HISTORIA | O'Connell y el debut en la Copa contra el Racing
Los duelos entre béticos y santanderinos tienen imponentes antecedentes en la Liga, entre los que destaca el título conseguido por los verdiblancos en El Sardinero en 1935
Por Manolo Rodríguez
Mucho ha tardado en llegar el primer enfrentamiento entre el Real Betis y el Racing de Santander en la Copa de España. Casi un siglo, que es el tiempo que el club de Heliópolis lleva inscribiendo su nombre en la competición copera.
La primera participación bética tuvo lugar en 1926 y desde entonces hasta hoy las camisetas verdiblancas sólo han estado ausentes en 1937 y 1938 (cuando se suspendió la competición a consecuencia de la Guerra), en los nueve años que fueron de 1950 a 1958 (aquellos duros tiempos de Tercera y Segunda) y en la edición de 1969, cuando sólo jugaron el torneo los equipos de Primera División.
Pues bien, después de tantas emociones y de dos títulos en las vitrinas de Heliópolis, ahora llega este primer duelo copero en tierras cántabras. Un enfrentamiento marcado, sin duda, por el nombre de Quique Setién, actual entrenador del Real Betis Balompié y uno de los hijos más queridos en El Sardinero, el campo donde se formó como futbolista y desde el que se proyectó al primer plano de la élite nacional. Un añadido sentimental y emotivo que viene a sumarse a los imponentes antecedentes deportivos que vinculan a béticos y santanderinos.
Un encadenamiento de historias que tienen su origen en 1928 cuando se estaba gestando la Liga y se decidió crear una Primera División formada por 10 clubes entre los que estarían los 6 campeones de Copa (Athletic de Bilbao, FC Barcelona, Real Madrid, Real Unión, Arenas de Guecho y Real Sociedad); los 3 conjuntos que habían sido finalistas en este torneo (Athletic de Madrid, Espanyol y Europa) y un décimo que debería ganarse su plaza eliminándose con otros nueve equipos.
Uno de esos equipos fue el Real Betis, que primero superó al Deportivo Alavés y más tarde al Oviedo. Hasta que se encontró en las semifinales con el Racing de Santander. Se enfrentaron en el estadio de Chamartín de Madrid el 23 de enero de 1929 y ganaron los cántabros por 1-2. Aquel era el Betis de Jesús, Aranda y Enrique. Al Racing lo dirigía el irlandés Patricio O'Connell.
Seis años más tarde, en 1935, ese mismo entrenador dublinés llevaría al Betis al éxito más grande de su historia: la consecución del Campeonato Nacional de Liga. Un imponente triunfo que tuvo su último acto en los viejos campos de Sport del Sardinero el 28 de abril de 1935, domingo de Feria.
A los verdiblancos, en un codo a codo apasionante con el Madrid, les bastaba un empate para proclamarse campeones, pero no hubo lugar ni para la especulación ni la duda. Ganó el Betis por 0-5 con goles de Lecue, Caballero y tres de Unamuno. La victoria más importante de todos los tiempos.
Aquella tarde legendaria en Santander arbitró el colegiado vizcaíno Eduardo Iturralde Gorostiaga y las alineaciones fueron las siguientes:
Racing: Cuevas; Ceballos, Ilardia; Ibarra, Germán, García; Pombo, Fuentes, Alonso, Larrinaga y Cisco.
Betis: Urquiaga; Areso, Aedo; Peral, Gómez, Larrinoa; Saro, Adolfo, Unamuno, Lecue y Caballero.
Alcanzada la gloria, la expedición del Betis, con Patricio O'Connell al frente, viajó en su autobús (la Flecha Verde) hasta Bilbao, donde recogió la copa que custodiaba el campeón de la temporada anterior, el Athletic Club. Después, volvió a Sevilla a encontrarse con las multitudes que lo esperaban.
Los años del gozo acabaron con la Guerra y en la oscura década del hambre y la escasez el Betis vivió la etapa más dura de su historia. Tanto, que en 1947 cayó en los abismos de la Tercera División.
Y también fue en Santander donde culminó ese viaje a los infiernos. El 13 de abril de 1947. Ambos equipos se jugaban eludir el descenso y los verdiblancos llegaban con un punto más que el Racing, que era colista. El Betis empezó ganando con un gol de Pineda, pero acabó perdiendo 4-1. El racinguista Saras hizo tres goles y el propio Pineda marcó el cuarto en propia meta. Bajó el Betis como colista y lo acompañó el Zaragoza. Como guiño dramático, quede constancia de que el entrenador del Real Betis esa temporada había sido Patricio O'Connell, aunque no estuvo en Santander. Fue cesado días antes. En el banquillo de El Sardinero se sentó José Suárez 'Peral', otro de los míticos jugadores de aquel equipo campeón de Liga en 1935.
Más de cuarenta años después hay otro curioso cruce de caminos entre béticos y racinguistas. El 27 de mayo de 1990. Apenas una semana antes el Real Betis acababa de certificar su noveno ascenso a Primera División tras un empate contra el Sabadell en Heliópolis. Se habían vuelto a abrir las puertas de la máxima categoría y la afición vivía con ilusión esta nueva expectativa
En medio de ese clima, los verdiblancos viajaron a Santander. No se jugaban nada, pero los racinguistas sí luchaban por la permanencia. Y ganó el Betis por 1-3, con dos goles de Chano y uno de Pepe Mel. La victoria bética condenó a los locales y salvó al Eibar, que, sorprendentemente, fue capaz de ganarle al Espanyol en el mismísimo Sarriá.
Y como último dato de esta apasionante historia que vincula a béticos y racinguistas está, naturalmente, aquel dramático episodio que cerró la campaña 2006-2007, cuando el Real Betis visitó El Sardinero con la imperiosa necesidad de ganar para mantener la categoría.
El día de los goles de Edu en el último cuarto de hora. Sin duda, el recuerdo más vivo en la memoria de los béticos de este tiempo. Una tarde tortuosa, insoportable, en la que el Betis, vestido de verde completo con medias blancas y dirigido por Paco Chaparro (nombrado para el cargo apenas unos días antes), supo estar a la altura de su nombre.
A las órdenes del colegiado castellano Carlos Megía Dávila jugaron:
Racing: Calatayud; Cristian Álvarez, Rubén, Alfaro (De Abreu, min.85), Pinillos; Momo (Platero, min.70), Antonio Tomás (Cristian Portilla, min.66), Colsa, Serrano; Munitis y Juanjo.
Real Betis: Doblas; Ilic, Juanito, Rivas, Fernando Vega; Assunçao (Fernando, min.76), Rivera; Odonkor (Dani, min.55), Xisco, Edu; y Sobis (Maldonado, min.79).
Todo esto contiene la historia. Y muchos otros hilos que entretejen los momentos vividos por el Real Betis cuando tuvo a los santanderinos como rival. Pero siempre en la competición liguera o, como ocurriera en 1928, en su misma génesis.
La Copa ha tardado casi un siglo en llegar. Como si hubiera estado esperando que en el banquillo de Heliópolis se sentara Quique Setién, uno de los hijos más queridos del Racing.