Por Manolo Rodríguez

En el verano de 1959 Pelé era el rey del fútbol. Lo quien siempre fue. Un año antes se había proclamado campeón del mundo en Suecia y nadie podía permanecer ajeno al talento deslumbrante de aquel muchacho que llevaba la camiseta número 10 de Brasil. Y que sólo contaba entonces con 17 años.
Por ello, toda Europa quiso ver a Pelé y a su equipo, el Santos, en aquel verano de 1959. A tal fin, se organizó una gira eterna que se inició en Bulgaria y que después de pasar por Bélgica, Holanda y Alemania, se detuvo en Madrid el 17 de junio. A Sevilla, para enfrentarse al Real Betis, llegaría en la primera semana de julio.
En la capital lo esperaba el Real Madrid, que catorce días antes se había adjudicado la cuarta Copa de Europa tras derrotar al Stade de Reims en Stuttgart por dos goles a cero, alargando de esta manera su evidente reinado en el continente.

Sería, pues, la primera vez –que resultó siendo la única- que Di Stéfano se enfrentaría a Pelé. Uno, con 32 años; el otro, con 18. Los dioses frente a frente. El partido sirve como homenaje a Miguel Muñoz, retirado un año antes, y como, es natural, el Bernabéu se llena hasta los topes.

El Madrid comparece con sus mejores figuras y con dos novedades de las que habla todo el mundo. Una de ellas es el veterano “Piru” Gainza, el mítico extremo izquierda del Athletic Club, el “Gamo de Dublín, que esa temporada deja el fútbol y al que se le quiere regalar el último aplauso del público madrileño, que siempre lo admiró. Incluso Gento le cederá la banda.

La otra gran novedad de aquel Madrid resulta ser… ¡un jugador del Betis! Nada más y nada menos que Luis del Sol, su mayor figura, quien con apenas 24 años ya es un futbolista de leyenda. El Di Stéfano del Betis, según lo llaman algunos.

Desde hace algún tiempo el Real Madrid tiene los ojos puestos en Del Sol, considerando que cuenta con nivel suficiente para jugar en el mejor equipo de Europa y quizá del mundo. Ocurre, sin embargo, que Benito Villamarín no está por la labor de traspasarlo… todavía. Pero el Madrid corteja al futbolista y tras pedirle autorización al Betis, lo incluye en el equipo madridista que se enfrentará al Santos. El mejor escaparate y la más exigente prueba. Y a Di Stéfano le gusta mucho Del Sol…

Como deferencia hacia el rival brasileño, el Real Madrid vistió de azul completo y salió con el siguiente equipo: Berasaluce; Marquitos, Santamaría, Casado; Santisteban, Félix Ruiz; Gento, Mateos, Di Stéfano, Del Sol y Gaínza. En el segundo tiempo, se retiró Gaínza y lo sustituyó Gento II. También jugarían Atienza por Marquitos y Puskas por Mateos.

El Santos, al que entrena un español, Luis Alonso, alinea a: Carlos; Getulio, Pavao, Dalmo; Ramiro, Zito; Dorval, Alvaro, Pagao, Pelé y Pepe. Mediado el primer tiempo, Pagao deja su puesto a Coutinho. En la segunda mitad, entra Alfonsinho por Álvaro

Dirige el partido el holandés Horn, porque el Santos ha pedido árbitro neutral, y el partido sale eléctrico. Pelé marca en el minuto 9, pero al descanso ya se va ganando el Madrid por 3-1, los tres marcados por Mateos, todos ellos a pase de Di Stéfano.

En la reanudación, acorta distancias Pepe al transformar un penalti, pero tres minutos más tarde un gran pase de Del Sol a Gento II propicia un centro de éste que Puskas cabecea en plancha. Después, vuelve a marcar el Santos y en el 84’, Gento coloca en el marcador el definitivo 5-3. De Luis del Sol se dicen maravillas en la prensa nacional.

