y empujamos con Miki. La tristeza absoluta de su adiós conmovió a toda la afición como nunca. Cada domingo coreamos su nombre y así seguirá siendo mientras el Betis exista, que será siempre. Los beneficios del libro irán destinados a la lucha contra el cáncer infantil. Este libro es la mejor forma de recordarlo y de dar a conocer su ejemplo y su fortaleza”.

Juan Manuel López, autor de la obra, relataba algunos detalles de la personalidad de Miki Roqué: “Estamos muy contentos de estar en la casa del Betis, donde tantos quieren a Miki y a la que Miki tanto quería. Este libro fue idea de él, era un sueño de él. Nosotros pudimos cumplirle este sueño. Presentarlo aquí es una doble satisfacción.  Una de las intenciones es reivindicar la vida, el camino. Miki era un maestro, un profesor. La muerte nos iguala, lo que nos diferencia es la vida. Miki me hacía pensar mucho con todo lo que hacía. No es lo mismo vivir que sobrevivir. La vida ya está ganada, hay que levantarse para darle sentido. Miki se fue ejemplificando que la mejor enseñanza que nos podía dar era ser solidario. Había muchas razones para hacer este libro. Miki falleció, no nos dejó. La Real Academia Española no me ayuda a encontrar palabras para describir a Miki. Tenía una gran capacidad para transformar el dolor en belleza en muchas situaciones, hacía divertir a los médicos y organizaba cenas pese al dolor que pudiera sentir”.

Por su parte, el doctor Tomás Calero, expresaba la entereza del que fuese central del Real Betis Balompié al conocer la noticia de la enfermedad contra la que debía luchar: “Resulta imposible transmitir con pocas palabras cómo vivimos la noticia de su enfermedad. Como profesional de la medicina pasé el peor de mi carrera con él. Desde el mismo momento que recibí la noticia, tenía siempre su positivismo al lado. Parecía que nos lo estaba dando a nosotros en vez de nosotros a él. He aprendido mucho de lo que un enfermo pueda enseñar a un médico. Miki me ayudó a saber la realidad de mi profesión, a saber que los enfermos están por encima. Una persona como él algo que tiene que tener en su calidad humana para dejar el recuerdo que ha dejado sin haber tenido una trayectoria larga en el Betis y sin haber estado con nosotros desde pequeño”.

El entrenador del Real Betis Balompié, Pepe Mel, hablaba acerca de la enorme ilusión que mantenía Miki por regresar a los terrenos de juego: “Tengo grabado el día que nos comunican la noticia de su enfermedad. Jugábamos contra la SD Ponferradina y Tomás Calero y yo nos dimos un abrazo, no sabíamos qué hacer. Recuerdo que cuando Miki dio la noticia lo hizo con una valentía tremenda, tenía una fuerza tremenda por no llorar. Nos dijo que iba a salir de esto, que era una lesión. Solo se vino abajo cuando vio que estaban entrando sus compañeros cuando él estaba anunciando su enfermedad. Recuerdo una de las veces de las que me llamó. Llevábamos muchos partidos sin ganar y me dijo que íbamos a sacarlo hacia adelante, que íbamos a ganar y que confiaba en mí y en sus compañeros. No me dejaba prácticamente hablar. Él tenía un partido mucho más importante y estaba pensando en nosotros, no me dejó preguntarle cómo estaba. Tenía una gran vitalidad. Te das cuenta de que un partido de fútbol no significa nada, esa era la enseñanza vital que te daba. Su madre Olga también nos ha dado una lección de cómo encarar las cosas que te prepara la vida. Recuerdo que en nuestro primer contacto en pretemporada venía con mucha ilusión, se jugaba la posibilidad de quedarse en el primer equipo. Se lesionó y aun así, nos dijo que iba a jugar más de 30 partidos, siendo un futbolista que estaba  en el B y que se estaba ganando el derecho a ir con el primer equipo. Es un ejemplo. Le tengo presente siempre, antes de empezar los partidos le tenemos presente porque es una lección. Más allá del resultado, la lección más importante es la que él nos ha dado. Era lucha, ilusión, perseverancia y fe. Todo eso lo transmitía, que es lo más importante. Era muy especial, una persona que deja huella. Por eso se le recuerda y se merece todo lo que estamos haciendo por él y su familia. Sabiendo lo que tenía, seguía diciendo que iba a jugar, que lo iba a conseguir. Lo más frustrante en lo deportivo es que nosotros estábamos convencidos de que teníamos un grandísimo central de futuro. Cuando uno lucha por situaciones más importantes, te das cuenta de que el fútbol solo es un juego y que hay cosas que merecen mucho más la pena”.

La presentación finalizaba con unas emocionantes palabras de Olga Roqué, la hermana de Miki: “Durante la enfermedad de mi hermano la palabra ‘gracias’ ha sido la más repetida. Quiero darle las gracias a Juan Manuel por el cariño que le ha puesto en el libro. Miki tenía dos sueños. El primero, volver a jugar. El segundo, que se hiciera el libro. Espero que los que leáis este libro os sintáis vivos, espero que os saque una sonrisa”.