Alexis Trujillo ha sido uno de los jugadores más destacados del Real Betis en la época moderna. Defendió la camiseta verdiblanca durante siete temporadas, en las que llegó a ser capitán de la gran escuadra que alcanzó la final de Copa en 1997, jefe inequívoco del medio campo y referente en el vestuario por su capacidad de liderazgo.

Posteriormente, tras su retirada, volvió a la entidad en 2004, colaborando como segundo entrenador de Lorenzo Serra en la obtención del título de Copa de 2005 y en la clasificación del Real Betis para la Champions League. En los últimos años ha sido director deportivo del club, entrenador interino del primer equipo, y, en todo momento, pilar fundamental del staff técnico del club.

Humberto Alexis Trujillo Oramas nació el 30 de julio de 1965 en Las Palmas de Gran Canaria. Tras sus inicios en el Artesano, se formó como futbolista en la cantera de la UD Las Palmas, en cuyo primer equipo, entonces en Segunda División, debutó en 1983 con 18 años.

En el conjunto amarillo permaneció durante nueve temporadas, siendo cedido en 1992 al CD Tenerife, donde no tuvo continuidad. Ello lo llevó a obtener la carta de libertad, fichando por el Real Betis en el verano de 1993, cuando el equipo verdiblanco militaba en Segunda División.

Su debut se produjo el 5 de septiembre de 1993 en partido disputado en el estadio Benito Villamarín con victoria del Real Betis por 2-0 ante el CP Mérida.

Esa campaña no acabó de acreditar su titularidad hasta el tramo final del campeonato, coincidiendo con la llegada de Lorenzo Serra al banquillo verdiblanco. Formó parte del equipo que acabó certificando el ascenso en Burgos y, desde ese momento, se erigió en el líder incontestable del mediocampo bético.

Su talento fue afirmándose en las temporadas venideras, donde lo jugó casi todo, deslumbrando por su calidad técnica, por su carácter competitivo y por su extraordinaria capacidad para equilibrar y ordenar al equipo.

Fue pieza fundamental de aquel gran Betis que volvió a las competiciones europeas y que alcanzó su máxima expresión en la temporada 1996-97, cuando los verdiblancos disputaron la final de la Copa del Rey contra el FC Barcelona. Precisamente un gol de Alexis en el Estadio de Balaídos permitió que el Real Betis eliminara al Celta de Vigo en las semifinales.

Disputó al año siguiente la Recopa de Europa y fue siempre una garantía en el lanzamiento de penaltis, algunos de los cuales, como los obtenidos ante el eterno rival, serán recordados para siempre por la afición bética.

Dejó la entidad en el verano de 2000 y volvió a su tierra canaria para jugar durante cuatro años con la Universidad de Las Palmas. Esa temporada retornó a Heliópolis como futbolista del equipo insular, siendo apoteósico el recibimiento que le tributó la afición. En el Gol Sur se exhibió una pancarta que rezaba: “No te olvidamos, capitán”, con la que los béticos le agradecieron todo lo que le dio al club y que, sobre todo, les permitió evocar aquellos hermosos recuerdos de su noche prodigiosa en Kaiserlautern; de sus gestos de rabia empujando al equipo cuando se consumaba la eliminación contra el Girondins y de la sangre fría exhibida en aquel par de penaltis que le abrieron la puerta a los verdiblancos a dos victorias míticas en Nervión.

En las siete temporadas que defendió la camiseta verdiblanca, Alexis Trujillo disputó 264 partidos oficiales (222 de Liga; 24 de la Copa del Rey; 6 de la Recopa y 12 de la Copa UEFA) marcando 31 goles.

En 2004, requerido por el entrenador Lorenzo Serra, volvió al club como ayudante del técnico, participando en la obtención del título de Copa de 2005 y en la clasificación del Real Betis para la Champions League.

En 2014 regresó de nuevo a Heliópolis como director deportivo, confeccionando la plantilla que alcanzó el ascenso en ese ejercicio. Desde ese momento forma parte de la cúpula técnica del club, llegando incluso a hacerse cargo del banquillo verdiblanco en las dos últimas jornadas del campeonato de Ligaenla temporada 2016-17.

En suma, una fecunda trayectoria al servicio del Real Betis. Un futbolista y un profesional que siempre contará con el respeto y el cariño de los béticos.