La noche del Vasco de Gama

Con ese incomparable cartel, Luis del Sol capitanea al Betis cuatro días más tarde en el partido que enfrenta a los verdiblancos contra el Vasco de Gama en Heliópolis. Otra noche para el recuerdo. Otro lujo para la afición. Todo un grande de Brasil ante los ojos de la afición bética, en aquel verano en que el endiosado fútbol brasileño visitó Europa. Es el tercer encuentro que se disputa en el estadio con la iluminación eléctrica recién estrenada (el primero había sido contra el Sporting de Portugal el día 6 de junio y el segundo pocos días antes ante el Recreativo de Huelva) y las gradas, gracias a una promoción de entradas baratas, se llenan hasta colocar el “no hay billetes”. El Betis viste con calzonas negras y se ve reforzado en la delantera con la presencia de dos rutilantes jugadores a prueba, el argentino Alberto Muro y el francés Jacques Foix, ambos procedentes del Niza, equipo que ese año disputará la Copa de Europa.

Luis del Sol, al que la semana anterior han convocado por primera vez para la selección absoluta, es el protagonista absoluto del choque. Marca los dos goles que le dan el triunfo a los verdiblancos (2-1 fue el resultado final) y resulta expulsado al verse envuelto en una imponente trifulca que protagonizan principalmente los suplentes brasileños. Una riña tumultuaria que lo llevó a blandir el palo de uno de los banderines de córner para defenderse de la violenta agresividad de los cariocas.

Esta fueron las alineaciones aquella calurosa noche:

Real Betis: Domínguez; Oliet, Ríos (Valderas), Portu; Bosch, Santos; Lasa, Muro, Foix, Areta y Del Sol.
Vasco de Gama: Miguel; Paulinho, Wianna, Laerte; Russo, Darío; Sabara, Almir, Roberto, Rubens (Dolem) y Pinga.

Con Pelé, pero sin Del Sol

Lo próximo es el Santos, el Santos de Pelé, que está anunciado en Heliópolis para el sábado 4 de julio de 1959. Esa fecha impide que Del Sol pueda alinearse con la escuadra verdiblanca, ya que un día después, el domingo 5, deberá jugar con la selección española “B” un importante partido ante Turquia, correspondiente a la Copa del Mediterráneo, en el campo de Atocha, en San Sebastián.

Sin embargo, un rayo de luz se abre para los aficionados béticos cuando la prensa local publica días antes que el Santos ha pedido que el encuentro se aplace al miércoles 8 de julio, ya que por razones de la gira que lo ha llevado a catorce países, no le será posible estar en Sevilla en la fecha prevista. Esta expectativa enciende la llama de los aficionados, que sueñan con un cara a cara entre Del Sol y Pelé en Heliópolis. Incluso se llega a especular con la posibilidad de que Peiró y Collar (jugadores ambos del Atlético de Madrid y concentrados asimismo con la selección española “B”) puedan reforzar al Betis en dicho encuentro.
Pero no ocurre. Cuando el Santos llega a Sevilla en la madrugada del sábado, procedente de Viena, exige que el encuentro se dispute como muy tarde el domingo 5 de julio, ya que tienen billetes de avión para regresar a Brasil el mismo lunes.

Y así pasa, que el anhelado Betis-Santos se disputa el domingo a las once de la noche, ya que previamente hay que permitir que concluya un torneo cuadrangular juvenil que se está jugando en Sevilla. La entrada más cara cuesta 70 pesetas y la más barata, 25. Para el socio, 50 y 15. Los verdiblancos, dirigidos por Sabino Barinaga, vuelven a lucir calzón negro, mientras que el Santos viste de blanco completo.

El campo se llena y, por fin, es posible ver a Pelé en Heliópolis. La única vez que pisó la hierba del coliseo bético, firmando incluso el primero de los goles brasileños. Y aunque no está Del Sol, el partido es todo un espectáculo. Concluye con empate a dos (ambos goles de Areta) y en el Betis juega a prueba el francés Pérez, procedente del Olympique de Niza.

Al acabar el encuentro, el beticismo sólo habla del marcaje de Portu a Pelé… y de lo que hubiera pasado de haber podido jugar Del Sol.

Del Sol, por cierto, que sí tuvo la oportunidad de verse las caras de nuevo con el astro brasileño en 1963, siendo ya jugador de la Juventus. Fue precisamente en Turín y la “vecchia signora” se impuso al Santos por 5-3, en noche memorable del argentino Omar Sívori, otra cumbre del fútbol mundial.