HISTORIA | Ferencvaros siempre perdió en el Villamarín
El Betis se ha enfrentado tres veces al equipo húngaro, dos de ellas en Heliópolis, tras un primer duelo jugado en Málaga en el que los verdiblancos hubieron de vestir de azul
Por Manolo Rodríguez
Es curioso, pero la primera vez que el Real Betis se enfrentó al Ferencvaros iba vestido con camiseta azul, exactamente igual que cuando se vieron las caras en Budapest hace un par de meses. Este duelo inicial tuvo lugar en agosto de 1975 y el cambio de colores de los verdiblancos no vino determinado, como ahora, por ninguna disposición de la UEFA, sino por un motivo mucho más prosaico: los dos equipos vestían de verde y ninguno tenía un uniforme alternativo.
Aquello pasó en el XV Trofeo Costa del Sol que entonces organizaba el Málaga. En la primera de las semifinales el Betis perdió con el Peñarol uruguayo y al Ferencvaros lo derrotó el equipo local en la segunda. Así pues, béticos y magiares debieron encontrarse en el choque de consolación y, al coincidir sus colores, el Betis, cortésmente, renunció a los suyos y le solicitó una indumentaria prestada al Málaga. Fue por eso que aquella tarde lució una camisola azul y un pantalón negro que lo diferenciara de su rival húngaro.
Este primer enfrentamiento en tierras malagueñas acabó con victoria magiar por 3-1, pero no tardaría más de una semana en ponerse a tiro la revancha. El Ferencvaros andaba de gira por el verano español de trofeos y del Costa del Sol saltó al Ciudad de Sevilla, que entonces cumplía su IV edición y que esta vez iba a disputarse en el estadio Benito Villamarín.
En aquellas fechas el equipo húngaro estaba muy prestigiado. Acababa de alcanzar el subcampeonato en la Recopa 1974/75 y aún se recordaba que una década antes se había proclamado campeón de la Copa de Ciudades en Ferias. La misma Copa, por cierto, que marcó el estreno del Real Betis en las competiciones europeas en la campaña 1964/65. Recordemos que a los verdiblancos los eliminó muy pronto el Stade Français, pero el Ferencvaros fue capaz de llegar hasta la final y, lo que es más notable, de ganársela a la poderosa Juventus de Luis del Sol en el mismísimo campo turinés de la "Vecchia Signora".
Ahora, en 1975, el sorteo del Ciudad de Sevilla puso otra vez al Ferencvaros en el camino del Betis. En la segunda semifinal que se disputó en Heliópolis el miércoles 27 de agosto. Una noche de enorme calor y campo lleno hasta el acabose. Los dos grandes fichajes verdiblancos para esa temporada habían sido Juan García Soriano y Attila Ladinszky y ambos fueron titulares en el equipo que se midió a los húngaros. Un Betis que saltó al campo con calzonas verdes, mientras que su rival húngaro vestía de blanco.
La victoria cayó del lado verdiblanco por 1-0, gol de Ladinszky, y en todos los medios informativos se ponderó la justicia del resultado. Así, ABC de Sevilla tituló: "Vibrante actuación del equipo bético que batió merecidamente al subcampeón de la Recopa". Por su parte, el diario MARCA relató que: "Ladinszky puso al Betis en la final ante un Ferencvaros que buscó la igualada y planteó dificultades". AS dijo: "Superó el Betis al Ferencvaros" y, por último, Mundo Deportivo de Barcelona dejó claro que: "El Betis no tuvo ni para empezar con el Ferencvaros".
Arbitró el partido el colegiado alemán Ferdinand Biwersi y las alineaciones fueron las siguientes:
Real Betis: Esnaola; Bizcocho, Biosca, Sabaté, Cobo; López, Alabanda, Cardeñosa (Rogelio, m.77); García Soriano, Ladinszky y Anzarda (Mendieta, m.77).
Ferencvaros: Domjan; Martos, Balint, Megyesi; Rab, Mucha (Takacz, m.55); Ebeldi (Juhasz, m.45), Nylasi, Pusztay, Szabo y Magyar.
