Hoy, 21 de marzo, se cumple el primer aniversario del fallecimiento de Rogelio Sosa, una leyenda del Real Betis. Uno de los grandes mitos de la historia verdiblanca.

Un futbolista superlativo que le entregó toda su carrera deportiva a la entidad, donde permaneció como jugador durante 16 temporadas consecutivas, desde su debut en 1962 hasta su retirada en 1978, y que, posteriormente, hasta el año 2000, desarrolló otra densa etapa de servicio al club, esta vez como segundo entrenador y delegado de equipo.

Un nombre que marcó toda una época y se erigió en el símbolo de la afición por su carácter, sus genialidades y su fútbol imprevisible.

En suma, toda una vida dedicada a la causa del Real Betis y de los béticos. Un ídolo, un símbolo y un ejemplo.

Por ello, el dolor y la conmoción por su pérdida fueron enormes en el seno del beticismo, como se puso de manifiesto en la impresionante manifestación de duelo vivida en el estadio Benito Villamarín el pasado 7 de abril de 2019.

Pasado un año, su recuerdo permanece en el corazón de los béticos.

Nunca podremos olvidar a uno de los más grandes.

A uno de los nuestros.