El Perfil: Alfonso Pérez Muñoz
El exfutbolista del Real Betis cumple hoy 45 años
Alfonso Pérez Muñoz es uno de los futbolistas más importantes en la historia del Real Betis Balompié. Un ídolo para la afición y el máximo símbolo de aquel gran equipo que deslumbró en la segunda mitad de la década de los noventa. Nacido en Madrid el 26 de septiembre de 1972, Alfonso llegó al Betis en agosto de 1995, cedido por el Real Madrid, club con el que había debutado en la selección española el 9 de septiembre de 1992, en partido contra Inglaterra, tras haberse proclamado campeón olímpico en Barcelona-92.
Al año siguiente el Betis consiguió su fichaje pagando algo más de mil millones de pesetas por su contratación y haciéndose asimismo con los servicios del portero Valerio y del delantero Iván Pérez, hermano del propio Alfonso.
La 96-97 fue sin duda la mejor campaña de Alfonso Pérez en el Real Betis. Formó parte del equipo subcampeón de Copa y se erigió en el máximo anotador de la liga española (el primero nacional) con 25 goles, tras el brasileño Ronaldo Nazario.
En noviembre de 1996 estrenó Alfonso Pérez sus recordadas botas blancas en el estadio Benito Villamarín, en un partido contra la Real Sociedad. Un hecho singular que permanece en el imaginario de los béticos como algo formidable y mitológico. Las botas blancas de Alfonso. Las botas Joma. Una evocación inolvidable para toda una generación.
Concluida esta temporada, Alfonso Pérez y el Real Betis alcanzaron un nuevo registro histórico, desconocido hasta entonces, al ser convocado el jugador para un partido de la selección FIFA, la selección integrada por las estrellas mundiales del fútbol. Era la primera vez que algo así ocurría en el fútbol sevillano, ya que hasta entonces nunca jamás ningún futbolista que militara en un equipo de nuestra ciudad había sido designado para jugar partidos bajo el escudo de la FIFA.
Como jugador del Real Betis debutó en la selección el 6 de septiembre de 1995, contra Chipre en Granada, y, desde entonces, vistió la camiseta nacional en 31 ocasiones más, en competiciones tan prestigiosas como el Mundial de 1998 y las Eurocopas de 1996 y 2000.
En el verano de 2000 fue traspasado al FC Barcelona por 2.500 millones de pesetas, retornando al Real Betis en 2002 en calidad de cedido y en 2003, en propiedad.
Formó parte del equipo que en 2005 se proclamó campeón de la Copa del Rey, abandonando el club ese verano tras ocho temporadas de militancia bética en distintas etapas.
Para el recuerdo quedan su talento, su habilidad, su honradez profesional y, sobre todo, sus goles. Como aquel primero contra el Zaragoza, o el de Kaiserlautern, o el del regate a Bogarde, o el del slalom imponente contra el Málaga…
Hermosos y añorados goles que provocaron que cada tarde las tribunas de Heliópolis cantaran emocionadas: “qué bonitos, qué bonitos son los goles de Alfonsito”.