Al día siguiente el Ferencvaros derrotó por 2-1 al Dinamo de Kiev en el partido de consolación y en la gran final el Real Betis se impuso al Sevilla por 1-0, con gol de Eduardo Anzarda. Era la primera vez que los rivales sevillanos se enfrentaban en el partido decisivo y, como en tantas otras cosas, el Betis fue pionero al anotarse la victoria.
Años más tarde, en 1980, también lo sería al ganarle a su eterno rival una final del Ciudad de Sevilla en su propio campo. Algo que no había ocurrido antes.
Estaba justificado, pues, como ya escribimos alguna vez, que la afición bética saliera encantada de Heliópolis aquella noche de agosto de 1975 después de que el prodigioso trofeo de Fernando Marmolejo hubiera sido generosamente paseado por la hierba. Ladinszky fue nombrado mejor jugador del Betis del torneo y la fiesta se trasladó a la Plaza de América, donde el Ayuntamiento organizaba cada año una Verbena Popular que servía de epílogo a la fiesta del fútbol. Allí actuaron, felices, algunos artistas béticos tan insignes como Juanita Reina o Manuel Mairena, dolorosamente desaparecidos.
Desde ese día, hubo de pasar una casi una década hasta que volvieran a enfrentarse el Real Betis y el Ferencvárosi Torna Club, nombre preciso del club magiar, que en castellano definiríamos como Club de Gimnasia Ferencvaros.
Este tercer encuentro volvió a llegar en el mes de agosto, esta vez de 1984, y de nuevo en el Benito Villamarín. Partido de presentación del equipo verdiblanco de cara a la temporada que venía. Una campaña llena de expectativas, ya que el Betis se había ganado el curso anterior el derecho a volver a las competiciones europeas.
Aquel era el Betis que entrenaba Pepe Alzate y en el que aún permanecían algunas leyendas eternas como Esnaola y Cardeñosa junto a figuras tan imponentes como Gordillo, Rincón y Calderón, si bien estos dos últimos no jugaron aquella noche por arrastrar distintas molestias físicas.
El choque contra el Ferencvaros, disputado el martes 7 de agosto, tuvo poco eco, casi ninguno. El técnico lo afrontó como una prueba de pretemporada y utilizó a 19 futbolistas a lo largo del partido. Junto a esto, hubo poco público en los graderíos debido al mucho interés que provocaban aquellos días las retrasmisiones televisivas de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles y al hecho de que el club no hubiera anunciado ningún fichaje de impacto. De hecho, la única contratación de esa temporada fue el delantero Valdo.
Ganó el Betis casi sin despeinarse por 2-0 y lo único elogiable fue la actuación de Rafael Gordillo, de quien dijo el ABC de Sevilla cosas tan agradables como las siguientes: "El internacional del Polígono es que parece no necesitar las pretemporadas para ponerse en forma. Ayer corrió con más fuerza que nadie y en dos o tres arrancadas de las suyas provocó las más largas ovaciones de la noche. Jugó el partido al mismo ritmo, descolocó cuando quiso a la expeditiva retaguardia húngara y, en definitiva, fue lo mejor de la noche".
Los goles verdiblancos los materializaron Parra y Paco y a las órdenes del colegiado andaluz Sebastián Damín Rendón las alineaciones fueron las siguientes:
Real Betis: Esnaola; Diego (Pitero, m.70), Mantilla (Carmelo, m.46), Alex, Gordillo; Ortega (Calleja, m.45), Parra (Romo, m.78), Cardeñosa (Casado, m.60), Suárez (Julio, m.46); Paco (Reyes, m.68) y Valdo (Palomino, m.43).
Ferencvaros: Zsiboras Gabor; Haaz (Fischer, m.46), Pinter, Keler, Rab (Jancsika, m.46); Rubold, Szabadi (Kyaszta, m.68), Pognay; Zsinka (Szanto, m.26), Zsivotzky y Poloskey (Takacs, m.23).
El siguiente duelo entre béticos y magiares ya fue el de la Liga Europa de finales de septiembre. Ganó el Betis y ahora se hace más necesario que nunca el triunfo verdiblanco para apuntalar la clasificación en el torneo y esperar un eventual traspiés del Bayer Leverkusen.
Será la tercera ocasión en que el Ferencvaros pise el césped del Villamarín y confiemos en que vuelva a ganar el Betis como en los dos casos anteriores.